lunes, 20 de junio de 2022
Por fin llegaron las andaluzas
Bueno, pues por fin llegaron las elecciones andaluzas. Voy con el obligado análisis, de más a menos.
El PP ha logrado un espectacular e histórico triunfo sorpresa en toda regla, sobrepasando por tres escaños la mayoría absoluta, más que doblando de largo sus diputados y sacando el doble de votos que hace cuatro años. Impresionante. Y además podrá gobernar sin ningún tipo de condicionamiento por parte de Vox. Punto.
El PSOE se ha pegado un batacazo de aúpa. Ha estado en la oposición cuatro años y aún así, a pesar de que la participación aumentó en estas elecciones, los socialistas se han dejado más de cien mil votos por el camino. Desastroso.
Vox ha subido, sin duda. Pasa de ser el quinto partido al tercero. Aumenta dos escaños y cien mil votos. Poco fruto para toda la estrategia que el partido había montado, con la mayor figura que tiene, Macarena Olona, en cabeza. Pero su gran fracaso es que no será determinante. Curiosamente si el PP hubiera obtenido cuatro escaños menos y esos escaños no hubieran ido a parar ni a Vox, sino a la izquierda, los voxeros hubieran tenido un éxito, porque podrían condicionar el gobierno andaluz. Así que Macarena Olona se verá obligada a quedar en un papel totalmente secundario en un parlamento regional. ¿Han tenido un éxito? Relativo, muy relativo. Tan relativo que se puede llamar un fracaso si lo comparamos con las espectativas que tenían.
Por Andalucía (es decir el Podemos andaluz) y Adelante Andalucía (el partido al que Pablo Iglesias le declaró la guerra por querer ser una opción parecida a En Comú Podem en Cataluña) se han pegado un costalazo de tres pares de narices, supongo que por las salvajes hostilidades que han tenido entre ellos durante toda la legislatura. Por cierto, que no entiendo como la gente vota más a los de Iglesias que a Teresa Rodríguez, la persona a la que ese sujeto intentó destruir políticamente. Ellos sabrán.
Y qué decir de Ciudadanos. Ha pasado de ser el tercer partido con 21 diputados a desaparecer del parlamento, dejándose por el camino, a pesar de la mayor participación, más de medio millón de votos. Un desastre total y absoluto (valga la redundancia).
Y esto es lo que hay. Tiempo habrá para ver como esto afecta a la política nacional y a las encuestas sobre las elecciones generales.
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