Las autoridades católicas de Ratisbona (Alemania) intentaron minimizar el caso, hablando al principio de "cuatro o cinco casos" de abusos a niños del coro. Poco a poco se vieron obligados a ir subiendo la cifra, muy a su pesar, eso sí. Finalmente el informe que se vio obligada a llevar a cabo la misma Iglesia Católica eleva la cifra 547. Mientras el liderazgo, como dice el mismo redactor del informe, "prefirió mirar hacia otro lado y no actuar". Por el hecho de ser una
historia que se repite vez tras vez en diferentes lugares no deja de ser menos vomitiva.
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