Esta es una de las afirmaciones, gran afirmación me atrevería a decir, que ha hecho hace unas horas el reelegido presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, en su discurso del acto de proclamación de candidatos en el XVI Congreso Nacional, que está teniendo lugar este fin de semana en Valencia.
Para Rajoy, éste era uno de sus discursos más importantes, si no el más importante, de su carrera política. En él, debía explicar a los más de 3.000 compromisarios populares su proyecto de Partido y su proyecto de España; algo que, a priori, no resultaba fácil…
Sí, es cierto, el PP es (y era, tal y como aludía José María Aznar) un partido de centro en su ideario. Y yo lo creo pues, de lo contrario, ni me habría afiliado, ni seguiría siendo militante ni, por supuesto, ostentaría cargo alguno en él. Pero las ideas no lo son todo para un partido que quiere gobernar un país como España. El estilo, las formas, la comunicación con sus votantes y resto de ciudadanos es tan, incluso –para algunos– más importante, que las propias ideas.
En política, a diferencia de deportes como el fútbol, vencer sí es análogo a convencer. Y, desde el Partido Popular, queremos y debemos convencer a la ciudadanía que nuestro proyecto de centro, reformista, liberal, integrador y vanguardista es lo que necesitan España y los españoles.
Y no, no somos unos acomplejados, aunque algunos quieran vender lo contrario por vete (o no) a saber qué intereses… Somos un partido de personas, que tenemos nuestras diferencias pero que, a diferencia de otros partidos nacionales, tenemos un proyecto en común, que pasa por la unidad territorial, por la libertad, por la igualdad… Toda una serie de valores y convicciones que nos hacen más fuertes.
Todo aquel que no tenga estos principios no puede formar parte de la familia popular o, lo que es lo mismo, y cada cual lo coja como desee, todo aquel que tenga estos principios sí puede formar parte de la familia popular.
Ayer mismo, un lector de mi blog me pedía que escribiera a cerca de la situación actual del Partido Popular, y le respondí –en forma de comentario– con unas palabras de Alberto Ruiz-Gallardón. Sí, de Ruiz-Gallardón, un miembro importante en el Partido, como lo es Esperanza Aguirre o el último y recién afiliado al PP, porque todos somos importantes, todos somos fundamentales en esta ‘batalla’ democrática cuyo único principio es gobernar España y cuyo único fin es el bienestar de cada uno de los ciudadanos que la formamos. Sólo unidos haremos algo grande. Ni COPE sí ni COPE no (cada cual es libre de escuchar la emisora que desee), ni Iglesia sí ni Iglesia no (cada cual es libre de profesar la religión que quiera o de no profesar ninguna), ni El Mundo sí ni El Mundo no (cada cual es libre de documentarse con el diario que prefiera)… sólo Partido Popular sí, que para eso somos, y debemos serlo, un ente privado asociativo independiente. Y que nadie se enfade con los ejemplos (COPE, Iglesia y El Mundo), pues –estaremos de acuerdo– están en boca de todos.
Pero, volviendo al comienzo del último párrafo, no quiero dejar pasar la oportunidad de volver a transcribir, una vez más, esas palabras tan significativas de Alberto Ruiz-Gallardón: el Partido Popular “es reformista, porque parte de la imperfección de la realidad y lucha contra los desequilibrios sociales mediante una política gradualista pero constante que aporta nuevas cotas de progreso; es liberal, porque confía en la capacidad de la sociedad civil para protagonizar ese progreso, y se ocupa de facilitarle los medios sin caer en dirigismos que la desplacen; y es integrador, porque gracias a esas dos actitudes previas diluye las tensiones y convoca a toda la sociedad a trabajar desde un ambiente de respeto mutuo, de diálogo y de concertación”, que es el que los populares queremos en España.
Allá aquellos que quieran ver crisis donde sólo hay ‘vida’, porque aquel partido que no se mueve estará ‘muerto’, como diría el gran José María García, políticamente hablando. Allá aquellos, porque sólo se mueven por intereses… interés en crear división en un partido tan indivisible como el país en el que vivimos; interés en que no gobernemos pese a todo lo que pueda acontecer; interés en tapar sus propias carencias mediante injurias a nuestro falso e infundado giro ideológico, cuando son ellos quienes deberían mirar atrás y agachar la cabeza…
Y no deseo terminar estos párrafos sin antes agradecer todo el apoyo que los ciudadanos ofrecen al Partido Popular pero, aunque pueda parecer incongruente, también deseo agradecer el desapruebo, las acometidas, la falta de confianza de quienes no creen ni quieren creer en nosotros, porque si somos fuertes… ellos nos hacen más.
Estas palabras no demuestran ni falta de talante (pobre palabra) ni intolerancia. Son palabras de quien defiende la mesura, la cordura, la sensatez, la prudencia y la reflexión, pero que se cansa de que todo aquello en lo que cree sea agredido y calumniado por unos pocos que no creen ni saben que la libertad conlleva responsabilizarse de sus propios actos.
En fin, termina hoy el XVI Congreso Nacional, terminan los movimientos, las diferencias, los agravios desde el exterior... Ahora comienza la parte más bonita de la política: conseguir mantener y perfeccionar un proyecto ilusionante, hacerlo llegar al ciudadano y que, en definitiva, éste lo perciba como bueno para él y los suyos.
Tan gran y grata labor precisa nuestro esfuerzo, el de todos nosotros, porque creemos y crecemos juntos.
Gracias, Orlando, por tu texto. Te echaba de menos por aquí.
ResponderEliminarConfío en que el futuro demuestre que lo que escribes es una realidad y no un mero deseo, por el bien del PP y, sobre todo, por el bien de España. El tiempo nos dirá si tienes razón o te equivocas.
Lo dicho, gracias. Y un saludo.
Gran parte del electorado popular se siente traicionado por la nueva deriva del partido. Y es que no se puede decir al mismo tiempo blaco y negro.
ResponderEliminarOjalá pudiera pensar como tú, pero este Partido Popular se ha alejado de lo que millones de españoles votaron, no defiende los principios con la firmeza que debería, y se ha arrinconado y humillado a gente muy válida, como María San Gil.
ResponderEliminarCreo que este PP, no es capaz de ilusionar ni de llegar al Gobierno, precisamente cuando más se necesita.
Por último, pienso que Rajoy debería dimitir y dar paso a alguien que nos haga recuperar la ilusión, y que este partido no se desintegre por las ansias de poder de unos y otros.
Ojalá me equivoque y en poco tiempo descubramos que es el PP que todos queremos porque España lo necesita
Creo que el PP ganará las próximas Generales. La utilidad de intentar ser meridianamente centrista radica en no movilizar al electorado progresista que reacciona votando "contra" el PP cuando éste se posiciona como conservador.
ResponderEliminarEl problema, no obstante, es moral -la moderación siempre sacrifica principios. Pero no creo que Rajoy esté errado tácticamente.