Muy bien por los jugadores alemanes, que en la foto y pose oficial de la selección de fútbol previa a su partido con Japón se taparon la boca, como señal de crítica a la censura en este vergonzoso Mundial. Un gesto que habrá hecho que los comentaristas de medio mundo hayan explicado su razón (el otro medio mundo habrá callado).
Y cada vez más canalla la alianza entre la FIFA y Qatar, ya que en el mentado partido llegó hasta el punto de que un juez de línea le revisó el brazalete de capitán al portero alemán (que, accidentalmente o a propósito, lo llevaba tapado), para ver si llevaba el permitido y en caso contrario sacarle la tarjeta amarilla.
Por cierto, que ni de la Federación Española de Fútbol ni de Luis Enrique esperaba yo nada, pero los jugadores españoles podían haber hecho algún gesto contra la violación de los derechos humanos en Qatar o la censura en este Mundial, máxime cuando el partido de Alemania se había jugado antes y ya sabían lo que habían hecho sus jugadores; pero nada de nada. En España mucho bla, bla, bla (no lo digo solo por ellos, sino en general), pero a la hora de la verdad, callados en obediencia a los poderosos. Lamentable.
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