Para evitar suspicacias a algunos (o, más bien, a muchos) malpensados, quiero empezar diciendo que soy totalmente antifranquista. Considero la dictadura de Franco un régimen absolutamente dictatorial desde los puntos de vista político, social y religioso.
Una vez dejado claro lo anterior, veamos las fechas, que, al igual que las matemáticas, son difícilmente manipulables. Franco murió en 1975. La disolución definitiva de ETA ocurrió en 2011, tras un alto el fuego que se declaró definitivo en 2010. Pero retrocedamos un poco más, para que nadie pueda acusarme de manipulación: el último asesinato de ETA fue en 2003.
Si tomamos la referencia más lejana respecto a ETA, para no incomodar a los espíritus más susceptibles, hablamos de 2003. La muerte de Franco, por su parte, está clara: 1975. Entre ambas fechas hay la friolera de 28 años.
Sin embargo, nos encontramos con un dato curioso: la llamada “memoria democrática” recuerda perfectamente a Franco, pero, misteriosamente, se olvida por completo de los terroristas etarras.
Con lo cual, si un extraterrestre aterrizara hoy en el centro de Madrid, llegaría a la conclusión de que hay franquistas, pero no hay filoetarras.
Ahora bien, si, en vez de un extraterrestre, hablamos de un español con sentido común, este vería que sí, puede haber franquistas, no lo niego, pero lo evidente es que, por una cuestión del mero paso del tiempo, hay muchos más filoetarras.
De hecho, nos encontramos con un elemento muy curioso. Puede que algún franquista que participara en asesinatos durante la época de Franco siga vivo, pero eso sería la excepción. En cambio, está igualmente claro que no es excepción, sino que son muchísimos los que participaron en asesinatos a favor de ETA que continúan vivitos y coleando. Mientras los primeros se recuerdan constantemente, los segundos se olvidan por completo.
¿Y qué de las víctimas? Ciertamente, todas las víctimas, sean del bando que sean, merecen respeto. Pero hoy en día, de lo que estamos hablando continuamente, es de las víctimas del bando republicano a manos del bando franquista durante la Guerra Civil, que murieron hace 86 años. Mientras tanto, cuando hablamos, o más bien silencian, a las víctimas de los etarras, lo estamos haciendo de víctimas que murieron hace únicamente 22 años. Hay que pensar un poco en eso. Por un lado, 85 años; por el otro 22; para los primeros, memoria de elefante; para los segundos, desmemoria total.
¿Por qué ocurre esto? La respuesta es clara: por un interés estrictamente político. En España tenemos un gobierno que se complace en atacar constantemente a la derecha y a la extrema derecha, pero que, por razones de pura supervivencia, mantiene como aliados a filoetarras e incluso a etarras.
Dice un popular refrán español que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Por eso, hoy en España hay muchos, muchísimos, franquistas, pero no hay ni un solo filoetarra.
En el franquismo no habia asesinatos; habia consejos de guerra con todas las garantías....Y Jarabo era sobrino carnal de Ruiz Jarabo, magistrado del TS, y fue condenado a la pena capital por asesinar, el si, a tres personas....No había favoritismos.....
ResponderEliminarNi tampoco había torturas en las comisarías. Ni disparos en las manifestaciones. Todo era 'mu' democrático. Porque el franquismo, por supuesto, era una democracia... orgánica.
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