Betty Shelby, agente de policía de Tulsa (Oklahoma), disparó contra Terence Crutcher, quien aparentemente no obedecía sus órdenes, pero que estaba desarmado, produciéndole la muerte. Ahora verá arruinada su carrera profesional como policía y tendrá que enfrentar un durísimo juicio en el que sera acusada de homicidio en primer grado.
Hace un par de meses dije:
No voy a negar que hay policías (blancos y negros) que son de "gatillo fácil" y ante cualquier tipo de amenaza, por mínima que sea, usan su arma para tirar a matar. Cierto. Pero es igualmente cierto que en ambos incidentes los finalmente muertos desobedecieron las órdenes de los policías.
El suceso aquí comentado entra dentro de todos esos parámetros. Un sujeto que no obedece la orden de una policía, y una policía de "gatillo fácil" que le dispara y le mata. Si el muerto no hubiera desobedecido, ahora estaría vivo; si la agente no le hubiera disparado, ahora no enfrentaría cargos de homicio en primer grado.
Ni todos los policías son unos angelitos bienhechores, ni todos los muertos unas víctimas completamente inocentes. Y para determinar eso existe una institución: los tribunales de justicia.
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