Hace unas tres semanas se celebró en Madrid una manifestación en defensa de una rápida tramitación en el Parlamento de la llamada ley trans. A dicha manifestación, que convocaba a un colectivo totalmente movilizado como es el colectivo trans, y en la capital, asistieron únicamente mil personas. Sí, mil.
Hace dos días se manifestaron, nuevamente en Madrid, capital de España, los siguientes colectivos, sin la menor duda totalmente movilizados, que apoyan la ley de marras: Plataforma Trans, Euforia Familias Trans Aliadas, No Binaries España, Kif-Kif, No es terapia Cogam, el Observatorio Internacional, Libres y Combativas, la secretaría LGTB de UGT, la asamblea feminista de Madrid e Izquierda Unida. Impresionate la lista, ¿eh? Diez organizaciones, diez. Pues a tal despliegue respondieron mil doscientos manifestantes. Ahí queda eso.
Y este colectivo tan minoritario, pero con mucho poder, quiere imponer sus ideas, sin ninguna base científica, a una sociedad como la española. Estamos hablando sobre todo de un auténtico experimento humano como es dejar a la libre elección de menores de edad que están atravesando por etapas conflictivas que se apliquen tratamientos irreversibles de por vida como son los bloqueadores hormonales y la aplicación de las hormonas del sexo que se desea, que les convertirán desde niños de personas sanas a enfermos crónicos.
Parece que algo se está moviendo en el PSOE. Pero si no detiene la falsa libertad de elección de género desde la niñez ese algo no será suficiente. Y estará cediedo a la presión de un colectivo absolutamente movilizado pero totalmente minoritario que, por cierto, ya tiene garantizados sus derechos individuales y lo que busca es una auténtica ingenieria social experimentando con los demás.
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