sábado, 30 de septiembre de 2023
¿Ahora ya, por fin, las matemáticas les han enseñado a los peperos que perdieron las elecciones?
En la noche del 23-J los peperos montaron su fiesta particular en Génova (la calle
madrileña digo, sede del partido, no la ciudad italiana) para celebrar
que habían ganado las elecciones (ciertamente no hubo histerismos como los de María Jesús Montero en la sede socialista, lo cual es de agradecer). Desde entonces hemos tenido que sufrir, día sí día también, toda una serie de afirmaciones en ese sentido. Nosotros hemos ganado las elecciones porque somos el partido que más españoles han votado, ha sido el lema a escuchar (o leer, en mi caso) cada vez que un político pepero hablaba.
Miren, señores del PP, eso podría haber sido relativamente verdad (repito, relativamente) si en España hubiera una democracia real y después de esa victoria parcial (reitero, parcial) los votantes hubieran tenido la oportunidad de decidir, en una segunda vuelta, quien sería el Presidente de Gobierno, si Mariano Rajoy o Pedro Sánchez (no estoy descubriendo ni inventando nada, por cierto; es lo que sucede, sin ir más lejos, al cruzar la frontera norte de España). Pero en el régimen partidocrático que reina en España los que deciden, si nadie ha conseguido mayoría absoluta, son los partidos políticos votados en la elección de marras.
Se sabía de sobra desde el mismo 23-J que Feijóo no tenía los votos necesarios para convertirse en Presidente. Algunos peperos tenían el sueño de conseguir los votos del PNV. Desde el principio los nacionalistas vascos dijeron que ellos no apoyarían nada que apoyara Vox; así de claro. Pero es que, además, eso hubiese sido un suicidio, con los de Bildu ganándoles elecciones y acusándoles ya (lo hicieron en la pasada campaña electoral) de fascistas. Así que no, nunca hubo la menor posibilidad de ese apoyo, por más que muchos desde dentro no quisieran verlo.
Pero ha habido que esperar a dos votaciones para que los peperos se dieran cuenta de que han perdido las elecciones. Porque en España si no se gana la investidura significa que se perdieron las elecciones. ¿Lo entienden ya? No lo sé. Porque parece que están encantados con ellos mismos, con su santificable líder y con que dan por hecho que ganarán las próximas elecciones. Total, si cuatro años no son nada (sin olvidar que siempre existe la posibilidad de que vuelvan a tirar el penalti fuera).
Por lo pronto, gracias a la derrota pepera, ahora le toca a Pedro Sánchez pactar lo que sea con los que quieren destruir España (secesionistas y filoterroristas) y su democracia y su libertad (comunistas) para seguir en La Moncloa. Y lo hará. Gracias, entre otras cosas, a la incompetencia de Feijóo. A quien había que mandarle de una patada de regreso a Galicia. Por perdedor ante el destructivo Sánchez.
madrileña digo, sede del partido, no la ciudad italiana) para celebrar
que habían ganado las elecciones (ciertamente no hubo histerismos como los de María Jesús Montero en la sede socialista, lo cual es de agradecer). Desde entonces hemos tenido que sufrir, día sí día también, toda una serie de afirmaciones en ese sentido. Nosotros hemos ganado las elecciones porque somos el partido que más españoles han votado, ha sido el lema a escuchar (o leer, en mi caso) cada vez que un político pepero hablaba.
Miren, señores del PP, eso podría haber sido relativamente verdad (repito, relativamente) si en España hubiera una democracia real y después de esa victoria parcial (reitero, parcial) los votantes hubieran tenido la oportunidad de decidir, en una segunda vuelta, quien sería el Presidente de Gobierno, si Mariano Rajoy o Pedro Sánchez (no estoy descubriendo ni inventando nada, por cierto; es lo que sucede, sin ir más lejos, al cruzar la frontera norte de España). Pero en el régimen partidocrático que reina en España los que deciden, si nadie ha conseguido mayoría absoluta, son los partidos políticos votados en la elección de marras.
Se sabía de sobra desde el mismo 23-J que Feijóo no tenía los votos necesarios para convertirse en Presidente. Algunos peperos tenían el sueño de conseguir los votos del PNV. Desde el principio los nacionalistas vascos dijeron que ellos no apoyarían nada que apoyara Vox; así de claro. Pero es que, además, eso hubiese sido un suicidio, con los de Bildu ganándoles elecciones y acusándoles ya (lo hicieron en la pasada campaña electoral) de fascistas. Así que no, nunca hubo la menor posibilidad de ese apoyo, por más que muchos desde dentro no quisieran verlo.
Pero ha habido que esperar a dos votaciones para que los peperos se dieran cuenta de que han perdido las elecciones. Porque en España si no se gana la investidura significa que se perdieron las elecciones. ¿Lo entienden ya? No lo sé. Porque parece que están encantados con ellos mismos, con su santificable líder y con que dan por hecho que ganarán las próximas elecciones. Total, si cuatro años no son nada (sin olvidar que siempre existe la posibilidad de que vuelvan a tirar el penalti fuera).
Por lo pronto, gracias a la derrota pepera, ahora le toca a Pedro Sánchez pactar lo que sea con los que quieren destruir España (secesionistas y filoterroristas) y su democracia y su libertad (comunistas) para seguir en La Moncloa. Y lo hará. Gracias, entre otras cosas, a la incompetencia de Feijóo. A quien había que mandarle de una patada de regreso a Galicia. Por perdedor ante el destructivo Sánchez.
viernes, 29 de septiembre de 2023
Vídeo de menos de 2 minutos: "Los 12 socialistas que se negaron a conceder la amnistía en el pasado" (sin comentarios)
Hay que ver la derecha, qué cosas dice con la amnistía a los golpistas fugados... con lo coherente que siempre ha sido el gobierno... pic.twitter.com/4c9hHwr6Xr
— Daniel Lacalle (@dlacalle) September 26, 2023
¿España va hacia una república confederal? ¿De verdad?
España tal y como la conocemos por más de quinientos años va a desaparecer. Se va a convertir en una república confederal en la que las partes van a usar al Estado, vacío de competencias, únicamente para permanecer en la Unión Europea, y eso hasta que quieran, porque van a tener libre autodeterminación para decidir la independencia total cuando les apetezca. Se acabó el corrido, como dicen los mexicanos por estas tierras texanas.
Es lo que nos cuentan muchos columnistas de derechas. Lo interesante es que a ninguno de ellos le he leído el procedimiento para llegar a eso, cómo España va a pasar de ser una Monarquía parlamentaria basada en la indisoluble unidad de la Nación española (artículos 1 y 2 de la Constitución) a convertirse en esa república confederal con libre autodeterminación con la que nos amenazan. O sea, sabemos donde estamos (una Monarquía parlamentaria basada en la indisoluble unidad de la Nación española), sabemos donde nos dicen que nos van a llevar (una república confederal con libre autodeterminación), pero lo que nadie nos cuenta es el procedimiento por el que se va a llegar del punto "a" al punto "b". Tal vez porque simplemente no existe.
Miren, en algo tengo que estar de acuerdo con ese sujeto políticamente despreciable que se llama Pedro Sánchez. Llevan cinco años diciendo que España se rompe. Y España no se ha roto. Y, además, no corre riesgo de romperse.
¿Se acuerdan cuando le preguntaron, pocos días antes de las elecciones, a Santiago Abascal si con un Gobierno de coalición entre PP y PSOE el conflicto entre el Estado central y la autonomía catalana empeoraría? ¿Recuerdan su respuesta? Yo la recupero. La contestación fue simple. Sí. O sea, que lo que vino a decir este señor es que con un Gobierno de la derecha la cosa en Cataluña se pondría peor. Y perdieron. ¿Se puede ser más tonto? Probablemente.
Cuento lo anterior porque no se puede vivir en un escenario político de confrontación permanente como forma para ganar votos. Porque al final se pierden, que es lo que ha sucedido.
Evidentemente no se puede ceder a las demandas injustificadas de los secesionistas. No se les debió indultar, no se les debió reformar el Código Penal a su conveniencia, no se les debe amnistiar, no se les debe conceder convertir el Congreso en un circo multilingüe, y un largo etcétera de despropósitos. Pero lo anterior no significa que se nos deba amenazar con el catastrofismo político de que van a cambiar todo. Sobre todo cuando no se nos dice el camino por el que va a llegar ese cambio.
Miren de nuevo, los problemas reales de los españoles son la crisis de la economía, la subida de la delincuencia, la calidad de la educación y cosas por el estilo. Asuntos que afectan al día a día. Lo que no puede ser es que, por ejemplo, Feijóo diga que va a desmantelar el sanchismo (muy bien) pero cuando sale el tema de las pensiones (algo que afecta directamente a una gran parte de la población) se dedique a balbucear y a equivocarse.
O la derecha de una puñetera vez pone el foco en lo que afecta directamente a los votantes y se olvida de catastrofismos estériles o tenemos Sánchez para rato.
Es lo que nos cuentan muchos columnistas de derechas. Lo interesante es que a ninguno de ellos le he leído el procedimiento para llegar a eso, cómo España va a pasar de ser una Monarquía parlamentaria basada en la indisoluble unidad de la Nación española (artículos 1 y 2 de la Constitución) a convertirse en esa república confederal con libre autodeterminación con la que nos amenazan. O sea, sabemos donde estamos (una Monarquía parlamentaria basada en la indisoluble unidad de la Nación española), sabemos donde nos dicen que nos van a llevar (una república confederal con libre autodeterminación), pero lo que nadie nos cuenta es el procedimiento por el que se va a llegar del punto "a" al punto "b". Tal vez porque simplemente no existe.
Miren, en algo tengo que estar de acuerdo con ese sujeto políticamente despreciable que se llama Pedro Sánchez. Llevan cinco años diciendo que España se rompe. Y España no se ha roto. Y, además, no corre riesgo de romperse.
¿Se acuerdan cuando le preguntaron, pocos días antes de las elecciones, a Santiago Abascal si con un Gobierno de coalición entre PP y PSOE el conflicto entre el Estado central y la autonomía catalana empeoraría? ¿Recuerdan su respuesta? Yo la recupero. La contestación fue simple. Sí. O sea, que lo que vino a decir este señor es que con un Gobierno de la derecha la cosa en Cataluña se pondría peor. Y perdieron. ¿Se puede ser más tonto? Probablemente.
Cuento lo anterior porque no se puede vivir en un escenario político de confrontación permanente como forma para ganar votos. Porque al final se pierden, que es lo que ha sucedido.
Evidentemente no se puede ceder a las demandas injustificadas de los secesionistas. No se les debió indultar, no se les debió reformar el Código Penal a su conveniencia, no se les debe amnistiar, no se les debe conceder convertir el Congreso en un circo multilingüe, y un largo etcétera de despropósitos. Pero lo anterior no significa que se nos deba amenazar con el catastrofismo político de que van a cambiar todo. Sobre todo cuando no se nos dice el camino por el que va a llegar ese cambio.
Miren de nuevo, los problemas reales de los españoles son la crisis de la economía, la subida de la delincuencia, la calidad de la educación y cosas por el estilo. Asuntos que afectan al día a día. Lo que no puede ser es que, por ejemplo, Feijóo diga que va a desmantelar el sanchismo (muy bien) pero cuando sale el tema de las pensiones (algo que afecta directamente a una gran parte de la población) se dedique a balbucear y a equivocarse.
O la derecha de una puñetera vez pone el foco en lo que afecta directamente a los votantes y se olvida de catastrofismos estériles o tenemos Sánchez para rato.
jueves, 28 de septiembre de 2023
¿Ahora, queridos, sí queréis una mayoría absoluta de PP y Vox? ¿Ahora?
Es lo que tienen las urnas, que cuando un votante se arrepiente de su voto no puede cambiarlo hasta cuatro años después. Porque no se vota cada mes, ni cada seis meses, ni cada año. Se vota, salvo excepciones, cada cuatro años.
Tampoco se vota cada dos meses, que es lo que parece que el electorado ha tardado en cambiar de opinión:
Feijóo ganaría 367.000 votantes respecto al 23-J y lograría 8 diputados más que, junto a los 33 de los de Abascal, blindarían la mayoría absoluta para el bloque de derecha, según la encuesta de Hamalgama Métrica para Vozpópuli.
Claro, porque le han visto las orejas al lobo:
PP y Vox sumarían mayoría absoluta de haber nuevas elecciones generales. Así lo confirma la encuesta de Hamalgama Métrica para Vozpópuli, elaborada a partir de 1.000 entrevistas realizadas entre los días 15 y 21 de septiembre, y en paralelo a la aprobación en el Congreso del uso de las lenguas cooficiales. Esa y otras cesiones de Sánchez a Puigdemont, con la amnistía en el horizonte, han provocado que los de Feijóo suban hasta los 145 escaños, frente a un PSOE en caída que se dejaría tres diputados con respecto al 23 de julio.
Pero es que todo eso se sabía. Pedro Sánchez hizo todas las concesiones necesarias para seguir siendo Presidente en los últimos cuatro años, sin importarle lo más mínimo incumplir para ello la palabra dada previamente. Lo anterior no es una opinión personal, son hechos que hasta el mismo Sánchez aceptó, calificándolos con la ya famosísima expresión de cambios de opinión. ¿Y ahora, dos meses después (sí, ¡dos meses!), se sorprenden por más cesiones ante el independentismo?
Pues ahora, queridos, ya no hay remedio. Ahora habrá que tragar con Sánchez y sus cesiones a los independentistas. Es lo que votasteis hace solamente dos meses. Solo quedan tres años y diez meses. Y esto, os lo recuerdo, no ha hecho nada más que empezar. Porque ahora sí, vamos a ver cosas que nos helarán la sangre. Por lo que, repito, votasteis hace dos meses y que ahora ya no os gusta. Demasiado tarde. Ya solo queda apechugar con las consecuencias.
Tampoco se vota cada dos meses, que es lo que parece que el electorado ha tardado en cambiar de opinión:
Feijóo ganaría 367.000 votantes respecto al 23-J y lograría 8 diputados más que, junto a los 33 de los de Abascal, blindarían la mayoría absoluta para el bloque de derecha, según la encuesta de Hamalgama Métrica para Vozpópuli.
Claro, porque le han visto las orejas al lobo:
PP y Vox sumarían mayoría absoluta de haber nuevas elecciones generales. Así lo confirma la encuesta de Hamalgama Métrica para Vozpópuli, elaborada a partir de 1.000 entrevistas realizadas entre los días 15 y 21 de septiembre, y en paralelo a la aprobación en el Congreso del uso de las lenguas cooficiales. Esa y otras cesiones de Sánchez a Puigdemont, con la amnistía en el horizonte, han provocado que los de Feijóo suban hasta los 145 escaños, frente a un PSOE en caída que se dejaría tres diputados con respecto al 23 de julio.
Pero es que todo eso se sabía. Pedro Sánchez hizo todas las concesiones necesarias para seguir siendo Presidente en los últimos cuatro años, sin importarle lo más mínimo incumplir para ello la palabra dada previamente. Lo anterior no es una opinión personal, son hechos que hasta el mismo Sánchez aceptó, calificándolos con la ya famosísima expresión de cambios de opinión. ¿Y ahora, dos meses después (sí, ¡dos meses!), se sorprenden por más cesiones ante el independentismo?
Pues ahora, queridos, ya no hay remedio. Ahora habrá que tragar con Sánchez y sus cesiones a los independentistas. Es lo que votasteis hace solamente dos meses. Solo quedan tres años y diez meses. Y esto, os lo recuerdo, no ha hecho nada más que empezar. Porque ahora sí, vamos a ver cosas que nos helarán la sangre. Por lo que, repito, votasteis hace dos meses y que ahora ya no os gusta. Demasiado tarde. Ya solo queda apechugar con las consecuencias.
San Alberto (Núñez Feijóo)
No iba a opinar hasta que se pegase el costalazo
sobre la ya de antemano fallida investidura de Feijóo, en la que no he tenido ni tengo el menor interés en los debates. Pero al ver como la prensa derechista se deshace en elogios (dos ejemplos al lado), tanto en noticias como en columnas de opinión (aunque va siendo cada vez más complicado diferenciar unas de otras), he decidido escribir sobre el asunto.
Por como escriben del líder pepero, y ya que periodistas y candidato profesan la religión católica (aunque defiendan el aborto; curiosamente los periodistas de derechas empezaron a defenderlo tras hacer lo mismo Feijóo, lo mismo que los periodistas de izquierdas ahora con la amnistía tras defenderla Sánchez; hay que ser fiel al que te da de comer; pero bueno, esos son otros temas), da la impresión que querrían elevarlo a los altares. Moderado, serio, líder consolidado, aplaudido hasta por Cayetana, euforia en el PP y un largo etcétera de elogios.
Lo dicho, San Alberto, merecedor de que todos vayan a venerarle por la peana, a la espera de que gerosamente les dispense su bendición.
No digo que no le haya salido a Feijóo un buen debate. Incluso muy bueno. Tal vez excelente. Pero de ahí a que pareciera que a Sánchez le quedan cuatro días, como dejan entrever los periodistas derechosos, va un trecho. Porque, ¿cuánto le va a durar a Feijóo este exitazo? Pues hasta el viernes, que será cuando pierda la segunda y definitiva votación.
Y después será la hora de Pedro Sánchez, para bien o para mal. Con toda seguridad para mal, porque cederá todo y más con tal de no ir a unas nuevas elecciones, que con casi total certeza, ahora sí, perdería. Pero es que, so pena de carambola política donde tras las elecciones vascas el PSOE apoye a Bildu para conseguir el Gobierno Vasco y el PNV se vengue apoyando una moción de censura de Feijóo, a Pedro Sánchez le quedan cuatro años por delante (y lo de la carambola, si lo sé yo lo sabe Sánchez, así que seguirá apoyando al PNV en el País Vasco para no perder el Gobierno nacional). Repito, cuatro años. Pueden ser menos, ciertamente, si los independentistas catalanes y los terroristas vascos sacan los pies del tiesto y exigen cosas desmedidas.
O si, por peleas entre ellos (Bildu contra PNV o Junts contra ERC), acaba pagando el pato Sánchez. Pero eso habrá que verlo.
Sánchez ha demostrado que es experto en capear un año a la vez, un mes a la vez, una semana a la vez, incluso un día a la vez. Y así, pasito a pasito, desde la moción de censura ya ha aguantado tres elecciones generales y un montón de derrotas en autonómicas, más las municipales. Y ahí sigue.
¿Y ahora va a llegar Feijóo y se lo va a cargar con un discursito (o dos, o tres, o los que sean)? El de los cambios de opinión tiene el colmillo muy retorcido. Y para que el gallego le gane la partida tendrá que hacer más que enlazar buenas palabras. Tendrá que bajar al barro. ¿Lo va a hacer? Ojalá lo haga y gane. Pero tengo muchas dudas, por su edad y por sus años de comodidad en la Presidencia de Galicia. Personalmente no creo que San Alberto llegue ni a las próximas elecciones generales. Y los periodistas del lado derecho tendrán a otra candidata a quien elogiar. No como santa, pero sí como más probable Presidenta de Gobierno. Que no corren tiempos para santas florituras verbales, sino para sucias luchas cuerpo a cuerpo en el barrizal político. En Madrid ya lo saben desde hace tiempo. En Santiago no lo sé.
sobre la ya de antemano fallida investidura de Feijóo, en la que no he tenido ni tengo el menor interés en los debates. Pero al ver como la prensa derechista se deshace en elogios (dos ejemplos al lado), tanto en noticias como en columnas de opinión (aunque va siendo cada vez más complicado diferenciar unas de otras), he decidido escribir sobre el asunto.
Por como escriben del líder pepero, y ya que periodistas y candidato profesan la religión católica (aunque defiendan el aborto; curiosamente los periodistas de derechas empezaron a defenderlo tras hacer lo mismo Feijóo, lo mismo que los periodistas de izquierdas ahora con la amnistía tras defenderla Sánchez; hay que ser fiel al que te da de comer; pero bueno, esos son otros temas), da la impresión que querrían elevarlo a los altares. Moderado, serio, líder consolidado, aplaudido hasta por Cayetana, euforia en el PP y un largo etcétera de elogios.
Lo dicho, San Alberto, merecedor de que todos vayan a venerarle por la peana, a la espera de que gerosamente les dispense su bendición.
No digo que no le haya salido a Feijóo un buen debate. Incluso muy bueno. Tal vez excelente. Pero de ahí a que pareciera que a Sánchez le quedan cuatro días, como dejan entrever los periodistas derechosos, va un trecho. Porque, ¿cuánto le va a durar a Feijóo este exitazo? Pues hasta el viernes, que será cuando pierda la segunda y definitiva votación.
Y después será la hora de Pedro Sánchez, para bien o para mal. Con toda seguridad para mal, porque cederá todo y más con tal de no ir a unas nuevas elecciones, que con casi total certeza, ahora sí, perdería. Pero es que, so pena de carambola política donde tras las elecciones vascas el PSOE apoye a Bildu para conseguir el Gobierno Vasco y el PNV se vengue apoyando una moción de censura de Feijóo, a Pedro Sánchez le quedan cuatro años por delante (y lo de la carambola, si lo sé yo lo sabe Sánchez, así que seguirá apoyando al PNV en el País Vasco para no perder el Gobierno nacional). Repito, cuatro años. Pueden ser menos, ciertamente, si los independentistas catalanes y los terroristas vascos sacan los pies del tiesto y exigen cosas desmedidas.
O si, por peleas entre ellos (Bildu contra PNV o Junts contra ERC), acaba pagando el pato Sánchez. Pero eso habrá que verlo.
Sánchez ha demostrado que es experto en capear un año a la vez, un mes a la vez, una semana a la vez, incluso un día a la vez. Y así, pasito a pasito, desde la moción de censura ya ha aguantado tres elecciones generales y un montón de derrotas en autonómicas, más las municipales. Y ahí sigue.
¿Y ahora va a llegar Feijóo y se lo va a cargar con un discursito (o dos, o tres, o los que sean)? El de los cambios de opinión tiene el colmillo muy retorcido. Y para que el gallego le gane la partida tendrá que hacer más que enlazar buenas palabras. Tendrá que bajar al barro. ¿Lo va a hacer? Ojalá lo haga y gane. Pero tengo muchas dudas, por su edad y por sus años de comodidad en la Presidencia de Galicia. Personalmente no creo que San Alberto llegue ni a las próximas elecciones generales. Y los periodistas del lado derecho tendrán a otra candidata a quien elogiar. No como santa, pero sí como más probable Presidenta de Gobierno. Que no corren tiempos para santas florituras verbales, sino para sucias luchas cuerpo a cuerpo en el barrizal político. En Madrid ya lo saben desde hace tiempo. En Santiago no lo sé.
miércoles, 27 de septiembre de 2023
El Papa Francisco y el exjesuita abusador de mujeres Rupnik
Desconocía por completo el caso hasta que
encontré una mención al mismo en una página católica conservadora a la que echo un vistazo cada día, Infovaticana. Resumo el asunto con algunas noticias que he encontrado.
Uno: Los jesuitas expulsan al conocido sacerdote Rupnik tras acusaciones de abusos a mujeres.
Dos: Resta importancia a las acusaciones de casi 40 religiosas contra el ex jesuita Rupnik, la Diócesis de Roma.
Tres-a: El Papa Francisco se reúne con una cercana colaboradora de Rupnik.
Tres-b: Francisco recibe a la principal seguidora y defensora de Marko Rupnik.
Cuatro: Las víctimas de Rupnik denuncian el intento del Vaticano de blanquear al ex jesuita.
Cinco: Caso Rupnik. Las víctimas se escandalizan y los analistas se preguntan si el Papa está protegiendo al jesuita expulsado por abuso sexual.
Seis: El ‘caso Rupnik’ o el fracaso de la ‘tolerancia cero’ del Papa Francisco.
Hasta aquí un resumen de lo que he podido encontrar sobre este caso. Veremos como evoluciona.
encontré una mención al mismo en una página católica conservadora a la que echo un vistazo cada día, Infovaticana. Resumo el asunto con algunas noticias que he encontrado.
Uno: Los jesuitas expulsan al conocido sacerdote Rupnik tras acusaciones de abusos a mujeres.
Dos: Resta importancia a las acusaciones de casi 40 religiosas contra el ex jesuita Rupnik, la Diócesis de Roma.
Tres-a: El Papa Francisco se reúne con una cercana colaboradora de Rupnik.
Tres-b: Francisco recibe a la principal seguidora y defensora de Marko Rupnik.
Cuatro: Las víctimas de Rupnik denuncian el intento del Vaticano de blanquear al ex jesuita.
Cinco: Caso Rupnik. Las víctimas se escandalizan y los analistas se preguntan si el Papa está protegiendo al jesuita expulsado por abuso sexual.
Seis: El ‘caso Rupnik’ o el fracaso de la ‘tolerancia cero’ del Papa Francisco.
Hasta aquí un resumen de lo que he podido encontrar sobre este caso. Veremos como evoluciona.
Qué no, que la amnistía no va a romper España
Leo a un montón de columnistas de derechas decir que la concesión de la amnistía a los secesionistas catalanes
va a romper España. Una cosa es estar en contra
de la amnistía, por razones jurídicas (la Constitución la prohíbe implícitamente) y políticas (significa decir que no hicieron nada malo), y otra exagerar el tema hasta afirmar que se va a llevar a España por delante.
Porque nos cuentan que si se produce la amnistía, entonces podrán volver a hacer lo mismo y el Estado, al afirmar que antes no delinquieron, no podrá actuar. ¿Cómo que no? El artículo 155 de la Constitución sigue ahí. Y el Código Penal. Y la Policía y la Guardia Civil. Y, ojo, las Fuerzas Armadas. Y el estado de excepción. Y el de sitio, que es muchísimo más duro.
Así que no nos vengan con catastrofismos que están muy lejos de producirse. El Estado tiene recursos más que suficientes para parar a unos pocos bocazas que, ya se ha demostrado, a la más mínima amenaza salen corriendo de los despachos e incluso en algunos casos salen corriendo del país.
Lo anterior no quita para estar en contra de la amnistía. Pero no porque vaya a hacer desaparecer España, sino simplemente porque está mal, muy mal.
va a romper España. Una cosa es estar en contra
de la amnistía, por razones jurídicas (la Constitución la prohíbe implícitamente) y políticas (significa decir que no hicieron nada malo), y otra exagerar el tema hasta afirmar que se va a llevar a España por delante.
Porque nos cuentan que si se produce la amnistía, entonces podrán volver a hacer lo mismo y el Estado, al afirmar que antes no delinquieron, no podrá actuar. ¿Cómo que no? El artículo 155 de la Constitución sigue ahí. Y el Código Penal. Y la Policía y la Guardia Civil. Y, ojo, las Fuerzas Armadas. Y el estado de excepción. Y el de sitio, que es muchísimo más duro.
Así que no nos vengan con catastrofismos que están muy lejos de producirse. El Estado tiene recursos más que suficientes para parar a unos pocos bocazas que, ya se ha demostrado, a la más mínima amenaza salen corriendo de los despachos e incluso en algunos casos salen corriendo del país.
Lo anterior no quita para estar en contra de la amnistía. Pero no porque vaya a hacer desaparecer España, sino simplemente porque está mal, muy mal.
Me cansa la prensa de derechas (y la de izquierdas)
Digo que me cansa la prensa de derechas porque es la que suele leer. A veces le echo un vistazo a la de izquierdas, pero últimamente poco, la verdad. Y digo que me cansa porque resaltan ante mis ojos, como si estuvieran escritas en color rojo, esas opiniones desde los titulares de las noticias. El otro día vi uno (otro más) e iba a escribir sobre el tema, por lo que la puse en mis favoritos, pero finalmente desistí.
Pero es que ayer, con lo de la investidura de Feijóo, fueron uno tras otro. Aquí van unos ejemplos.
Los únicos de los que he leído, en honor a la verdad, que no se posicionan ya desde los titulares son El Independiente y El Confidencial.
Se decía que un buen periodista nunca debía mezclar información y opinión. Antiguamente lo hacían intentando disimular un poco. Pero hoy en día ya lo hacen con todo el descaro del mundo. Lo dicho, me cansa esta prensa de derechas (y de izquierdas) donde o los redactores son mediocres o toman a los lectores por tontos (probablemente ocurran ambas cosas, que toman a los lectores por tontos porque son mediocres).
Con estos mimbres no me extraña que los periódicos estén hundidos económicamente, a expensas de que los mantengan los partidos políticos y los bancos, partidos y bancos a los que apoyan fielmente desde sus páginas, porque son los que les dan de comer.
¿Y la independencia periodística y la búsqueda de la verdad para publicarla? Bien, gracias.
Pero es que ayer, con lo de la investidura de Feijóo, fueron uno tras otro. Aquí van unos ejemplos.
Los únicos de los que he leído, en honor a la verdad, que no se posicionan ya desde los titulares son El Independiente y El Confidencial.
Se decía que un buen periodista nunca debía mezclar información y opinión. Antiguamente lo hacían intentando disimular un poco. Pero hoy en día ya lo hacen con todo el descaro del mundo. Lo dicho, me cansa esta prensa de derechas (y de izquierdas) donde o los redactores son mediocres o toman a los lectores por tontos (probablemente ocurran ambas cosas, que toman a los lectores por tontos porque son mediocres).
Con estos mimbres no me extraña que los periódicos estén hundidos económicamente, a expensas de que los mantengan los partidos políticos y los bancos, partidos y bancos a los que apoyan fielmente desde sus páginas, porque son los que les dan de comer.
¿Y la independencia periodística y la búsqueda de la verdad para publicarla? Bien, gracias.
martes, 26 de septiembre de 2023
Amnistía bajo chantaje
Buen artículo que enlacé, y en el que me llamaron mucho la atención tres palabras: amnistía bajo chantaje.
El problema no lo es tanto la amnistía (que también, porque la Constitución la prohíbe, y por aquí he enlazado un montón de artículo de juristas que analizan el tema), sino el hecho de que dicha amnistía se va a producir (si es que se produce, que todo apunta a que sí) como producto de un chantaje. O me das la amnistía o no te apoyo.
Es lo mismo que sucedió con los indultos y la rebaja de delitos. Aquello fue a cambio del apoyo a unos Presupuestos. Esto (que es peor, porque la amnistía borra el hecho delictivo y sus consecuencias) será a cambio de una investidura.
Estamos viendo al Estado de rodillas ante unos delincuentes. Y ahora, además, ante un delincuente huido de la Justicia. No se trata de cerrar una herida política, de dar por zanjado un conflicto o cualquier otra invención de Pedro Sánchez. Se trata lisa y llanamente de ceder a un chantaje. Y eso ningún Estado que se precie se lo puede permitir.
El problema no lo es tanto la amnistía (que también, porque la Constitución la prohíbe, y por aquí he enlazado un montón de artículo de juristas que analizan el tema), sino el hecho de que dicha amnistía se va a producir (si es que se produce, que todo apunta a que sí) como producto de un chantaje. O me das la amnistía o no te apoyo.
Es lo mismo que sucedió con los indultos y la rebaja de delitos. Aquello fue a cambio del apoyo a unos Presupuestos. Esto (que es peor, porque la amnistía borra el hecho delictivo y sus consecuencias) será a cambio de una investidura.
Estamos viendo al Estado de rodillas ante unos delincuentes. Y ahora, además, ante un delincuente huido de la Justicia. No se trata de cerrar una herida política, de dar por zanjado un conflicto o cualquier otra invención de Pedro Sánchez. Se trata lisa y llanamente de ceder a un chantaje. Y eso ningún Estado que se precie se lo puede permitir.
lunes, 25 de septiembre de 2023
Redondo fuera y Bildu dentro
Me gustó el artículo y lo enlacé. Y además lo guardé en mis favoritos porque quería, cuando tuviera tiempo, resaltar dos frases:
Redondo fuera y Bildu dentro. Redondo objetivo de descrédito
y Bildu blanqueado.
Así es. Nicolás Redondo pudo ser perfectamente asesinado por los amigos de Bildu. Hoy el PSOE de Pedro Sánchez prefiere a los asesinos que a un socialista que se jugó la vida.
En un comentario a un texto en FB de mi buen amigo el abogado liberal sevillano Miguel Angel Velarde escribí esto:
Un niñato como Sánchez expulsando del partido a alguien que, literalmente, se jugó la vida por el hecho de ser socialista (y pactando con los que asesinaban). Lo peor es que habrá gente que seguirá votando al niñato.
Y así están las cosas en este PSOE sanchista. Con los asesinos y contra las víctimas. ¿Se puede caer más bajo? ¿Puede haber más indignidad? El sentido común dice que no. Pero probablemente estos elementos se encargarán dentro de poco de desmentir al sentido común.
Redondo fuera y Bildu dentro. Redondo objetivo de descrédito
y Bildu blanqueado.
Así es. Nicolás Redondo pudo ser perfectamente asesinado por los amigos de Bildu. Hoy el PSOE de Pedro Sánchez prefiere a los asesinos que a un socialista que se jugó la vida.
En un comentario a un texto en FB de mi buen amigo el abogado liberal sevillano Miguel Angel Velarde escribí esto:
Un niñato como Sánchez expulsando del partido a alguien que, literalmente, se jugó la vida por el hecho de ser socialista (y pactando con los que asesinaban). Lo peor es que habrá gente que seguirá votando al niñato.
Y así están las cosas en este PSOE sanchista. Con los asesinos y contra las víctimas. ¿Se puede caer más bajo? ¿Puede haber más indignidad? El sentido común dice que no. Pero probablemente estos elementos se encargarán dentro de poco de desmentir al sentido común.
domingo, 24 de septiembre de 2023
¿Madurarán los voxeros?
Que dice la bipolar líder pepera extremeña que
ella está muy ocupada gobernando como para perder el tiempo en relaciones con los de Vox. Vamos, no es muy diplomática (nos consta), pero es lo normal, ¿no? A la política se viene a currar y no a hacer amigos. Digo yo.
Pues no. Los de Vox dicen que a ellos no se les desprecia así, que ellos también tienen su corazoncito, y que si la dama roja del PP no rectifica ellos tiran la mesa patas arriba, se llevan la pelota y se acaba el partido extremeño. Ya le dieron en Extremadura la Presidencia y la Mesa a la izquierda por otro cabreo parecido. ¿Madurarán estos voxeros algún día? ¿O les espera el mismo final que a Pablo e Irene?
ella está muy ocupada gobernando como para perder el tiempo en relaciones con los de Vox. Vamos, no es muy diplomática (nos consta), pero es lo normal, ¿no? A la política se viene a currar y no a hacer amigos. Digo yo.
Pues no. Los de Vox dicen que a ellos no se les desprecia así, que ellos también tienen su corazoncito, y que si la dama roja del PP no rectifica ellos tiran la mesa patas arriba, se llevan la pelota y se acaba el partido extremeño. Ya le dieron en Extremadura la Presidencia y la Mesa a la izquierda por otro cabreo parecido. ¿Madurarán estos voxeros algún día? ¿O les espera el mismo final que a Pablo e Irene?
No caerá la breva de la rebelión podemista por Irene Montero
Dice Enrique García-Máiquez que Irene Montero va a impedir la investidura de Pedro Sánchez porque Podemos ha dicho que su condición innegociable para votar que sí es que Irene Montero repita de Ministra de Igualdad.
Ojalá, pero el escritor confunde sus deseos con la realidad. Sin duda habrá tensiones, pero la sangre no llegará al río. Primero, porque los nombramientos de ministros son posteriores a la investidura y segundo (y más importante) porque si Podemos lanzase la mesa patas arriba tendría que ir por separado a las elecciones y en esas condiciones se quedaría sin los cinco diputados que ahora tiene, cinco diputados que no van a cometer la estupidez de tirar por la borda cuatro años más viviendo del Estado sin hacer nada.
Que se desengañen García-Máiquez y todos los demás que aún sueñan con una repetición electoral. Pedro Sánchez ganará su investidura con toda seguridad. Y todo lo demás no son más que sueños de una noche de verano.
Ojalá, pero el escritor confunde sus deseos con la realidad. Sin duda habrá tensiones, pero la sangre no llegará al río. Primero, porque los nombramientos de ministros son posteriores a la investidura y segundo (y más importante) porque si Podemos lanzase la mesa patas arriba tendría que ir por separado a las elecciones y en esas condiciones se quedaría sin los cinco diputados que ahora tiene, cinco diputados que no van a cometer la estupidez de tirar por la borda cuatro años más viviendo del Estado sin hacer nada.
Que se desengañen García-Máiquez y todos los demás que aún sueñan con una repetición electoral. Pedro Sánchez ganará su investidura con toda seguridad. Y todo lo demás no son más que sueños de una noche de verano.
sábado, 23 de septiembre de 2023
viernes, 22 de septiembre de 2023
Sánchez les tiene cogida la medida a estos inútiles del PP
Pedro Sánchez no llegó a ser Presidente de Gobierno en aquella moción de censura que le gano a Mariano Rajoy el 1 de junio de 2018 por méritos propios, sino por la incompetencia manifiesta de este último. Recapitulemos.
Tras las elecciones generales de 2015 ningún candidato consiguió la Presidencia. Rajoy porque no quiso presentarse y Sánchez porque no sumó los apoyos suficientes. Por ello se convocaron nuevas elecciones para 2016, concretamente el 3 de mayo (dato importante a tener en cuenta para el futuro) para el 26 de junio. Los resultados mejoraron para el PP y empeoraron para el PSOE con respecto a las del año anterior, pero ello no fue suficiente para que Rajoy ganara la investidura (la perdió por 180 a 170). Después llegaría toda la crisis interna dentro del PSOE que terminó con la defenestración de Pedro Sánchez y la abstención del PSOE que hizo Presidente a Rajoy el 29 de octubre.
Esa investidura de Rajoy nacía de una victoria sumamente débil, basada en la abstención del partido alternativo, el PSOE. Pero si débil era el Gobierno de Rajoy mucho más débil era el PSOE, enfrascado en una crisis interna que amenazaba incluso con llevarse al partido por delante, una crisis que duró básicamente desde el 1 de octubre de 2016, cuando el PSOE se partió por la decisión de abstenerse para facilitar la investidura de Rajoy, hasta el 21 de mayo de 2017, cuando Pedro Sánchez ganó las primarias socialistas.
Con un PSOE enfrascado en sus propias diferencias internas, Rajoy lo único que tenía que haber hecho era haber convocado elecciones el 3 de mayo de 2017 (un año después de la disolución anterior, el mínimo que marca la Constitución) o unos días después para el 2 de julio. Con un Pedro Sánchez recién reelegido después de una brutal guerra civil política interna el PSOE hubiera tenido muy complicado mejorar sus anteriores resultados (que ya de por sí fueron nefastos).
Pero Rajoy se esforzó en agotar la Legislatura, e incluso cometió la enorme torpeza de, a raíz del apoyo de Pedro Sánchez a la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, confiar en él. Con las matemáticas en contra (son puñeteras) en el Congreso era casi suicida hacerlo, y había que adelantar las elecciones.
Aún tendría Mariano Rajoy dos oportunidades más de impedir, ciertamente in extremis, la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno a través de la moción de censura. Cuando el 24 de mayo de 2018 la Audiencia Nacional mencionó que Rajoy había mentido en su testimonio como testigo durante un juicio estaba claro que el asunto se le había ido de las manos. Había de hacer algo. Convocar elecciones. Pero Rajoy, fiel a su estilo, no hizo nada. Y el día siguiente el PSOE registró la moción de censura que acabaría ganando Pedro Sánchez.
Pero es que, aun así, Mariano Rajoy tuvo una última oportunidad para frenar la llegada al poder de Pedro Sánchez, ya sobre la misma línea de meta. Y es que Sánchez le dijo a Rajoy que si dimitía como Presidente de Gobierno él retiraría la moción de censura. En ese caso se abriría una nueva elección de Presidente, y Soraya Sáenz de Santamaría tenía buenas posibilidades de conseguir la Presidencia, con el apoyo del PNV. Pero Rajoy se enrocó en que no había hecho nada para tener que dimitir y prefirió ir a emborracharse a un restaurante cercano con sus amigotes en lugar de frenar al socialista. O él o el caos. Pues nada, el caos.
En las manos de ese inútil del PP, Mariano Rajoy, estuvo España por seis años y medio, que lo único que supo hacer cuando perdió la mayoría absoluta y le toco pedalear cuesta arriba fue colaborar para que le sucediera un ser tan dañino como Pedro Sánchez.
A Mariano Rajoy le sucedió Pablo Casado, un personaje que, cuando las encuestas le ofrecían una cómoda mayoría absoluta con Vox, decidió, por envidia, enfrentarse en una innecesaria guerra política con Isabel Díaz Ayuso, guerra que no podía ganar, y acabó teniendo que abandonar la dirección del PP. Un suicidio político en toda regla. Vamos, otro inútil.
Y ahora el PP disfruta (es un decir) del liderazgo de un socialdemócrata nacionalista gallego, Alberto Núñez Feijóo, quien, con todo a favor contra Pedro Sánchez, lo único que supo fue confiarse y, error tras error, lanzar el penalti fuera y perder unas elecciones generales que tenía ganadas.
Rajoy, Casado, Feijóo. Tres inútiles al frente del PP a los que Sánchez les ha tomado perfectamente la medida. Con líderes peperos así tenemos Sánchez para rato. Quiero equivocarme.
Tras las elecciones generales de 2015 ningún candidato consiguió la Presidencia. Rajoy porque no quiso presentarse y Sánchez porque no sumó los apoyos suficientes. Por ello se convocaron nuevas elecciones para 2016, concretamente el 3 de mayo (dato importante a tener en cuenta para el futuro) para el 26 de junio. Los resultados mejoraron para el PP y empeoraron para el PSOE con respecto a las del año anterior, pero ello no fue suficiente para que Rajoy ganara la investidura (la perdió por 180 a 170). Después llegaría toda la crisis interna dentro del PSOE que terminó con la defenestración de Pedro Sánchez y la abstención del PSOE que hizo Presidente a Rajoy el 29 de octubre.
Esa investidura de Rajoy nacía de una victoria sumamente débil, basada en la abstención del partido alternativo, el PSOE. Pero si débil era el Gobierno de Rajoy mucho más débil era el PSOE, enfrascado en una crisis interna que amenazaba incluso con llevarse al partido por delante, una crisis que duró básicamente desde el 1 de octubre de 2016, cuando el PSOE se partió por la decisión de abstenerse para facilitar la investidura de Rajoy, hasta el 21 de mayo de 2017, cuando Pedro Sánchez ganó las primarias socialistas.
Con un PSOE enfrascado en sus propias diferencias internas, Rajoy lo único que tenía que haber hecho era haber convocado elecciones el 3 de mayo de 2017 (un año después de la disolución anterior, el mínimo que marca la Constitución) o unos días después para el 2 de julio. Con un Pedro Sánchez recién reelegido después de una brutal guerra civil política interna el PSOE hubiera tenido muy complicado mejorar sus anteriores resultados (que ya de por sí fueron nefastos).
Pero Rajoy se esforzó en agotar la Legislatura, e incluso cometió la enorme torpeza de, a raíz del apoyo de Pedro Sánchez a la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña, confiar en él. Con las matemáticas en contra (son puñeteras) en el Congreso era casi suicida hacerlo, y había que adelantar las elecciones.
Aún tendría Mariano Rajoy dos oportunidades más de impedir, ciertamente in extremis, la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno a través de la moción de censura. Cuando el 24 de mayo de 2018 la Audiencia Nacional mencionó que Rajoy había mentido en su testimonio como testigo durante un juicio estaba claro que el asunto se le había ido de las manos. Había de hacer algo. Convocar elecciones. Pero Rajoy, fiel a su estilo, no hizo nada. Y el día siguiente el PSOE registró la moción de censura que acabaría ganando Pedro Sánchez.
Pero es que, aun así, Mariano Rajoy tuvo una última oportunidad para frenar la llegada al poder de Pedro Sánchez, ya sobre la misma línea de meta. Y es que Sánchez le dijo a Rajoy que si dimitía como Presidente de Gobierno él retiraría la moción de censura. En ese caso se abriría una nueva elección de Presidente, y Soraya Sáenz de Santamaría tenía buenas posibilidades de conseguir la Presidencia, con el apoyo del PNV. Pero Rajoy se enrocó en que no había hecho nada para tener que dimitir y prefirió ir a emborracharse a un restaurante cercano con sus amigotes en lugar de frenar al socialista. O él o el caos. Pues nada, el caos.
En las manos de ese inútil del PP, Mariano Rajoy, estuvo España por seis años y medio, que lo único que supo hacer cuando perdió la mayoría absoluta y le toco pedalear cuesta arriba fue colaborar para que le sucediera un ser tan dañino como Pedro Sánchez.
A Mariano Rajoy le sucedió Pablo Casado, un personaje que, cuando las encuestas le ofrecían una cómoda mayoría absoluta con Vox, decidió, por envidia, enfrentarse en una innecesaria guerra política con Isabel Díaz Ayuso, guerra que no podía ganar, y acabó teniendo que abandonar la dirección del PP. Un suicidio político en toda regla. Vamos, otro inútil.
Y ahora el PP disfruta (es un decir) del liderazgo de un socialdemócrata nacionalista gallego, Alberto Núñez Feijóo, quien, con todo a favor contra Pedro Sánchez, lo único que supo fue confiarse y, error tras error, lanzar el penalti fuera y perder unas elecciones generales que tenía ganadas.
Rajoy, Casado, Feijóo. Tres inútiles al frente del PP a los que Sánchez les ha tomado perfectamente la medida. Con líderes peperos así tenemos Sánchez para rato. Quiero equivocarme.
jueves, 21 de septiembre de 2023
Aznaradas sanchistas
Cuando Mariano Rajoy decidió, una vez en la Presidencia del Gobierno, seguir su propio camino, José María Aznar se lo tomó a mal. Tanto que le hizo la vida imposible, primero apoyando a Ciudadanos y después a Vox. No paró Aznar de poner zancadillas a Rajoy hasta que consiguió acabar con él... y sustituirlo por Pedro Sánchez. De aquello hace ya cinco años, que no son moco de pavo (y lo que te rondaré, morena, porque nos esperan otros cuatro más... por lo menos).
Y ahora va el señor Aznar y, no contento con sus resultados de haber minado la credibilidad de Rajoy, se dedica a hacer lo mismo con Feijóo, y como parece que no le gusta la forma en la que el gallego lidera el PP, en la práctica le monta una manifestación en contra de un pacto sobre la amnistía entre Sánchez y Puigdemont ¡dos días antes del debate de investidura del propio Feijóo!
Aznar a Rajoy le hizo la vida imposible cuando llegó al Gobierno. A Feijóo parece que se la va a hacer desde ahora, que está en la oposición.
Aznar quiere ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y en muerto en el entierro. Nunca supo irse. Y eso ha hecho un daño tremendo al PP. Y lo seguirá haciendo. A menos que un líder del PP ponga en peligro los cimientos del sistema (es la razón por la que González está interviniendo contra Sánchez), debería permanecer callado, como hace Rajoy. Y no es el caso.
En el PSOE deben estar encantando con la aznaradas. Al único que benefician es a Sánchez.
Y ahora va el señor Aznar y, no contento con sus resultados de haber minado la credibilidad de Rajoy, se dedica a hacer lo mismo con Feijóo, y como parece que no le gusta la forma en la que el gallego lidera el PP, en la práctica le monta una manifestación en contra de un pacto sobre la amnistía entre Sánchez y Puigdemont ¡dos días antes del debate de investidura del propio Feijóo!
Aznar a Rajoy le hizo la vida imposible cuando llegó al Gobierno. A Feijóo parece que se la va a hacer desde ahora, que está en la oposición.
Aznar quiere ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y en muerto en el entierro. Nunca supo irse. Y eso ha hecho un daño tremendo al PP. Y lo seguirá haciendo. A menos que un líder del PP ponga en peligro los cimientos del sistema (es la razón por la que González está interviniendo contra Sánchez), debería permanecer callado, como hace Rajoy. Y no es el caso.
En el PSOE deben estar encantando con la aznaradas. Al único que benefician es a Sánchez.
miércoles, 20 de septiembre de 2023
Esquizofrénico PP
El próximo martes, 26 de septiembre, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se presentará ante el Congreso de los Diputados con la intención de ser elegido Presidente de Gobierno. Pero dos días antes, este domingo, 24 de septiembre, el mismo PP que aspira a gobernar España ha convocado una "gran manifestación" contra la negociación entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont para sacar adelante una ley de amnistía para los procesados por los hechos relacionados con la declaración de independencia de Cataluña de 2017. ¿Alguien lo entiende? ¿No quedamos en que aspiran a que Feijóo sea Presidente? ¿Por qué entonces la manifestación? Todos sabemos que Feijóo fracasará, evidentemente. Pero al menos podían guardar un poco las formas y no digo esperar al día siguiente de la segunda fallida votación, pero sí al minuto siguiente para dar esta necesaria batalla contra la amnistía. Pero no antes.
Una manifestación por cierto, que parece que se la convocó Aznar a Feijóo. ¿Quién manda en el PP, Feijóo o Aznar? ¿Cada vez que Aznar conceda una entrevista va Feijóo a seguir sus ocurrencias? ¿No tiene criterio propio el gallego y tiene que seguir los dictados del expresidente? Eso por no hablar del incuestionable liderazgo de Ayuso, acrecentado desde el desastre electoral pepero.
Por cierto, que con la lamentable manifestación del domingo (repito, tocaba dentro de dos semanas) hemos vuelto a las andadas con la relación del PP con Vox. Le han dado mil vueltas a la situación para que los voxeros no acudan al acto. Pero, señores peperos, que gobiernan ustedes con ellos cinco autonomías y una infinidad de ayuntamientos. ¿Y se siguen avergonzando de Vox? ¿Se avergüenzan de aquellos con los que gobiernan? Pues vale.
A lo que hay que añadir un último despropósito pepero, de ayer mismo. Después de criticar y votar en contra de utilizar otras lenguas en el Congreso, y de decir que ellos solo usarían el castellano, va en ese mismo debate el representante del PP, Borja Sémper, y se marca la mitad de su discurso ¡en vasco! Yo ya no sé ni qué decir, de verdad.
Pues nada, señores del PP, sigan, sigan con esa esquizofrenia política, que a este paso tenemos Sánchez para rato.
Una manifestación por cierto, que parece que se la convocó Aznar a Feijóo. ¿Quién manda en el PP, Feijóo o Aznar? ¿Cada vez que Aznar conceda una entrevista va Feijóo a seguir sus ocurrencias? ¿No tiene criterio propio el gallego y tiene que seguir los dictados del expresidente? Eso por no hablar del incuestionable liderazgo de Ayuso, acrecentado desde el desastre electoral pepero.
Por cierto, que con la lamentable manifestación del domingo (repito, tocaba dentro de dos semanas) hemos vuelto a las andadas con la relación del PP con Vox. Le han dado mil vueltas a la situación para que los voxeros no acudan al acto. Pero, señores peperos, que gobiernan ustedes con ellos cinco autonomías y una infinidad de ayuntamientos. ¿Y se siguen avergonzando de Vox? ¿Se avergüenzan de aquellos con los que gobiernan? Pues vale.
A lo que hay que añadir un último despropósito pepero, de ayer mismo. Después de criticar y votar en contra de utilizar otras lenguas en el Congreso, y de decir que ellos solo usarían el castellano, va en ese mismo debate el representante del PP, Borja Sémper, y se marca la mitad de su discurso ¡en vasco! Yo ya no sé ni qué decir, de verdad.
Pues nada, señores del PP, sigan, sigan con esa esquizofrenia política, que a este paso tenemos Sánchez para rato.
martes, 19 de septiembre de 2023
lunes, 18 de septiembre de 2023
No les va a ser tan fácil a estos cinco
Vengo leyendo columnistas de los espacios de derecha y liberal (no son lo mismo, pero ese es otro tema) que casi unánimemente denuncian que con la negociación de la investidura de Pedro Sánchez con golpistas catalanes y terroristas vascos estamos ante el final de España tal y como la conocemos. Es lo que parece, evidentemente, porque tanto unos como otros lo que demandan es la posibilidad de salirse de España. Pero no va a ser tan fácil.
España, más o menos como la conocemos hoy en día, parte del matrimonio entre Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón el 19 de octubre de 1469. Unos años después, el 2 de enero de 1492, se completaría con la toma de Granada, que añadiría el sur a lo ya poseído. Después, el 25 de julio de 1496, se añadirían las Islas Canarias. Y algunos más, el 17 de diciembre de 1512, con la conquista de Navarra. Estamos hablando de, dependiendo del hecho histórico que se tome como referencia, 554, 531, 527 o 511 años. Más de medio siglo en cualquier caso. En el cual España ha sufrido de todo. Solamente en un siglo la nación padeció cuatro guerras civiles, que se dice pronto, las tres guerras carlistas y la guerra civil de 1936. A lo que hay que añadir la España satélite de Francia bajo el control de Napoleón en 1808, que daría lugar a la guerra de la independencia entre 1808 y 1813, año en que los franceses fueron totalmente expulsados de España.
¿Y ahora, más de 500 años después, España va a desaparecer? Me cuesta mucho creer que cinco tahures de medio pelo en torno a una mesa camilla (Sánchez, Puigdemont, Junqueras, Otegi y Ortuzar) van a acabar con más de cinco siglos de historia. España, con sus luces y sus sombras, ha soportado cosas infinitamente peores que lo que está viviendo ahora. Y aquí sigue.
Hubo indultos y supresión de delitos. Probablemente habrá amnistía. Pero no creo que puedan ir más allá. Hay una Constitución. Hay un PP fuerte en los gobiernos autonómicos y en el Senado. Hay unas Fuerzas Armadas (léanse el artículo 8 de la Constitución, que tanto escuece a los nacionalistas). Hay también una sociedad civil que, aunque ahora débil sin duda, se echará a la calle si intuye el peligro de que España desaparezca.
No, repito, me niego a creer que cinco politicuchos de tres al cuarto vayan a acabar con España. Y no se trata de confundir deseos con realidades. Las naciones, incluso los imperios, pueden desaparecer y no pasa nada. Ya ha sucedido en infinidad de ocasiones a lo largo de la historia de la humanidad. Pero creo que para que España desaparezca se necesitará mucho más que estos cinco políticos de pacotilla (cuatro de ellos ni saben hablar correctamente, el otro tuvo de copiar una tesis) que están en sus puestos de una forma meramente circunstancial.
España como la conocemos podría desaparecer. Pero, por ejemplo, víctima de una guerra con Marruecos que fuera aprovechada por Cataluña y País Vasco para atacar y hacer una pinza. Ahora bien, la valentía de independentistas catalanes y vascos ya quedó clara en el pasado. Muchas palabras y ningún hecho. Nada más.
España en sus más de cinco siglos de historia ha soportado envites muchísimos más peligrosos que los de unos tales Sánchez, Puigdemont, Junqueras, Otegi y Ortuzar. No les va a ser tan fácil.
España, más o menos como la conocemos hoy en día, parte del matrimonio entre Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón el 19 de octubre de 1469. Unos años después, el 2 de enero de 1492, se completaría con la toma de Granada, que añadiría el sur a lo ya poseído. Después, el 25 de julio de 1496, se añadirían las Islas Canarias. Y algunos más, el 17 de diciembre de 1512, con la conquista de Navarra. Estamos hablando de, dependiendo del hecho histórico que se tome como referencia, 554, 531, 527 o 511 años. Más de medio siglo en cualquier caso. En el cual España ha sufrido de todo. Solamente en un siglo la nación padeció cuatro guerras civiles, que se dice pronto, las tres guerras carlistas y la guerra civil de 1936. A lo que hay que añadir la España satélite de Francia bajo el control de Napoleón en 1808, que daría lugar a la guerra de la independencia entre 1808 y 1813, año en que los franceses fueron totalmente expulsados de España.
¿Y ahora, más de 500 años después, España va a desaparecer? Me cuesta mucho creer que cinco tahures de medio pelo en torno a una mesa camilla (Sánchez, Puigdemont, Junqueras, Otegi y Ortuzar) van a acabar con más de cinco siglos de historia. España, con sus luces y sus sombras, ha soportado cosas infinitamente peores que lo que está viviendo ahora. Y aquí sigue.
Hubo indultos y supresión de delitos. Probablemente habrá amnistía. Pero no creo que puedan ir más allá. Hay una Constitución. Hay un PP fuerte en los gobiernos autonómicos y en el Senado. Hay unas Fuerzas Armadas (léanse el artículo 8 de la Constitución, que tanto escuece a los nacionalistas). Hay también una sociedad civil que, aunque ahora débil sin duda, se echará a la calle si intuye el peligro de que España desaparezca.
No, repito, me niego a creer que cinco politicuchos de tres al cuarto vayan a acabar con España. Y no se trata de confundir deseos con realidades. Las naciones, incluso los imperios, pueden desaparecer y no pasa nada. Ya ha sucedido en infinidad de ocasiones a lo largo de la historia de la humanidad. Pero creo que para que España desaparezca se necesitará mucho más que estos cinco políticos de pacotilla (cuatro de ellos ni saben hablar correctamente, el otro tuvo de copiar una tesis) que están en sus puestos de una forma meramente circunstancial.
España como la conocemos podría desaparecer. Pero, por ejemplo, víctima de una guerra con Marruecos que fuera aprovechada por Cataluña y País Vasco para atacar y hacer una pinza. Ahora bien, la valentía de independentistas catalanes y vascos ya quedó clara en el pasado. Muchas palabras y ningún hecho. Nada más.
España en sus más de cinco siglos de historia ha soportado envites muchísimos más peligrosos que los de unos tales Sánchez, Puigdemont, Junqueras, Otegi y Ortuzar. No les va a ser tan fácil.
Cosas que nos helarán la sangre (2): Babel en el Congreso
Ya es oficial: La Mesa de
la Cámara, controlada
por el PSOE y Sumar, ha dado luz verde este miércoles al
plurilingüismo con la oposición del PP.
Algunos podrán pensar que es algo meramente anecdótico, totalmente inocuo. No, ningún avance de los que quieren romper España es anecdótico o inocuo; todo lo hacen con alguna idea de ir avanzando en sus metas. Y en esta ocasión de lo que se trata es de demostrar que en España no hay una unidad lingüística. Es llevar a España la falta de unidad idiomática que hay, por ejemplo, en la Unión Europea. Una auténtica barbaridad. Y vendrán más. Y peores.
la Cámara, controlada
por el PSOE y Sumar, ha dado luz verde este miércoles al
plurilingüismo con la oposición del PP.
Algunos podrán pensar que es algo meramente anecdótico, totalmente inocuo. No, ningún avance de los que quieren romper España es anecdótico o inocuo; todo lo hacen con alguna idea de ir avanzando en sus metas. Y en esta ocasión de lo que se trata es de demostrar que en España no hay una unidad lingüística. Es llevar a España la falta de unidad idiomática que hay, por ejemplo, en la Unión Europea. Una auténtica barbaridad. Y vendrán más. Y peores.
domingo, 17 de septiembre de 2023
sábado, 16 de septiembre de 2023
viernes, 15 de septiembre de 2023
jueves, 14 de septiembre de 2023
Vaya basura: "El duro testimonio de la extenista francesa Angélique Cauchy: «Me violó más de 400 veces en dos años»... intentaba seducir a las chicas, las «controlaba y manipulaba», aislándolas de sus familias y amigos... buena parte de las jerarquías del tenis francés conocían el comportamiento del entrenador"
miércoles, 13 de septiembre de 2023
martes, 12 de septiembre de 2023
lunes, 11 de septiembre de 2023
Girauta, que sí, leñe, que Junts hará presidente a Sánchez y habrá una amnistía
Dice Juan Carlos Girauta que ni Junts hará presidente a Sánchez ni este concederá ninguna amnistía. Ojalá. Pero se equivoca.
La ola de socialistas y juristas alertando del desastre de tal amnistía va en la dirección que marca Girauta. La amnistía rompería de hecho el marco establecido en la Constitución y vendría a decir en la práctica que la declaración de independencia y todos los actos que la rodearon de hecho fueron justos. Una barbaridad para cualquier país civilizado. Una barbaridad para cualquier político civilizado.
Pero es que Pedro Sánchez no es político civilizado. Es un superviviente de la política. Al precio que sea. Y hemos de recordar que de no haber amnistía habría repetición electoral. Una repetición electoral que probablemente se llevaría por delante a Pedro Sánchez. Y es que ahora mismo Feijóo está tan solo a cuatro diputados de la mayoría absoluta (tiene asegurados 172), los cuales muy bien podría conseguir en unos próximos comicios.
Pedro Sánchez sabe perfectamente que esta es su única oportunidad, inalcanzable cuando se abrieron las urnas el pasado 23 de julio. Una única oportunidad para permanecer en el poder cuatro años más. U ocho. Una única oportunidad para conseguir su meta de permanecer en La Moncloa al menos 13 años, 5 meses y 4 días. Una única oportunidad que parecía totalmente imposible y que el destino le ha regalado contra todo pronóstico.
Y Pedro Sánchez no va a desaprovechar esa única oportunidad. Habrá amnistía para conseguir la investidura. Y luego, fiel a su estilo, ya veremos. Partido a partido, semana a semana, día a día. Así lleva ya cinco años. El sistema le ha dado resultado. Y no lo cambiará.
La ola de socialistas y juristas alertando del desastre de tal amnistía va en la dirección que marca Girauta. La amnistía rompería de hecho el marco establecido en la Constitución y vendría a decir en la práctica que la declaración de independencia y todos los actos que la rodearon de hecho fueron justos. Una barbaridad para cualquier país civilizado. Una barbaridad para cualquier político civilizado.
Pero es que Pedro Sánchez no es político civilizado. Es un superviviente de la política. Al precio que sea. Y hemos de recordar que de no haber amnistía habría repetición electoral. Una repetición electoral que probablemente se llevaría por delante a Pedro Sánchez. Y es que ahora mismo Feijóo está tan solo a cuatro diputados de la mayoría absoluta (tiene asegurados 172), los cuales muy bien podría conseguir en unos próximos comicios.
Pedro Sánchez sabe perfectamente que esta es su única oportunidad, inalcanzable cuando se abrieron las urnas el pasado 23 de julio. Una única oportunidad para permanecer en el poder cuatro años más. U ocho. Una única oportunidad para conseguir su meta de permanecer en La Moncloa al menos 13 años, 5 meses y 4 días. Una única oportunidad que parecía totalmente imposible y que el destino le ha regalado contra todo pronóstico.
Y Pedro Sánchez no va a desaprovechar esa única oportunidad. Habrá amnistía para conseguir la investidura. Y luego, fiel a su estilo, ya veremos. Partido a partido, semana a semana, día a día. Así lleva ya cinco años. El sistema le ha dado resultado. Y no lo cambiará.
Cosas que nos helarán la sangre (1): la vicepresidenta reunida con un fugitivo
Dije que ahora sí, vamos
a ver cosas que nos helarán la sangre. Empezamos la cuenta
con la reunión de una vicepresidenta del Gobierno de España con un fugitivo de la Justicia de España. Y esto es solo el comienzo. No pretendo adelantarme a los acontecimientos, sino seguir con la cuenta cuando los hechos estén consumados. Y lo estarán. Me temo que bastantes. Ojalá que me equivoque.
a ver cosas que nos helarán la sangre. Empezamos la cuenta
con la reunión de una vicepresidenta del Gobierno de España con un fugitivo de la Justicia de España. Y esto es solo el comienzo. No pretendo adelantarme a los acontecimientos, sino seguir con la cuenta cuando los hechos estén consumados. Y lo estarán. Me temo que bastantes. Ojalá que me equivoque.
domingo, 10 de septiembre de 2023
sábado, 9 de septiembre de 2023
viernes, 8 de septiembre de 2023
jueves, 7 de septiembre de 2023
miércoles, 6 de septiembre de 2023
Que no, leñe, don Alberto, que el PNV no le puede apoyar a usted en la investidura
Insiste Núñez Feijóo (no sé si lo sigue haciendo después del artículo de Urkullu en El País pidiendo una 'reinterpretación de la Constitución' que dé la práctica independencia al País Vasco) en que el PNV le apoye en la investidura, con cuyos votos, sumados a los que ya tiene, se haría con la Presidencia del Gobierno.
Olvida el gallego que todo partido político lucha por, al menos, sobrevivir. Y que no está en el ánimo de ninguno suicidarse. Y eso, un suicidio político, sería que el PNV apoyara al PP (más aún a un PP apoyado a su vez por Vox) para que conquistara el Gobierno. Ya el representante del PNV en el debate a cinco (no recuerdo su nombre) se quejaba amargamente al representante de Bildu (tampoco recuerdo su nombre) de que estos últimos les habían dicho a los peneuvistas que eran unos fascistas. Si eso fue por el solo hecho de pactar con el PSOE, imagínense lo que les dirían si pactan con un PP que a su vez pacta con Vox.
Hay que recordar que la sociedad vasca ha girado hacia la izquierda. Hay que recordar que Bildu se ha quedado con muchos de los votantes de Podemos. Hay que recordar que por primera vez en la historia Bildu sacó más votos que el PNV en las pasadas elecciones generales. Hay que recordar que esos votos se han trasladado al Parlamento en el hecho de que, también por primera vez en la historia, Bildu tiene un diputado más que el PNV. Y todos estos recuerdos vienen a cuenta de que, por último y lo más importante, hay que recordar que en la próxima primavera (o sea, ya) hay elecciones autonómicas vascas, que van a ser a cara de perro entre Bildu y el PNV (nos vamos a divertir), porque estos dos partidos se juegan el Gobierno vasco.
Por todo ello es completamente imposible que el PNV apoye a Feijóo. Repito, completamente imposible. Así que dejen de inventarse historias como que hay dos corrientes en dicho partido, una en contra y otra a favor del pacto.
Ciertamente la cosa podría cambiar si, con el apoyo del PSE, Bildu consigue expulsar al PNV del Gobierno vasco. Pero eso es hablar de futuro. En el presente Feijóo no tiene ninguna posibilidad de obtener el apoyo del PNV para su investidura. Ninguna. Nada. Cero. ¿Está claro?
Olvida el gallego que todo partido político lucha por, al menos, sobrevivir. Y que no está en el ánimo de ninguno suicidarse. Y eso, un suicidio político, sería que el PNV apoyara al PP (más aún a un PP apoyado a su vez por Vox) para que conquistara el Gobierno. Ya el representante del PNV en el debate a cinco (no recuerdo su nombre) se quejaba amargamente al representante de Bildu (tampoco recuerdo su nombre) de que estos últimos les habían dicho a los peneuvistas que eran unos fascistas. Si eso fue por el solo hecho de pactar con el PSOE, imagínense lo que les dirían si pactan con un PP que a su vez pacta con Vox.
Hay que recordar que la sociedad vasca ha girado hacia la izquierda. Hay que recordar que Bildu se ha quedado con muchos de los votantes de Podemos. Hay que recordar que por primera vez en la historia Bildu sacó más votos que el PNV en las pasadas elecciones generales. Hay que recordar que esos votos se han trasladado al Parlamento en el hecho de que, también por primera vez en la historia, Bildu tiene un diputado más que el PNV. Y todos estos recuerdos vienen a cuenta de que, por último y lo más importante, hay que recordar que en la próxima primavera (o sea, ya) hay elecciones autonómicas vascas, que van a ser a cara de perro entre Bildu y el PNV (nos vamos a divertir), porque estos dos partidos se juegan el Gobierno vasco.
Por todo ello es completamente imposible que el PNV apoye a Feijóo. Repito, completamente imposible. Así que dejen de inventarse historias como que hay dos corrientes en dicho partido, una en contra y otra a favor del pacto.
Ciertamente la cosa podría cambiar si, con el apoyo del PSE, Bildu consigue expulsar al PNV del Gobierno vasco. Pero eso es hablar de futuro. En el presente Feijóo no tiene ninguna posibilidad de obtener el apoyo del PNV para su investidura. Ninguna. Nada. Cero. ¿Está claro?
martes, 5 de septiembre de 2023
La defensa de Jennifer Hermoso no es desde el feminismo izquierdista, sino desde el liberalismo feminista, estúpidos
El feminismo izquierdista español, que no pierde ninguna ocasión de colgarse ninguna medalla, ha hecho una excelente labor, justo es reconocerlo, en apropiarse injustamente de la defensa de Jennifer Hermoso ante el forzado beso que le propinó a la futbolista el dirigente de la RFEF Luis Rubiales. Y es que este feminismo izquierdista que dice defender a esta mujer de un forzado beso de un hombre es el mismo feminismo izquierdista que con la ley del solo sí es sí hace bien poco que benefició a más de mil violadores y pederastas, a más de cien de los cuales puso directamente en la calle. Es este feminismo izquierdista el que calló cuando la dirigente izquierdista valenciana Mónica Oltra protegió a su exmarido ante el abuso sexual de una menor tutelada. Es el mismo feminismo izquierdista que ha protegido indecentemente a la ahora expresidenta balear Francina Armengol en el caso de las menores prostituidas que estaban bajo la protección (es un decir) del gobierno de las islas, una Francina Armengol a la que, con todo el descaro del mundo, han elevado a la Presidencia del Congreso. Recordemos que este feminismo izquierdista es el que calló ante las agresiones a Begoña Villacís, Inés Arrimadas o Cayetana Álvarez de Toledo, entre otras, porque siempre calla ante cualquier agresión perpetrada contra una mujer a la que ellos no consideran de su cuerda.
Es un feminismo izquierdista que, en resumen, lo único que hace es proteger a los suyos y atacar a los demás, objetivo en el que instrumentaliza a las mujeres. Y lo anterior hay que decirlo y demostrarlo alto y claro.
Frente a este feminismo izquierdista existe un liberalismo feminista. El liberalismo se encarga de poner la libertad individual en el centro. Y de protegerla. Por eso protege la libertad del más débil contra la imposición del más poderoso (de los niños frente los adultos, de los enfermos frente los sanos, de los pobres frente a los ricos, de los gobernados frente a los gobernantes, etc.). Y dentro de esa protección está, por supuesto, la protección de la libertad de los trabajadores contra las coacciones de sus jefes y la protección de la libertad de las mujeres contra la imposición de los deseos de los hombres.
Es ahí donde el liberalismo feminista debió hacer una defensa total de Jennifer Hermoso, diciendo alto y claro que no hay ninguna excusa para que en un momento dado otra persona, en este caso Luis Rubiales, violara su libertad individual, obligándola a hacer algo que no deseaba, el famoso beso.
Ayer escribía yo como la mayoría del liberalismo español se ha volcado en la defensa de Luis Rubiales. Y de paso ha dejado la defensa de la futbolista en manos del feminismo izquierdista. Cuando de lo que se trataba es de defender a Jenni Hermoso desde el liberalismo feminista. Estúpidos.
Es un feminismo izquierdista que, en resumen, lo único que hace es proteger a los suyos y atacar a los demás, objetivo en el que instrumentaliza a las mujeres. Y lo anterior hay que decirlo y demostrarlo alto y claro.
Frente a este feminismo izquierdista existe un liberalismo feminista. El liberalismo se encarga de poner la libertad individual en el centro. Y de protegerla. Por eso protege la libertad del más débil contra la imposición del más poderoso (de los niños frente los adultos, de los enfermos frente los sanos, de los pobres frente a los ricos, de los gobernados frente a los gobernantes, etc.). Y dentro de esa protección está, por supuesto, la protección de la libertad de los trabajadores contra las coacciones de sus jefes y la protección de la libertad de las mujeres contra la imposición de los deseos de los hombres.
Es ahí donde el liberalismo feminista debió hacer una defensa total de Jennifer Hermoso, diciendo alto y claro que no hay ninguna excusa para que en un momento dado otra persona, en este caso Luis Rubiales, violara su libertad individual, obligándola a hacer algo que no deseaba, el famoso beso.
Ayer escribía yo como la mayoría del liberalismo español se ha volcado en la defensa de Luis Rubiales. Y de paso ha dejado la defensa de la futbolista en manos del feminismo izquierdista. Cuando de lo que se trataba es de defender a Jenni Hermoso desde el liberalismo feminista. Estúpidos.
lunes, 4 de septiembre de 2023
Última hora: un minuto de impactantes imágenes (al menos para mí) del encuentro entre la vicepresidenta y el fugado (sin comentarios)
A esta hora Yolanda Díaz y Carles Puigdemont se reúnen en Bruselas para hablar sobre la investidura
— RTVE Noticias (@rtvenoticias) September 4, 2023
Moncloa se desmarca del encuentro y dice que la líder de Sumar no va en nombre del Gobierno ni del PSOE
▶En #Canal24horas: https://t.co/0Ix6dDsBAd pic.twitter.com/JUB8uP2JFa
Liberales con Rubiales
El liberalismo español no pierde una sola oportunidad de suicidarse. Es lo único que hace bien, posiblemente la única
cosa en la que todos los liberales españoles (la inmensa mayoría, porque es justo reconocer que siempre queda alguna honrosísima excepción) colaboran en perfecta armonía. El suicidio del liberalismo patrio.
Pongamos un ejemplo. Imaginemos que un dirigente socialista, conocidísimo por su corrupción sin límite (incluso se le acusa de montar orgías con chicas de 18 años pagadas con dinero público) y protegido por el gobierno, besa en la boca, aparentemente sin consentimiento, a una chica bastante desconocida hasta ese momento. ¿Qué debería hacer el liberalismo español? Evidentemente poner en público que el socialista de marras había sido protegido por los gobernantes socialistas hasta ese momento. Y atacar a ambos, dirigente y gobierno.
Pues no. He aquí que la inmensa mayoría de los liberales (supuestos o verdaderos, quién sabe) se dedican a defender al corrupto dirigente socialista y a atacar a la chica, dejando de lado la protección gubernamental a ese corrupto.
Evidentemente estamos hablando del beso en la boca de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso. Ha sido alucinante ver como mayoritariamente los columnistas de medios liberales españoles se han posicionado defendiendo al corrupto socialista Luis Rubiales y en determinados casos incluso atacando a Jennifer Hermoso.
Solo les ha faltado crear una pancarta con el lema (perdón por el pareado sin intención) liberales con Rubiales. Es increíble ver como los liberales españoles no pierden ninguna ocasión de añadir un clavo más al ataúd de ese liberalismo. En el pasado hicieron una excelente labor para matarlo, pero en el presente siguen esforzándose para que cada día que pasa esté más muerto aún. Y hay que reconocer que lo consiguen.
cosa en la que todos los liberales españoles (la inmensa mayoría, porque es justo reconocer que siempre queda alguna honrosísima excepción) colaboran en perfecta armonía. El suicidio del liberalismo patrio.
Pongamos un ejemplo. Imaginemos que un dirigente socialista, conocidísimo por su corrupción sin límite (incluso se le acusa de montar orgías con chicas de 18 años pagadas con dinero público) y protegido por el gobierno, besa en la boca, aparentemente sin consentimiento, a una chica bastante desconocida hasta ese momento. ¿Qué debería hacer el liberalismo español? Evidentemente poner en público que el socialista de marras había sido protegido por los gobernantes socialistas hasta ese momento. Y atacar a ambos, dirigente y gobierno.
Pues no. He aquí que la inmensa mayoría de los liberales (supuestos o verdaderos, quién sabe) se dedican a defender al corrupto dirigente socialista y a atacar a la chica, dejando de lado la protección gubernamental a ese corrupto.
Evidentemente estamos hablando del beso en la boca de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso. Ha sido alucinante ver como mayoritariamente los columnistas de medios liberales españoles se han posicionado defendiendo al corrupto socialista Luis Rubiales y en determinados casos incluso atacando a Jennifer Hermoso.
Solo les ha faltado crear una pancarta con el lema (perdón por el pareado sin intención) liberales con Rubiales. Es increíble ver como los liberales españoles no pierden ninguna ocasión de añadir un clavo más al ataúd de ese liberalismo. En el pasado hicieron una excelente labor para matarlo, pero en el presente siguen esforzándose para que cada día que pasa esté más muerto aún. Y hay que reconocer que lo consiguen.
Vídeo de 1 minuto: no me canso de ver este punto entre Alcaraz y Djokovic (sin comentarios)
Last time Alcaraz and Djokovic met, Carlos hit the shot of the YEAR 🍿
— Olly 🎾🇬🇧 (@Olly_Tennis_) July 15, 2023
More of this tomorrow, guys 🙏pic.twitter.com/10Y38213ne