Desde el principio Vox ha sido un partido poco dado a la transparencia, por decirlo suavemente (uno, dos y tres, solamente por ejemplo), lo cual incluye
la financiación en sus comienzos (uno, dos, tres y cuatro, también únicamente por ejemplo).
Hace unos días me encontré con este párrafo:
¿Quiénes son esas tres personas? Veamos.
Luis del Rivero es un alto directivo empresarial (uno y dos). Kiko Méndez-Monasterio es un tipo de lo más siniestro: militó en la Alianza por la Unidad Nacional cuando era dirigida por Ricardo Sáenz de Ynestrillas, el cual se salvó de ser condenado por el asesinato del diputado de Herri Batasuna Josu Muguruza por falta de pruebas (uno, dos y tres). Y Julio Ariza es un potente empresario del campo audiovisual, que actualmente preside el Grupo Intereconomía (uno y dos).
Sin duda se puede buscar y encontrar mucha más información sobre estos personajes. Pero la aportada baste para demostrar que en estos tres presuntos dirigentes de Vox en la sombra se mezclan intereses empresariales (Luis del Rivero), audiovisuales (Julio Ariza) y ultrafascistas (Kiko Méndez-Monasterio). Mal cóctel para un partido que aspira a conquistar, además de otras esferas del poder político, la vicepresidencia del Gobierno de España.
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