Pocas veces uno tiene la posibilidad de escribir sobre firmeza europea contra algo. Lo de la Unión Europea es en general la ambigüedad calculada, para intentar quedar bien con todos. Pero ahora no. Y me alegro, me alegro mucho.
Por un lado, la Junta de Gobernadores del OIEA ha adoptado por mayoría absoluta una resolución que remite el controvertido programa nuclear de Irán al Consejo de Seguridad de la ONU.
Una decisión impulsada conjuntamente ¡por la Unión Europea y Estados Unidos! Casi para no creérselo. Pero es verdad.
Pero es que no es solamente eso. La cosa viene aún mejor. Cuando leí las palabras de la canciller alemana, Angela Merkel, he de decir que no salía de mi asombro:
"Irán no puede esperar la menor tolerancia por parte de Alemania". "Tengo que decir que como canciller de Alemania, un país cuyo presidente niega la existencia de Israel y la realidad del Holocausto no puede esperar la menor tolerancia de Alemania". ... "El presidente (iraní) Mahmud Ahmadineyad ha traspasado con sus provocaciones la línea roja", ... "Ahora nos damos cuenta de que hubo tiempo para haber actuado de forma diferente. Por esa razón Alemania está obligada a dejar claro a Irán lo que es permisible de lo que no".
¡Así se habla! Hacía tiempo, mucho tiempo, que nadie hablaba así en la Unión Europea. Que yo recuerde el italiano Berlusconi nunca ha sido tan claro, y creo que Aznar siendo Presidente no llegó a tanto.
Palabras de firmeza contra Irán, pero también a la vez de firme defensa de Israel, asunto sobre el cual muchos gobiernos europeos quieren pasar vergonzosamente de puntillas, y que son de agradecer mucho más viniendo de quien vienen, una gobernante de Alemania.
En fin, parece que los gobernantes europeos poco a poco van cayendo en la cuenta de que contra el salvajismo no valen componendas, y que lo único que se puede hacer es aplicar la firmeza. Al parecer en ese lado están por ahora el británico Blair, el italiano Berlusconi y la que puede convertirse en la líder de la Unión Europea, la alemana Merkel.
Una firmeza que para que sea verdaderamente efectiva, debe venir de la unidad entre Estados Unidos y la Unión Europea, como es el presente caso, en lugar de que los europeos quieran quedar bien con lindas palabras mientras dejan que el trabajo sucio (del que luego son los primeros en beneficiarse) lo hagan los americanos.
Espero y deseo que esa misma firmeza se traslade al seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en la aplicación de las duras sanciones necesarias contra el provocador y amenazante gobierno iraní.
Y que siga la racha de las buenas noticias, en el sentido de la unidad y la firmeza.
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