Lo único que hicieron fue publicar unos dibujos. Su última respuesta (antes ha habido otras), asesinar a todos los que se pueda.
Así se las gasta esta gente. No es un juego. Tampoco es un incidente aislado. Estamos ante una terrible realidad en la que ante meras opiniones se responde con intentos de asesinato, y esa es la tónica general cuando se les toca su religión.
Sin ir más lejos, cuando un clérigo pretendía quemar un Corán, la respuesta a semejante acto de opinión fue la amenaza con asesinatos. Lo peor es que mucha gente tiene la mente tan influenciada por esta gentuza, que ya va pensando como ellos sin darse cuenta. La frase habrá consecuencias trágicas pone indirectamente la culpa de esas consecuencias en el que quema el libro, lo que es una auténtica barbaridad.
Barbaridad que comete igualmente el artículo de "El País", cuando dice el que en 2005 publicó una docena de caricaturas de Mahoma que incendiaron al extremismo islámico en todo el mundo. ¿Unos dibujos incendiando el extremismo islámico? ¿Por qué? ¿Por llevarles la contraria?
Hay dos cosas que debemos tener claras. La primera, que no podemos pensar, ni tan siquiera mínimamente, que las consecuencias de asesinatos son provocadas por actos de opinión, sean éstos los que sean. La segunda, que responder con violencia asesina a cuestiones de expresión no es un acto aislado en esta gente, sino que es una forma de comportarse.
Siempre me viene a la mente esa frase que pronunció un clérigo musulmán:
Gracias a vuestras leyes democráticas os invadiremos; gracias a vuestras leyes religiosas os dominaremos.
El proceso ya ha comenzado. O nos damos cuenta, o lo completarán. Para ello no están dudando en responder a las palabras con asesinatos.
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