Pues nada, que al final Meritxell Batet fue eso, Meritxell Batet, y no Meritxell Forcadell, como ya algunos estaban empezando a llamarla.
La flamente Presidenta del Congreso parece que le vio las orejas del lobo, sobre todo cuando desde las filas del PP se amenazó con acudir a los tribunales si seguía dando largas al asunto de suspender a los diputados presos. Evidentemente la cosa iría para largo, suplicatorio de por medio. Pero no era cuestión de jugarse a la lotería su carrera política, que estas cosas se sabe como empiezan pero no como acaban.
Así que, cosas veredes, optó por patear los traseros de los secesionistas en el Congreso antes de las elecciones del domingo con el apoyo de sus adversarios y enfrentada a sus socios, que se dice pronto.
Parece que Meritxell Batet conocé el dicho cubano que asegura que mejor que digan aquí corrió que aquí murió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.