Hay que centrar el foco
en Vox y no únicamente en las groseras palabras de la diputada de este partido Carla Toscano contra Irene Montero, porque todas las intervenciones desde la tribuna del Congreso pasan por el filtro (¿censura?) de personas muy cercanas a Santiago Abascal (como no podía ser de otra manera, por supuesto, en un partido totalmente jerarquizado). Y las palabras de la diputada voxera estaban escritas, así que no fue una improvisación, sino que fueron pronunciadas y permitidas con toda intención, por ella y por los que las leyeron previamente.
Dicho lo anterior vayamos al grueso del tema. Escribía yo ayer que con todo este asunto Vox ha convertido a Irene Montero en víctima a cambio de un puñado de votos. Y me temo que, al menos en la primera parte de la oración, tenía razón, leído lo leído posteriormente a mi texto.
Jorge Vilches lo explica así:
El caso de la diputada de Vox diciendo que Irene Montero es ministra por acostarse con Pablo Iglesias es una vergüenza. No solo es una cuestión personal, es una muestra de esa degradación institucional. Lo explico. La ministra ha puesto en marcha una ley que alivia las penas de los delincuentes sexuales, y que ha hecho tambalear su carrera política. Sus enemigos internos, los podemitas de Yolanda Díaz, veían la oportunidad de contemplar el paso del cadáver de su adversaria sin mover un dedo. El PSOE se hacía el muerto, y sus feministas elevaban el tono de voz contra Montero. La prensa progre deslizaba críticas a la ley estrella del Ministerio de Igualdad. Y todo ello en la víspera del Día Internacional Contra la Violencia Machista. Pues llega la diputada de Vox y consigue convertir toda esa debilidad en fortaleza mentando la vida privada de Irene Montero. ¿Resultado? La ministra se victimiza, hace una alerta antifascista y consigue el respaldo de todos los que antes la ponían en cuestión. ¿Se puede ser más torpe que Carla Toscano?
La misma línea de Rebeca Argudo:
Ha aprovechado muy bien [Irene Montero], eso hay que reconocérselo, la torpeza de Vox, que parece tener en los suyos a su peor enemigo. En un momento en que la titular del Chiquipark para adultas más caro del país estaba en horas bajísimas y había conseguido, gracias a su inoperancia, unir en la crítica, fundada y argumentada, a todo el espectro ideológico (excepto a los morados, que van a toque de generala), llega Vox, hace de Vox y le da aire.
¿Conclusiones? En Podemos están de fiesta, porque a partir del ataque de Vox van a buscar tomar impulso, incluso en la esfera internacional (ya están en ello), ya que, por supuesto, no van a desaprovechar este auténtico regalo imprevisto (un regalo que, por cierto, benefició incluso al Gobierno entero, que ya es decir).
Voy terminando, con el resumen que hace Javier Benegas de Vox:
Y, desde luego, por un VOX que sigue sin entender, porque no quiere, que ser una auténtica alternativa a la izquierda no solo consiste en ofrecer una visión distinta, sino en no parecerse a ella en absoluto, ni en las formas ni en las actitudes. Desgraciadamente, en el partido de Abascal parece prevalecer la idea de que ser la imagen especular de la izquierda es el camino, no ya hacia el éxito electoral, sino hacia la conservación de su nicho.
Por cierto, Javier Benegas en ese mismo artículo dice que, a pesar de todo, Toscano no puede salvar a Montero, porque el destrozo que va a generar esta ley [la del "solo sí es sí"] va a ser tan escandaloso como inacabable.
Esperemos que tenga razón. Es incluso posible (tal vez probable) tomando en cuenta que, un día después del debate de marras, en la manisfestación feminista socialista (Podemos fue en otra) se exigió la dimisión de la ministra. Así que tal vez acabe cayendo Irene Montero. A pesar de la ayuda de Vox.
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