Mohamed VI huele la debilidad como un tiburón huele la sangre de un herido. Y me temo que el rey de Marruecos ha olido la debilidad de Pedro Sánchez. Puede ser que el inquilino de La Moncloa le haya puesto en bandeja la ocasión para someterle a prueba con su
ayuda humanitaria al tal
Brahim Ghali. Y que el mentado Mohamed VI esté planeando un nuevo
Perejil, sobre dicha isla o sobre cualquier
otra (ver mapa adjunto). Porque a mí las últimas
declaraciones desde Rabat de la embajadora marroquí en España de
«Marruecos toma nota de ello y actuará en consecuencia» no me gustan nada. Pero nada, nada, nada.
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