Ya comenté el artículo en el pasado. Pero hoy quiero hacer mención de una expresión en particular que me llamó poderosamente la atención.
Se puede leer aquí:
Por un lado, los Acuerdos que se promueven como el de París, de diciembre de 2015, son revolucionarios porque se basan en una cesión de soberanía.
Y aquí también:
Además de asumir esta cesión de soberanía, resulta determinante para encarar la emergencia climática que se promuevan medidas para aminorar la dependencia de combustibles fósiles.
(En las dos frases las negritas son mías).
O sea, que para encarar la emergencia climática hay que asumir esta cesión de soberanía. Así de claro.
Ese es el quid de la cuestión (uno de ellos, no de menor importancia). Se ha creado el cuento de la emergencia climática para que los países hagan cesión de soberanía a organismos y empresas de izquierdas que no tienen control democrático de ningún tipo, para imponernos su ideología y conseguir en el camino jugosos beneficios económicos sin tener que atenerse a las leyes de la competencia, del libre mercado, de la libertad y de la democracia.
Esos organismos y empresas de izquierdas son los que manipulan a éstos (y a través de ellos quieren manipularnos a todos):
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