jueves, 17 de diciembre de 2015
De las palabras violentas a los hechos violentos (otra vez)
El puñetazo a Rajoy, en la cara y a traición, fue brutal (ver vídeo). Otra vez hemos pasado de las palabras violentas a los hechos violentos. La vez anterior fue cuando le pegaron una brutal paliza a Inmaculada Sequí, una líder de Vox. Ahora el agredido ha sido el Presidente del Gobierno.
Vayamos por partes. Para empezar, la responsabilidad final de la agresión, digamos en sentido penal, ha sido del agresor y punto, sobre el cual deberá caer todo el peso de la lay (que supongo, dicho sea de paso, que no será demasiado, conociendo la blandura de las leyes españolas). Decía yo
"y punto", pero no punto y final, no, sino punto y seguido.
En mi texto sobre la agresión a Inma escribí:
Creo que todos tenemos en mente el discurso de odio y violencia verbal que está entrando en la política española. Y de ahí a la violencia física hay un paso. Algunos ya lo han dado y esta joven ha sufrido las consecuencias.
Lo dije, lo mantengo y lo repito aquí. Ahora el que ha sufrido las consecuencias ha sido Rajoy. El juego de la dialéctica violenta es extremadamente (nunca mejor dicho) peligroso. Y ya lo estamos viendo. Y lo peor es que se sabe cuando y como se empieza, pero no cuando y como se termina. Deseo que lo que estemos viendo sea el final, no el principio de la brutal violencia física en la política española. Aunque, la verdad, muchas veces mis deseos y la realidad van por caminos distintos.
Y termino con palabras parecidas a las que escribí sobre la paliza a Inma, mostrando desde este blog que defiende la libertad mi total condena a la agresión sufrida por Rajoy, así como igualmente mi total solidaridad con él, con su familia y con su partido, y en este caso también con el Gobierno, que con este puñetazo fue agredido también, porque, ¿qué duda cabe?, una de las razones por las que ha sido objeto de la agresión, probablemente la principal, ha sido por ser Presidente del Gobierno de España, es decir, de todos los españoles, entre los que me cuento.
¿Estan detenidos los que retuitearon que lo matara cuando les envio la foto que acababa de hacerle a Rajoy?
ResponderEliminar¿Estan detenidos, los que se reunieron a las puertas de la comisaria para aplaudirle?
¿El padre de la criaturita, alto cargo en la Camara de Comercio de Pontevedra que empresas dirige?
Mi confianza en la justicia española en general está muy cercana a cero. Cuando el culpable es un menor (recordar el caso, infinitamente peor que el que nos ocupa, de Sandra Palo), entonces mi confianza pasa directamente a estar en números rojos.
EliminarExactamente. Por eso la educación (que no la titulitis) es tan importante. Por eso la libertad de expresión debe tener límites. Y hay que estar atentos a toda aquella manifestación que promueva el odio y la violencia. Este es un asunto que hay que abordar desde distintos frentes, de forma preventiva, y no sólo "a toro pasado". Y espero que en este caso la Fiscalía actúe de oficio contra el menor, ese angelito.
ResponderEliminarEl tema de si la libertad de expresión debe tener límites es complicado; se sabe por donde se empieza, pero no por donde se termina.
EliminarPor donde se debe empezar es por un fortísimo endurecimiento de las penas, que si en España son extremadamente blandas, para los menores son simplemente un chiste.
Esa vía, el endurecimiento de las penas, fue la que Aznar usó contra el terrorismo callejero en el País Vasco, y en cuanto algunos empezaron a pasarse un buen tiempo en la cárcel los demás aprendieron la lección y dejaron el juego (claro, una vez que la legislación lo convirtió en algo serio, no en un juego). Ese es el camino que se debería seguir... y se está siguiendo el contrario.
Cuando este sujeto se pasara, por ejemplo, cinco años (efectivos, reales, no teóricos) en la cárcel por lo que ha hecho, no creo que hubiera que penalizar la libertad de expresión.
Completamente de acuerdo una vez más. Leo que en muchos sitios se está equiparando con la agresión que también sufrió hace unos días en Canarias un miembro de Podemos. No se enteran de nada. El tema no va de puñetazos sino de discurso. Esta "izquierda" normaliza la violencia, busca justificaciones al terrorismo, banaliza el odio. Y todo eso es incluso más grave porque la derecha afortunadamente ha ido aprendidendo la lección y durante este tiempo ha seguido el camino contrario.
ResponderEliminarEntrecomillo además "izquierda" por enlazar con otro tema que también nos ayuda a ver la gravedad del problema: la concepción de C's en el espacio político.
Es decir, yo personalmente veo a C's como un partido tirando a la izquierda, pese a que muchos de sus miembros procedan del PP. En temas como aborto, drogas o gestación subrogada son indiscutiblemente de izquierdas. Incluso en medidas económicas como eliminar el cupo vasco y el contrato único se podría decir que están más a la izquierda que los propios partidos de "izquierda", porque con ellas se pretende claramente fomentar igualdad y acabar con privilegios. Es decir, en mi opinión serían un partido de centro-izquierda no buenista. En cambio la percepción general es que son un partido claramente de derechas.
¿A qué se debe? Mejor dicho, ¿qué les echa en cara la "izquierda" para meterlos en la derecha? Pues que no participen en escraches y manifestaciones (crispación), que dejen en paz el tema de la Guerra Civil (revanchismo), que no se sumen a cordones sanitarios contra el PP (sectarismo), que no sean hembristas (radicalismo)... Vamos, que de alguna forma gran parte de la población está asumiendo que uno no puede ser izquierda si no practica un discurso de odio. Eso además de tremendamente triste, explicaría por qué el PSOE ha optado por radicalizarse antes que renovarse o actualizarse.
A quien le chirríe calificar a C's como izquierda que piense en UPyD. Es un ejemplo incluso más claro.
Ciudadanos es, por decirlo de algún modo, una izquierda por la que uno no tiene que tener vergüenza ajena (igual que UPyD).
EliminarEl problema de Podemos y demás es ese, la crispación, la violencia en el discurso, el violar incluso en la práctica la libertad de expresión y de reunión de los demás. Y en el PSOE mientras tanto practican la teórica equidistancia entre esos y las víctimas de ellos. Y digo "teórica" porque luego, a la hora de la verdad, ya vemos lo que han hecho en ayuntamientos y comunidades autónomas (excepción honrosa de Andalucía).
Sánchez es, como he dicho por aquí, básicamente Zapatero 2, pero peor. Si llegara a gobernar (cosa que parecía probable hace meses con el apoyo de Podemos, pero que, afortunadamente, hoy parece casi imposible) haría bueno al otro.
Veremos si con la probable caída de Sánchez el PSOE aprovecha la ocasión para volver, por lo menos, a los tiempos de Felipe González (más no creo que se les pueda pedir) con el liderazgo de Susana Díaz, alguien que parece hoy por hoy de lo más sensato que hay en ese partido.