El pasado viernes Macarena Olona presentó su Fundación Igualdad Latinoamericana, asegurando que no se va a presentar a las elecciones autonómicas y municipales, pero moviéndose en una ambigüedad calculada de cara a las generales, más o menos diciendo que ni sí, ni no, sino todo lo contrario. Mientras tanto desde Vox aseguran que no hay espacio político ni ideológico entre ellos y el PP para otro partido. Vamos con ello.
Cuando en el PP eligieron a Pablo Casado como líder lo hicieron por sus ideas conservadoras, en contraste con las de Soraya Sáenz de Santamaría, que eran más centristas (por decirlo así). Luego vendría el "giro al centro de Casado". Y en esas estaba cuando se tuvo que ir. Y llegó Alberto Núñez Feijóo, quien es un nacionalista gallego, un socialdemócrata a nivel nacional y un relativista en cuanto a principios y convicciones. Recordemos que este señor aprobó una ley en Galicia que permitía obligar al personal a vacunarse contra el covid, y tuvo que ser, ojo al dato, el Gobierno de Sánchez el que la paralizara con un recurso ante el Tribunal Constitucional; Sánchez defendiendo las libertades individuales contra Feijóo, mandan narices. Así que tenemos un PP que es totalmente socialdemócrata y que, como he dicho en otras ocasiones, es más izquierdista que el PSOE de los tiempos de Felipe González.
Mientras tanto tenemos a Vox como un partido postfranquista, tradicionalista, que coquetea con elementos neonazis, con tics machistas y que únicamente puede ser calificado políticamente como de extrema derecha. Es como la Fuerza Nueva de Blas Piñar, pero habiendo aceptado el marco constitucional y el escudo sin el águila.
Entre estas dos fuerzas políticas, la socialdemocracia del PP y la extrema derecha de Vox, hay espacio de sobra para un nuevo partido político que tendría como identidad ser liberal, conservador, defender a la mujer sin llegar al extremo de la ideológia de género, dar la batalla ideológica sin complejos. Sería ni más ni menos que intentar atraer a los conservadores del PP, que están en desacuerdo con su socialdemocracia, pero nunca votarían a Vox, a la vez que procurar ganarse a los liberales de Vox, que se muestran contrarios a su extremismo derechista, pero jamás apoyarían al PP. Recordemos, resumiendo, que el PP no es conservador y Vox no es liberal.
Esa podría ser la alternativa política de Macarena Olona, un verdadero liberalismo conservador. Otra cosa es que obtenga apoyo suficiente de los votantes. Porque en España, por desgracia, muchas veces se mira la política más como forofismo que como sentido común. Así que habrá que permanecer atentos al futuro y a las encuestas de opinón.
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