domingo, 5 de junio de 2011

Por una ley de referéndum verdaderamente democrática

Muchos somos los que pedimos un cambio radical en el sistema de gobierno de España, que lleve a este país de la partidocracia actual a una democracia real, donde sean los ciudadanos quienes decidan. Para ello defendemos cosas tales como la elección directa del Presidente del Ejecutivo, la circunscripción individual, una real separación de poderes, y un largo etcétera que varía dependiendo de la persona en cuestión. Cosas todas ellas para las que se necesitaría una drástica reforma constitucional, lo cual, según está el patio, parece casi imposible de conseguir. Debemos, claro está, seguir defendiendo lo que creemos, pero tenemos que ser conscientes de la dificultad de transformarlo en una realidad, al menos a corto o medio plazo.

Pero pensando un poco en el asunto, creo que existe una medida que, incluso dentro del ordenamiento jurídico actual, podría abrir la puerta a que fueran los ciudadanos los que decidieran (al menos en gran medida) y no los político en lugar de ellos, y ello sin reformar la Constitución. Esa medida sería una ley de referéndum verdaderamente democrática.

En España ya existe una Ley Orgánica sobre Regulación de las Distintas Modalidades de Referéndum, pero no pasa de dejar todo el poder en manos de los políticos. Para que el poder estuviera en manos de quien de verdad debe estar, en manos de los ciudadanos, esa ley debería ser sustituida por otra que abordara al menos lo que sigue.

Cada ley debe ser sometida a referéndum de los ciudadanos si lo pide una cantidad mínima de diputados o senadores, por ejemplo el 10%. Eso impediría a cualquier partido mayoritario sacar adelante cualquier ley "porque sí".

En el mismo sentido, cualquier propuesta de ley debería ser sometida a referéndum de los ciudadanos, aunque sea derrotada en el Congreso, si lo solicitan nuevamente una cantidad mínima de diputados o senadores, en torno nuevamente al 10%. Lo anterior posibilitaría que un partido opositor pudiera sacar adelante propuestas si tiene el apoyo de la ciudadanía.

Por otra parte, habría que crear una verdadera iniciativa ciudadana, por la cual cualquier propuesta de un mínimo de ciudadanos pudiese ser sometida a referéndum. Actualmente existe en España una Ley Orgánica Reguladora de la Iniciativa Legislativa Popular, pero crea un sistema tan complicado que, como dice la Wikipedia, desde 1978 tan sólo nueve ILP han pasado el filtro de la Mesa del Congreso, mientras que únicamente una Iniciativa Legislativa Popular ha sido aprobada por el Pleno, relativa a la modificación de la Ley de Propiedad Horizontal. Eso en más de 30 años, lo cual lo dice todo sobre la falta de democracia real de la invención.

Se podrá argumentar que eso produciría una cantidad innumerable de referéndums. No es así, puesto que a la vez se podría crear un día del referéndum, en el cual una vez al año se someterían todas las propuestas presentadas a la decisión de la ciudadanía.

Sé evidentemente que la cosa no es sencilla. Pero cuando hay lo que se llama voluntad política, se hacen las cosas.

Lo anterior haría que cuestiones importantes, como han sido la ley del aborto, o la del "matrimonio homosexual", fueran decididas por los ciudadanos y no por los políticos. También haría que el clamor por un endurecimiento de penas para crímenes horrendos, en la línea de la cadena perpetua, al que han hecho y hacen oídos sordos los políticos, pudieran ser decididas por la ciudadanía. Y por supuesto son únicamente ejemplos de cierta actualidad, a los que podrían añadirse otros muchos.

España necesita dotarse con urgencia de una ley de referéndum verdaderamente democrática, como un primer paso para que esa democracia real llegué al país. Por eso he incluido

Por una ley de referéndum verdaderamente democrática

en la zona de campañas de este blog.

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