La enorme estupidez de Casimiro García-Abadillo

Normalmente estoy casi siempre de acuerdo con
lo que escribe Casimiro García-Abadillo, director de El Independiente. Pero desde luego ese no es el caso ahora. Con el título de este texto no pretendo decir que sea estúpido. Pero, como hasta el mejor escribano echa un borrón, en esta ocasión el excelente periodista ha soltado una auténtica estupidez. Vamos con ella.

Después de hacer un análisis de las razones por las que el PP no consiguió el éxito que todas las encuestas predecían (básicamente por su cercanía con Vox, algo que a mí me parece totalmente simplista) suelta esta perla como solución (las negritas son mías):

Ahora bien, para lograr el triunfo que no se dio hace una semana, Feijóo tiene que marcar distancias claras con Vox. Comprometerse, como ya apunté en estas páginas, a no gobernar con Abascal en ningún caso.

Repito, por si no ha quedado claro: Feijóo tiene que comprometerse a no gobernar con Abascal en ningún caso.

Cuando yo leí semejante contundente afirmación me vino automáticamente una pregunta a la mente. ¿Y qué pasa si, por ejemplo, hay una mayoría absoluta de PP más Vox y a la vez una mayoría de bloqueo de, por ejemplo, PSOE+Sumar+ERC+Junts+Bildu+Vox? ¿Se repiten las elecciones hasta que finalmente el PP saque mayoría absoluta (casi imposible), o sume con PNV+CC+UPN (harto improbable), o sea el PSOE el que sume con todos los extremistas de distinto pelaje (lo más probable)? Porque hemos de recordar que desde tiempos inmemoriales (desde las primeras elecciones municipales y autonómicas, vamos, hace más de cuarenta años) el PSOE siempre que lo ha necesitado ha pactado con el partido a su izquierda (PCE primero, IU después, UP posteriormente). Y nadie se escandalizaba. Era (y sigue siendo) su socio natural. ¿Y Vox no es el socio natural del PP? ¿Debe el PP renunciar a gobernar si los números le dan junto a Vox, mientras que el PSOE pacta continuamente con el comunismo a su izquierda (y con extremistas de peor pelaje aún)?

Por cierto, supongo que García-Abadillo no esperara que Vox vaya a votar a favor de una investidura de Feijóo después de un insulto de ese calibre. E igualmente supongo que tampoco esperará que sea el PSOE el que apoye al líder pepero.

Es fácil escribir la enorme estupidez que Casimiro García-Abadillo escribe y parar ahí. Es más difícil seguir escribiendo sobre cómo se deben barajar las consecuencias de ello.

Pedro Sánchez es un político limpio... comparado con Felipe González (y no es ironía)

La memoria política de la sociedad española es más bien corta. Si en menos de tres años han olvidado las indecencias de Sánchez (indultos a secesionistas, negociación con delincuentes para ponerlos en libertad a cambio de su apoyo, liberación y rebajas de penas a violadores y pederastas, y un largo etcétera de despropósitos y mentiras), qué se puede esperar de aquellas indecencias que sucedieron hace cuarenta años. Por ello me meteré un poco en el asunto (solo un poco, muy poco, porque si tirásemos de la manta en serio habría para un libro -y no estoy exagerando lo más mínimo-).

Cuando Felipe González llegó a la Presidencia del Gobierno de Reino de España (es necesaria la pompa para entender la gravedad de los hechos), allá por 1982, lo primero que hizo fue expropiar el que probablemente era el mayor holding de empresas en España, RUMASA. Para empezar vemos como González defendía la propiedad privada.

El respeto que Felipe González le tenía a la independencia judicial y a la separación de poderes lo pudimos ver cuando el caso tuvo que ser decidido en el Tribunal Constitucional; las presiones a sus miembros fueron enormes y al final la cosa se declaró constitucional por un empate a seis, deshaciendo el empate el voto de calidad del presidente del TC.

¿Y qué pasó con las empresas de RUMASA? Pues el holding se troceó, las empresas se sanearon económicamente (con cargo, evidentemente, a los bolsillos de todos los españoles) y posteriormente se vendieron a precio de saldo a amigotes socialistas. Amigotes que a su vez las revendieron en el mercado por varias veces lo que habían pagado. Ya saben, honestidad ante todo.

Hay que recordar, aunque sea un detalle de no mucha importancia comparado con las demás tropelías, como Alfonso Guerra (otro que ahora va de puro por la vida, dando lecciones), vicepresidente del Gobierno de González, se subía a la tribuna del Congreso de los Diputados a decir que la información era poder, y que él sabía determinadas cosas de algunos diputados que no les convenía que salieran a la luz. Limpieza parlamentaria.

Pero lo anterior no es nada con los dos principales escándalos por los que se conoce a esa época que se dio en llamar el felipismo.

El primero fue la creación de un entramado de sociedades (recuerdo tres -FILESA, MALESA y Time Sport-, pero había más, pero no tengo ganas de buscar) con el único fin de financiar ilegalmente el PSOE a través de comisiones ocultas por concesiones de contratos públicos de distinto tipo. Pero es que además había muchos pequeños líderes socialistas que, a la sombra de la corrupción generalizada, tenían su propio negocio de concesiones. Uno de ellos, posiblemente el más conocido de todos, fue el mismo hermano de Alfonso Guerra (no recuerdo su nombre), que en un despacho oficial recibía a los que querían ser favorecidos por él, a cambio, por supuesto, de la correspondiente comisión ilegal. Y como él los hubo a centenares (probablemente miles).

El segundo fue el asunto del terrorismo de Estado. Cuando Felipe González llegó al poder una de las decisiones que tomó el Gobierno socialista (luego entraremos en nombres) fue la de crear una banda terrorista para atacar con atentados a los terroristas de ETA. Se le dio el nombre de GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación). Mayormente actuaron en Francia, aunque también en España, cometiendo principalmente asesinatos selectivos, aunque también hubo secuestros que acabaron en asesinatos tras salvajes torturas. Como eran bastante chapuceros en Francia cometieron bastantes errores, asesinando, por confusión, a personas inocentes que nada tenían que ver con ETA. Cuando el caso llegó a la Justicia se condenó como culpables al ministro del Interior y al segundo de él (no recuerdo el cargo ni el nombre). Felipe González dijo que no sabía nada del asunto. Como yo dije por aquella época, si lo sabía, fue un asesino, y si no lo sabía fue un incompetente por no investigar lo que estaba pasando cuando empezaron los atentados. Pero por supuesto que lo sabía, es evidente.

Por cierto, que mientras esa corrupción generalizada y ese terrorismo de Estado salían a la luz, el Gobierno, con su Presidente Felipe González a la cabeza, salían en tromba a decir que todo eran invenciones de la prensa. Y eso lo hicieron hasta el final, hasta que los tribunales les condenaron. ¿Les suena eso de echar las culpas a la prensa? Pues no, no es una invención de Pedro Sánchez.

Y no podemos olvidar las cesiones al independentismo, que ya por aquel entonces mostraba sus intenciones, aunque fueran a largo plazo. Ciertamente no sucedieron mientras el PSOE tuvo mayorías absolutas, pero en cuando las perdió se apoyó en el partido catalán CiU y en el vasco PNV. Básicamente les dejo que convirtieran ambas comunidades autónomas en sus cortijos particulares a cambio de que le apoyaran en el Congreso. Con el agravante de que el Presidente de Cataluña era un corrupto de tomo y lomo, que creó un sistema para enriquecimiento personal y familiar. Pero bueno, entre corruptos quedaba la cosa. Y a nivel de concesiones políticas, cedió todo lo que pudo para seguir en el poder. ¿Les suena? Pues de aquellos polvos, estos lodos. Con otro agravante, que el PNV de entonces mantenía una asquerosa equidistancia entre ETA y las víctimas. Sí, condenaba a ETA, pero a la vez entendía sus motivos. Siempre prestos a defender en lo que fuera a los presos etarras. Con esta gente pactó Felipe González todo lo necesario para seguir en el poder.

Expropiaciones, presiones al TC para salirse con la suya, entrega de lo expropiado a amigotes, amenazas de revelación de información, corrupción económica generalizada, terrorismo de Estado, cesiones a partidos nacionalistas en contra del interés general de España. Y lo anterior, aunque les parezca mentira, es solamente un breve resumen, muy breve.

Lo anterior sucedió con Felipe González como Presidente de Gobierno. Llegó un momento, cuando toda esa porquería empezó a aflorar, que los mismos cimientos del Estado empezaron a temblar. Cada día era un escándalo que afectaba a diferentes instituciones. Los periódicos no daban abasto con las noticias de la basura socialista. Todo el sistema amenaza con venirse abajo, sin que se tuvuiera idea de que es que vendría después. ¿Les suena también? Pues les puedo asegurar que aquellos terremotos institucionales no fueron para nada menores de los que se sienten en la actualidad. Y no olviden, el sistema democrático amenazaba con hundirse bajo la Presidente de Felipe González.

Hoy han convertido a Felipe González en una especie de vaca sagrada que parece que todo lo que hizo fue perfecto. Hasta el mismo Feijóo se ha unido al sentir general. El único que se atrevió a hablar contra Felipe González en sede parlamentaria fue Pablo Iglesias, cuando dijo que tenía las manos manchadas de cal viva (en referencia a los secuestrados, torturados, asesinados y cuyos cadáveres fueron enterrados en cal viva, para que desaparecieran; pero lo hicieron tan chapuceramente que años después fueron descubiertos).

Analicen brevemente. ¿Ha hecho Pedro Sánchez algo semejante? No ha expropiado, no ha creado una banda de asesinos, no ha fundado un entramado para financiar al PSOE ilegalmente, ningún ministro suyo ha amenazado desde la tribuna del Congreso con revelar secretos de diputados.

Pedro Sánchez es un cáncer para España, sin duda. Pero también sin la menor duda Pedro Sánchez al lado de Felipe González es un político limpio. Muy limpio.

Vamos a morir todos... de frío: el calentamiento global producirá una glaciación en Europa

Todas estas cosas la verdad es que me hacen gracia. Cada vez aparece una nueva amenaza, peor que la anterior y por razones distintas. Ahora leo que, por culpa del cambio climático (que, claro, a su vez es culpa del ser humano), la circulación de los océanos puede interrumpirse a partir de 2025, causando una glaciación en Europa, una glaciación que, curiosamente, no sería positiva (se supone que si el calentamiento global es negativo lo contrario, esa glaciación, debería ser positiva; pues no, ya ven).

Ahí les dejo el artículo. Si quieren pueden leerlo y después aterrorizarse o, como yo, divertirse.

Playa, desmovilización, movilización

Es muy fácil acertar la quiniela el lunes e igual
de fácil es hacer lo que todos los columnistas de derechas están haciendo, dar las razones evidentes del costalazo de PP y Vox. Así que me sumaré a la ola.

Sánchez es un genio. Lleno de maldad política, pero genio. Y esa genialidad, llena de maldad, de convocar elecciones generales un calurosísimo puente de julio le salió como quería. Desmovilizó a una buena parte del electorado que prefirió desentenderse de historias electorales e irse a la playa. Si hubieran estado en su pueblo hubieran votado a PP o Vox, pero ya que eso no era posible se olvidaron de complicarse la vida con el voto por correo y otros líos y se fueron de vacaciones.

Pero a eso no se le puede echar toda la culpa, porque aun así la inmensa mayoría de las encuestas le daban la mayoría absoluta a la suma de PP y Vox. ¿Qué paso entonces? Pues que en Vox se esforzaron (y mucho) por girar (aún más) hacia la extrema derecha, por hacer el partido aún más opaco, por laminar lo poco que quedaba dentro del mismo de liberalismo. Y eso (que, señor Abascal, no es culpa de la prensa ni de Feijóo, sino de ustedes y de usted) desmovilizó a los votantes menos cafeteros de Vox, que muchos de ellos se quedaron en casa.

A lo anterior hay que añadir el poco disimulado triunfalismo del PP, que se dedicó a filtrar que tenían encuestas internas que les daban 160 diputados. Y que podían llegar a los 165. Eso produjo una desmovilización de muchos peperos, que ante la victoria segura de su partido optaron por no pasar calor y quedarse en casa o irse de pícnic.

Mientras tanto a Sánchez se le dio bien ir de víctima y a la vez amenazar con todos los males de un gobierno de PP y Vox. Un Vox con el que el PP no quería saber nada (por algo sería, ¿no?), pero que iba a tener que meterlo en el gobierno. Feijóo tampoco estuvo fino la última semana, cometiendo errores como el de las pensiones, no ir al debate final y reconocer que sabía que Dorado había tenido problemas judiciales por contrabandista (como si eso fuera poco) cuando inició su relación con él. Todo eso movilizó extraordinariamente en torno al PSOE a una buena parte de la izquierda que estuvo desmovilizada hace dos meses, en las autonómicas y municipales.

Y no hizo falta más. Un poquito de playa, un poquito de desmovilización pepera-voxera y un poquito de movilización socialista. Júntense tan solo dos diputados (por decir un número) de cada parte de la ecuación, agítese bien para que la suma dé seis y ya tenemos el brebaje del fracaso servido. Porque si añadimos esos dos por cada error estaríamos hablando de 175 para PP y Vox. Que sumados al de UPN darían la cifra mágica de los 176.

Ahora, en vez de esos 176 para la derechas, Pedro Sánchez tiene seguros 153 (PSOE y Sumar) y comprables a diferentes precios (unos muy caros y otros más aún) 26 (de menos a más precio, BNG, PNV, Bildu, ERC y Junts). 179. Y no me digan que se van a repetir las elecciones, que me da la risa.

Perded la esperanza, no habrá repetición electoral

Leo por muchos medios conservadores que tal
vez habrá que ir a una repetición electoral, porque todo depende de que Puigdemont ponga
el pulgar hacia arriba o hacia abajo. Ilusos. Si Sánchez ha negociado todo lo que fuera con tal de seguir en La Moncloa, hasta el punto de indultar a golpistas secesionistas y conceder a delincuentes la desaparición de sus delitos del Código Penal, ¿alguien duda de que no le va a conceder a Puigdemont lo que le exija?

Pedro Sánchez es totalmente consciente de que ir a unas nuevas elecciones es apostar con muchas más posibilidades de perder que de ganar. No va a tener la movilización de la izquierda que tuvo ahora. Así que, si antes cedió todo lo que necesitó con tal de mantener el poder, a pesar de que había prometido lo contrario, ¿por qué no hacerlo ahora que no ha prometido que no lo haría?

Pedro Sánchez obtendrá los votos de comunistas, bilduetarras, nacionalistas y separatistas de ERC a cambio de lo que sea. Y lo mismo sucederá con los separatistas del huido Puigdemont. Perded la esperanza. Hay Sánchez en Moncloa por cuatro años más. Ojalá me equivoque. Pero me temo que acertaré.

Los votantes socialistas aceptan el Frankenstein, las cesiones y las mentiras

Pensé que Pedro Sánchez era un desastre como gobernante y un desastre para España, con su gobierno socialista-comunista-nacionalista-filoterrorista-separatista, sus cesiones a todo trapo y sus mentiras. Lo sigo pensando, sin duda. Pero lo que está claro es que hay muchos votantes españoles que no comparten mi opinión. Que han aceptado ese gobierno multicolor, esas cesiones para seguir en el poder, esos acuerdos con delincuentes, esa catarata inmensa de mentiras. Y todo eso va a tener una consecuencia, que va a ser, que es ya, la de que Pedro Sánchez se sienta libre para seguir ese camino. Anteriormente, en 2019, lo hizo contra lo votado en las urnas, porque prometió exactamente lo contrario. Ahora, cuatro años después, nadie puede llamarse a engaño. Los votantes socialistas han aceptado el gobierno Frankenstein, las cesiones y las mentiras, así que eso es lo que seguirá habiendo. Más de lo mismo.

Sánchez es mucho Sánchez queridos

Desde el principio, allá
por aquel lejanísimo 29
de mayo (y han pasado menos de dos meses), cuando Pedro Sánchez convocó elecciones generales tras el desastre en las autonómicas y municipales, apareció una multitud de columnistas, tertulianos, tuiteros y demás anunciando a bombo y platillo que el inquilino monclovita había decidido el día de su muerte política, que sería ayer. Y lo decían todos con absoluta certeza y sin la menor duda. El final de Pedro Sánchez y el sanchismo sería el 23 de julio. PP y Vox arrasarían en las elecciones. Punto.

Yo no terminaba de creérmelo. Como deportista aficionado en mis ya lejanos años mozos, sobre todo al tenis y al tenis de mesa, y también al ajedrez (que no es un deporte), sé que es sumamente arriesgado despreciar al contrario, dar un partido por ganado antes de que empiece. Pude ver muchas sorpresas en ese sentido. Y arriesgadísimo era dar por muerto antes de tiempo a un tipo como Pedro Sánchez, que, tras ser humillado y machacado por todos los líderes de su propio partido, se montó en su utilitario, se recorrió España y ganó contra todo pronóstico las primarias socialistas, para luego aprovechar el momento propicio para llegar a Moncloa con una moción de censura, ganar por la mínima dos elecciones y aguantar en el poder a base de hacer lo que fuera para no perderlo.

Muchos se rieron de su estrategia de Manual de resistencia. Pues ahí está. Pedro Sánchez, después de los desastrosos resultados de las municipales y autonómicas, asumió la batalla electoral en primera persona, se echó a la espalda él solo el partido (porque nadie quería compartir la carga), luchó contra todo y contra todos (incluidos muchos de los suyos) y al final no ha ganado las elecciones, pero ha conseguido no perder y tener opciones de pactar para seguir gobernando. Y columnistas, tertulianos, tuiteros y demás comparsas que daban a Sánchez por acabado se han tenido que tragar sus palabras. Sánchez es mucho Sánchez, queridos. Y lo digo especialmente para los que piensan que puede haber una repetición electoral. Ilusos.

domingo, 23 de julio de 2023

Resumen y opinión final

Con más del 98% de los votos escrutado este es el resultado, que no variará mucho al 100%:

PP 136
PSOE 122
VOX 33
SUMAR 31
ERC 7
JxCAT 7
EH Bildu 6
EAJ-PNV 5
B.N.G. 1
CCa 1
U.P.N. 1

Con estos números el PP ha ganado claramente, pero igual de claramente es que no podrá gobernar, porque la suma con Vox da 169, e incluyendo incluso UPN y CC solamente llega a 171.

En cuanto al PSOE se queda en 122, pero con Sumar, ERC, EH Bildu, PNV y BNG llegaría a 172. Todo dependería en esas circunstancias de JxCAT, que con sus 7 diputados puede hacer que Pedro Sánchez siga en La Moncloa o que haya nuevas elecciones.

Por lo demás existe una posibilidad de que PP y PSOE lleguen a algún tipo de acuerdo, pero eso parece prácticamente imposible.

Añadir que Vox y Sumar han bajado mucho. Que ERC se ha pegado un batacazo y que Bildu ha rebasado al PNV.

Eso es lo que hay. Por ahora. Porque la partidocracia española nos va a seguir dando que escribir. El espectáculo continuará (o sé si teatral o circense).

Mucho ojo, que el PSOE va ganando

El porcentaje de voto ya empieza a ser algo significativo y el PSOE va en cabeza. La cosa no está nada clara para que PP y Vox consigan llegar a la mayoría absoluta.

La diferencia entre los dos sondeos es significativa

Así, a bote pronto, el sondeo de GAD3 da una clara victoria a la suma
de PP+Vox, con 181 diputados. Mientras tanto el sondeo de Sigma Dos ofrece una orquilla que, en la suma de ambos partidos, va de 173 a 181, con lo que en la parte baja de esa orquilla las derechas no obtendrían la mayoría absoluta; de todos modos, la parte media de la orquilla da 177.

Encuestas de Sigma Dos y GAD3

Los dos grandes sondeos muestran escenarios distintos a las 20.00 de esta jornada electoral, una hora antes de que arranque el escrutinio de los votos. La encuesta de Sigma Dos para las televisiones públicas dibuja un resultado en el que no está garantizada la mayoría absoluta, una mayoría que GAD3 sí da por hecha en sus datos. El sondeo de Sigma Dos sitúa la suma de las derechas entre 169 y 177 escaños, con entre 145 y 150 para el PP y entre 24 y 27 para Vox. El de GAD3 para Mediaset les otorga 181, con 150 para el PP y 31 para Vox.

Fuente.

La hora de la verdad de verdad

Decíamos ayer (bueno, no ayer, sino hace exactamente ocho semanas) que había llegado la hora de la verdad, con ocasión del cierre de las urnas para las elecciones municipales y autonómicas. Pues no, no era la hora de la verdad, porque Pedro Sánchez se encargó de hacer saltar todo por los aires en la mañana del día siguiente, convocando las elecciones que se han celebrado hoy. Así que ahora, con las urnas a punto de cerrarse y los resultados a punto de conocerse, es cuando es la hora de la verdad. Pero de verdad.

Como hace ocho semanas, voy a tener la oportunidad de seguir los resultados de estas importantísimas elecciones generales al pie del cañón, o, lo que es lo mismo, sentado frente a la pantalla de mi ordenador. Y de compartir mis impresiones de vez en cuando en mi blog y mis redes sociales.

Arrancamos. Veremos lo que da de sí la cosa.

Ni 'bomba atómica', ni 'bomba', ni narices, solo fuegos de artificio

Yo estaba completamente convencido de que había un dosier totalmente destructivo para Feijóo sobre sus relaciones con narcotraficantes gallegos. Estaba convencido de que era la última carta que se guardaba Sánchez e incluso le puse fecha a su aparición. Todo apunta a eso cuando los socialistas empezaron a hablar de bomba atómica y de bomba.

Y sí, apareció algo de información sobre el tema (uno, dos y tres). Pero básicamente era lo ya sabido, con algún apunte nuevo, si acaso, respecto a que cuando Feijóo inició su amistad con Dorado ya sabía que había tenido problemas con la Justicia. Pero nada más. Información que ha sido utilizada por PSOE y Sumar, pero que todo apunta a que no va a ser determinante.

Ya hace un par de horas que los colegios electorales están abiertos y, si no ha aparecido nada hasta ahora, no parece que vaya a suceder. Ni 'bomba atómica', ni 'bomba', ni narices, únicamente fuegos de artificio.

Luchas de poder

Cada vez lo tengo más claro. En España la política es una auténtica lucha poder. Nada menos, pero nada más, por desgracia. En el Gobierno, por supuesto; pero también en los partidos políticos, en todos. Por supuesto que hay niveles, porque unos están mal, otros peor y otros incluso muchísimo peor. Pero bien no está ninguno.

Me sigue gustando la política española. Pero cada vez más a nivel de espectador. Como el que va al teatro. O, en muchos casos, al circo.

La política española no da para más. Aunque en todas partes cuecen habas, como hemos visto en Estados Unidos y Gran Bretaña, por ejemplo. Pero ya se sabe que mal de muchos, consuelo de tontos.

¿A quién apoyar contra Sánchez, a la socialdemocracia pepera o a la ultraderecha voxera (con máscara antigás en ambos casos)?

Y llegó el estúpido día de reflexión, que yo en este blog aprovecho, como
una pequeña muestra de insumisión, para hacer público a quien apoyo. Evidentemente hay que sacar a Pedro Sánchez de La Moncloa, que es un auténtico cáncer político para España, de eso no cabe la menor duda. Y para ello, autoeliminada la vía de Ciudadanos y reducida a puro folclore circense la vía de Macarena Olona, tan solo quedan dos posibilidades, apoyar al Partido Popular o apoyar a Vox.

Vox es un partido franquista, de extrema derecha, que en sus inicios fue financiado ilegalmente, con estrechas conexiones con una secta extremista, que en determinados casos practica el matonismo y actitudes mafiosas contra la disidencia interna, que tiene una dudosa idea de la libertad de información, con una dirección cuestionable y opaca, algunos de cuyos líderes son unos fanáticos impresentables.

En cuanto al Partido Popular, nos encontramos con un partido que se ha convertido con el paso del tiempo, y a marchas forzadas bajo el liderazgo de Feijóo, en un partido socialdemócrata de manual (a la izquierda del PSOE de Felipe González), liderado por un nacionalista gallego que siempre que puede ataca el centralismo y que ha abjurado recientemente del pasado antiabortista del PP, y que es y será peor que Rajoy.

Creo que entre estas dos formaciones hay espacio de sobra para un nuevo partido político, liberal conservador con principios. Pero a día de hoy ni está ni se le espera, por desgracia. Así que lo que hay es lo que hay, también por desgracia.

Vox es el único partido del arco parlamentario que se muestra contrario al aborto (cierto que al principio estuvo titubeante en este tema, pero parece que se ha centrado), a los privilegios del lobby gay, al estado de las autonomías (que está destrozando económicamente España), a la inmigración ilegal, a la discriminación contra los españoles que hablan español en las comunidades con doble lengua y al suicidio energético, entre otras cosas.

No me gustan los tics totalitarios de Vox. Para nada. Soy consciente de que si llegaran a gobernar tratarían de imponer tal vez no una dictadura, pero sí un régimen autoritario donde les harían la vida muy difícil a los que no compartieran los postulados políticos, religiosos y sexuales de ellos.

Pero a la vez creo que, hoy por hoy, Vox es el partido que puede modular la socialdemocracia pepera, para intentar conseguir que Feijóo sea políticamente algo más que únicamente la segunda parte de Rajoy.

Si Vox tuviera posibilidades de ganar las elecciones jamás contaría con mi apoyo, por los riesgos de un gobierno voxero en solitario, por lo que sin la menor duda apoyaría al PP. Pero en el día de mañana los riesgos son de un gobierno pepero en solitario, apoyado en nacionalistas y regionalistas de diverso pelaje (vascos, canarios, aragoneses, etc.), que se dedique a cambiar las leyes más extremistas de Sánchez, a comprar apoyos a alto precio a esos partidos localistas y en todo lo demás a gestionar las políticas sanchistas. Vox es el partido que, tal vez, pueda evitar eso.

No, no me siento orgulloso, ni tan siquiera medianamente contento, con mi apoyo a Vox. De hecho me ha costado
mucho tomar esta decisión. Porque me repugna hacerlo. Pero entre dos males, apoyar
a la socialdemocracia pepera
o a la ultraderecha voxera,
creo que hoy, en las actuales circunstancias, me debo inclinar por el segundo mal. Eso sí, utilizando una buena máscara antigás, para evitar vomitar por el hedor.

Ya salió lo de Feijóo y el narco, ahora veremos hasta dónde llega

Bueno, ya estalló la bomba, o la bomba atómica. Era la relación
de Feijóo con el narcotraficante Marcial Dorado. O, más concretamente,
demostrar que era imposible que Feijóo no conociera en 1995, cuando se tomaron las fotos de marras, que este hombre ya había tenido multitud de problemas con la Justicia por este tema (uno y dos, por ahora).

Veremos si hoy o mañana, incluso el sábado, siguen apareciendo cosas en este asunto para intentar revertir el resultado electoral que apuntan las encuestas. Creo que es bastante probable.

Yo por mi parte dejo el blog en piloto automático y me voy a dormir unas pocas horas (aquí, en Houston, son algo más de las siete y media de la mañana), porque por la tarde tengo que trabajar. Mañana más.

Y salió la 'bomba' contra Feijóo, a 3 días de las elecciones, en El País y en Twitter

No sé si saldrán más cosas mañana. Pero por lo pronto esto es lo que está saliendo:

El País (de pago, lo siento): Decenas de reportajes habían informado de la carrera delictiva de Dorado antes de su amistad con Feijóo.

Twitter: La primera información que recoge EL PAÍS está firmada por mí. El 5 de diciembre de 1984. Páginas y páginas sobre el contrabando de tabaco y posteriormente de droga. Imaginen si se sabía quién era Marcial Dorado en los 90. Hablo con conocimiento de causa.

Últimos promedios y superpromedio antes de las elecciones

Sabido es que en los últimos cinco días antes de las elecciones está prohibido publicar encuestas (ley estúpida y liberticida, pero es lo que hay). Así que con las últimas encuestas publicadas el pasado lunes estos son los tres promedios, que ya quedarán inamovibles.

Electocracia:

Electográfica:


Porcentual:


Y vamos con las matemáticas. El primero da a PP 144 y a Vox 35, con una suma de 179. El segundo da a PP 140 y a Vox 35, con una suma de 175. Y el tercero da a PP 142 y a Vox 34, con una suma de 176. Así que la media de los tres promedios, el llamado superpromedio, es de 176.67 para la suma de estos dos partidos.

Recordar que la vez anterior, cinco días antes de las últimas encuestas y también antes del cara a cara entre Sánchez y Feijóo, este número era de 175.67. Así que ha subido ligeramente (un diputado).

Es lo que hay legalmente. Nos quedan, eso sí, las encuestas prohibidas australianas, de las que ya han salido la primera y la segunda. Y aparentemente seguirán saliendo una por día hasta el sábado, inclusive.

Me gustó muchísimo el debate a tres (que acabo de ver)

Acabo de terminar de ver el debate a tres entre Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal y escribo y publico esta reflexión sin haber leído aún nada en la prensa.

Como nota previa decir que el debate me ha gustado muchísimo. Fue de menos a más y se pudieron ver en él algunas interesantes propuestas, sobre todo por parte de Vox y Sumar. Voy con unos apuntes que tomé al final de cada bloque (en el tercero incluso en el medio).

El primer bloque, el de la economía, acabó casi en empate, porque cada uno se mostró muy seguro de sí mismo y de sus propuestas. Indudablemente fueron Pedro Sánchez y Yolanda Díaz contra Santiago Abascal, pero el de Vox supo defenderse realmente muy bien, apelando a la realidad del españolito de a pie en frente a los datos macroeconómicos. Puede ser que esa apelación y la defensa de usar los recursos nacionales le hiciera ganar el bloque por los pelos.

En el segundo bloque, el de las políticas sociales, Yolanda Díaz se mostró muy segura en sus propuestas (que, claro, son una carta a los reyes magos), Santiago Abascal fue durísimo con el tema de los hombres que se autoperciben mujeres, con la desigualdad de los hombres y las mujeres ante la ley y con los efectos perniciosos de la ley trans para niños y adolescentes, mientras que Pedro Sánchez no consiguió encontrar su sitio. Muy interesante el choque entre Abascal y Díaz, que creo que ganó Abascal por poco, porque se mostró más frío y respetuoso que ella.

En el tercer bloque, el de los pactos, genial la intervención de Abascal marcando las mentiras de Sánchez sobre los pactos que nunca dijo que haría, pero el mismo Abascal sobrepasó esa genialidad cuando ante los ataques de Díaz y sus exigencias, una y otra vez, de que pidiera disculpas, le dijo que ella era la líder de un gobierno comunista que iba allí a dar órdenes, porque ella representaba la hoz y el martillo, que representaba el peor régimen de la historia de la humanidad junto con el nazismo; impresionante ver la cara de Díaz mirando hacia abajo y sin poder replicar absolutamente nada. Luego Abascal, ante el ataque de Díaz a Feijóo por sus fotos con un narco, se zafó muy hábilmente del tema acusando a Díaz de tener fotos con dictadores comunistas. Pedro Sánchez intentó mantener un tono presidencial y creo que hasta cierto punto lo consiguió. Muy buena la apelación de Abascal a consultar directamente mediante referéndum a los españoles sobre un montón de temas. Creo que este bloque lo ganó limpiamente Santiago Abascal.

Pedro Sánchez sin duda aprendió de sus errores en el debate con Feijóo y opto por un perfil educado y hasta cierto punto presidencialista. Santiago Abascal optó por un perfil duro, pero educado. Y Yolanda Díaz, que empezó bien, acabo mostrándose agresiva, casi violenta, contra Abascal.

Creo que sin duda el vencedor de la noche fue Santiago Abascal, que supo colocar sus ideas y conectar con el espectador; no atacó a Feijóo, lo cual fue un acierto, pero sí a Sánchez y a Díaz, sin complejos y sin misericordia, pero también sin faltar el respeto; no creo que les quite votos a Sumar o PSOE, pero si a la abstención y al PP. Pedro Sánchez salió a no perder y lo consiguió; se mostró educado y un punto presidencial; y nada más. Y Yolanda Díaz, que empezó muy bien, acabó perdiendo los papeles ante un Abascal que, con su frialdad y seguridad, la consiguió sacar de quicio; lamentable; eso la llevó, sin duda, a perder el debate.

Por lo demás, no apareció la 'bomba atómica' que dicen tener los socialistas contra Feijóo.

Bueno, se acabó el debate y se acabaron los debates. En este momento el reloj de cuanta atrás marca menos de tres días para la hora de la verdad, que será cuando se abran los centros de votación.

Countdown

La oportunidad de Abascal en el debate

Ni en los mejores sueños de Santiago Abascal y los dirigentes de Vox se hubiera producido la situación que van a tener dentro de unas pocas horas. En enfrentamiento con Pedro Sánchez sin la presencia de Feijóo y con la asistencia casi testimonial de Yolanda Díaz. Y todo ello con únicamente tres días de por medio antes de las elecciones.

Es la oportunidad de Abascal. Podrá desmontar todas las mentiras de Sánchez. Podrá exponer todos los extremismos de Yolanda Díaz. Podrá dejar clara su oferta para los españoles. Podrá, en suma, mostrarse como la alternativa derechista que quiere ser, sin que Feijóo le haga sombra. La cuestión es si sabrá aprovecharla o se limitará a atacar al desaparecido Feijóo. Veremos.

En el PSOE siguen hablando de una 'bomba' contra Feijóo

Ayer El Confidencial hablaba de una "bomba atómica" para tumbar a Feijóo en un artículo de pago. Hoy, en un artículo libre (se agradece) en
The Objective leo que el PSOE alienta una «bomba» contra Feijóo, aunque añade que la tranquilidad en el Partido Popular es absoluta y que los populares sacan pecho y advierten que «no tenemos miedo» y que esa «bomba» de la que hablan en Moncloa «le estallará en la cara a Pedro Sánchez el 23 de julio».

Todo apunta, evidentemente, a que se trata de nuevas o reiteradas informaciones de la relación de Feijóo con narcotraficantes gallegos en el pasado, asunto sobre el que al parecer hay un dosier.

Tan solo quedan, además de la estúpida jornada de reflexión (no van a esperar a ese momento, evidentemente), dos de los tres días que mencioné. El tiempo se acaba. Sánchez sacará su último conejo de la chistera. O lo intentará al menos. Veremos si es una bomba, una bomba atómica o meros fuegos de artificio.

La 'bomba atómica' que dicen tener los socialistas para acabar con Feijóo

Esta vez no lo digo yo, sino que he tenido la oportunidad de leerlo, en un artículo que es de pago, pero que lo que se puede ver no deja lugar a ninguna duda:

A seis días de las elecciones y con todos los sondeos en contra, salvo el CIS de Félix Tezanos, en la Moncloa se ha impuesto la teoría de que el único camino posible de aquí al 23-J para intentar recortar votos a Alberto Núñez Feijóo es sembrar dudas sobre su honorabilidad. “Le vamos a meter en una colmena de abejas”, advierten fuentes socialistas, que avanzan que Pedro Sánchez tiene una “bomba atómica” para noquear a su rival y que previsiblemente la utilizará en el debate que se celebrará mañana en RTVE aprovechando la ausencia del líder del PP.

Perdón por la autocita, pero ya he escrito sobre que Sánchez sacará, pensaba yo que a través de una filtración, esa 'bomba atómica' de la que hablan ellos en forma de dosier sobre las amistades narcos de Feijóo, e incluso me atreví a pronosticar que lo haría el miércoles, jueves o viernes de la presente semana.

Atentos a sus pantallas (de televisión, ordenador, teléfono, tablet o lo que sea), porque el próximo número de este circo puede ser realmente entretenido.

Genial Alcaraz

No pude ver el partido, pero los números son simplemente impresionantes para alguien que amó la práctica del tenis en sus lejanos años mozos. Carlos Alcaraz, con 20 años, batió a Novak Djokovic en Wimbledon por 1-6, 7-6, 6-1, 3-6 y 6-4 en un partido que duró nada más y nada menos que cuatro horas y 42 minutos. Todo eso demuestra que tiene una fortaleza psicológica impresionante.

A lo que hay que añadir que es el número uno del mundo, con casi mil puntos por delante del segundo, precisamente Djokovic, y del tercero, Medvedev, al que saca la friolera de más de tres mil. Un puesto en el que todo apunta a que va a estar por mucho tiempo, porque con solamente 20 años de edad le queda una inmensidad por aprender y mejorar.

Sin duda Carlos Alcaraz ya es el relevo de Rafael Nadal. Y creo que le va a imitar en las muchas alegrías tenísticas que ofrecerá a los españoles. Porque parece que esto no ha hecho nada más que comenzar.

Ni 24 horas ha tardado el nacionalista gallego en confirmar mis suposiciones

Decía yo ayer que parece bastante claro que, si los números dan, en el PP quieren intentar gobernar en solitario con el apoyo externo de nacionalistas
y regionalistas de diverso pelaje, entre los que estaría, por supuesto, el PNV, junto a otros como Coalición Canaria, Teruel Existe y similares
.

Y hoy leo que Feijóo se ve capaz de la mayoría absoluta solo con PNV y fuerzas minoritarias como Teruel Existe y Coalición Canaria.

Así están las cosas en este PP dirigido por un nacionalista gallego. Se agradece, eso sí, la sinceridad.