Dice la vicepresidenta segunda del Gobierno sobre el tremendo lío montado con la ley del solo sí es sí que hay que tener prudencia y que
hay que esperar para ver lo que dice el Tribunal Supremo. Y dice bien.
Mi visión personal es la de que en España todos los delitos deberían castigarse más, pero muy especialmente los que afectan a la integridad física o sexual de las personas y a la propiedad (tengo una campaña en la columna derecha del blog en ese sentido desde hace más de once años). Pero estas gentes izquierdistas que gobiernan el país evidentemente no lo comparten. Y desde esa perspectiva, la de ellos, lo más sensato que he escuchado son las palabras de Yolanda Díaz. Como ya dije, el daño está hecho y no hay vuelta atrás. Los que con esta ley en la mano tengan derecho a ser liberados o a que les reduzca la condena, lo seguirán teníendo si se reforma la ley dentro de un mes o dentro de un año.
Claro, sería preferible que, al menos se llevaran las futuras condenas al mismo nivel que las pasadas. Pero en vez de tirar la mesa patas arriba e insultar a jueces (y juezas, que en este caso si es muy importante el desdoblamiento del lenguaje) llamandoles, literalmente, fachas y machistas, es mucho mejor esperar a que se pronuncie el Tribunal Supremo y a partir de ahí que cada palo aguante su vela. Aunque, claro, después de las canalladas que han salido desde el Ministerio de Igualdad esta gente ya debería estar cesada (que dimitan es completamente imposible), no por la ley (hasta que se vea lo que dice el Supremo), pero sí por sus insultos a los jueces.
Yolanda Díaz será comunista (y mucho, sin duda), pero no es canalla.
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