Los taxistas de Madrid han reconocido su humillante derrota y han
desconvocado la huelga. Se han ido con el rabo entre la patas, como chucho apaleado, diciendo no sé qué de que la lucha continúa. Es la primera vez que yo recuerde que un gobierno se planta ante esta pandilla de mafiosos monopolistas. Indudablemente algo ha cambiado. Más bien mucho. Ya no son lo que eran. Y cada vez lo serán menos. La libertad se ha impuesto. Y espero que se siga imponiendo en el futuro.
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