Leo a un montón de columnistas de derechas decir que la concesión de la amnistía a los secesionistas catalanes
va a romper España. Una cosa es estar en contra
de la amnistía, por razones jurídicas (la Constitución la prohíbe implícitamente) y políticas (significa decir que no hicieron nada malo), y otra exagerar el tema hasta afirmar que se va a llevar a España por delante.
Porque nos cuentan que si se produce la amnistía, entonces podrán volver a hacer lo mismo y el Estado, al afirmar que antes no delinquieron, no podrá actuar. ¿Cómo que no? El artículo 155 de la Constitución sigue ahí. Y el Código Penal. Y la Policía y la Guardia Civil. Y, ojo, las Fuerzas Armadas. Y el estado de excepción. Y el de sitio, que es muchísimo más duro.
Así que no nos vengan con catastrofismos que están muy lejos de producirse. El Estado tiene recursos más que suficientes para parar a unos pocos bocazas que, ya se ha demostrado, a la más mínima amenaza salen corriendo de los despachos e incluso en algunos casos salen corriendo del país.
Lo anterior no quita para estar en contra de la amnistía. Pero no porque vaya a hacer desaparecer España, sino simplemente porque está mal, muy mal.
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