Hace unos días, puesto que casi no había gente al ser de noche y día laborable, hice mi breve compra en el supermercado sin mascarilla. Una vez pagada, al salir, yo era el único en la breve fila de salida (tres o cuatro persona más) sin la mascarilla. Y en la dirección opuesta, entrando, me crucé con un policía que llevaba perfectamente colocada una mascarilla negra. Me miró directamente a la cara, lo mismo que yo a él. En ese momento pensé que me iba a decir algo sobre la dichosa mascarilla. Pero no. Nos cruzamos, él no dijo nada y siguió su camino, e igualmente yo el mío. Así están las cosas por aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.