miércoles, 23 de octubre de 2013
"¿Y qué culpa tiene él si yo abrí las piernas?"
Me lo contó mi hija. Estaban hablando sobre el aborto en la clase de Escuela Dominical de los jóvenes en la iglesia evangélica a la que asistimos. Una chica, con un pasado un poco complicado antes de ser cristiana, pidió la palabra y contó la historia de que se sorprendió cuando supo que estaba embarazada, y consideró la posibilidad de abortar. Pero, en un lenguaje quizás un poco crudo, dijo que lo que la hizo desistir fue la pregunta que da título a este texto. Dijo con lagrimas en los ojos que aún hoy se siente culpable de haber pensando en abortar cuando ve a su hijo, que ahora tiene unos dos años.
¿Y qué derecho tiene ella a ambicionar que funcionarios armados recurran a la fuerza —o la amenaza de la fuerza— para que otras personas imiten su comportamiento? Saquemos al Estado de la partida. Renunciemos a imponer nuestros valores morales mediante el uso de la fuerza.
ResponderEliminar¿Y qué derecho tienes para ambicionar que funcionarios armados recurran a la fuerza —o la amenaza de la fuerza— para que otras personas no maten o roben?
ResponderEliminarPor supuesto que hay que privatizar la seguridad y replantear esas ambiciones y esas plantillas de funcionarios. Completamente de acuerdo.
EliminarSi en España cada Comunidad Autónoma decidiera si el aborto se paga o no con dinero público, en todo o en parte y en qué casos, el número de abortos caería en picado. Para eso mejor la ley estatal y no mojarse.
ResponderEliminarY que deercho tiene el senyor troll OctioopusMagnifiocens a pedir que funcionarios armados impidan su asesinato o el robo de su casa. Saquelmos al Estado de la partida.
ResponderEliminarSea. ¿Cuántas veces he de repetir que hay que privatizar la seguridad? Los propietarios pueden organizarse y defenderse. La protección no ha de enajenarse al Estado. Socialistas y conservadores compartís una insensata querencia porque el funcionariado controle vuestras vidas.
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