No le conozco en lo personal, pero sí en lo político, y no puedo llamarle más que una cosa: cobarde. La misma cobardía que ejerció en la Oposición, dejando de lado la ideología y esperando a que fuera Zapatero quien perdiera merecidamente las elecciones (de lo contrario seguiría en la Oposición) es exactamente la misma cobardía con la que está actuando en el Gobierno.
No se atreve a profundizar en medidas laborales que den más libertad a los empresarios para contratar y despedir a los trabajadores. Nadie le pide que dichas medidas se apliquen a los trabajadores actuales, pero sí a los de nueva contratación. Con solamente permitir el despedido libre el paro caería al menos 5 puntos porcentuales. Y si él no se atreve a asumir esa medida, por miedo a los sindicatos, que se atreva a llevarla a referéndum de los ciudadanos. Pero no, ni lo uno ni lo otro. Cobarde.
Y si hablamos del estado de las autonomías, exactamente lo mismo. El monstruo autonómico está devorando a sus hijos y nadie hace nada. Si los catalanes y vascos quieren una autonomía (que evidentemente la quieren, está claro), perfecto. ¿Pero quieren sus autonomías el resto de los españoles? Es cuestionable en muchos casos, y en otros claramente no las quieren. Es necesario hacer un referéndum consultivo sobre la eliminación de muchas autonomías, para posteriormente, una vez conocida la voluntad popular, enfrentar una reforma de la Constitución en el sentido deseado por los ciudadanos. Pero, claro, Rajoy no lo hará, porque no quiere correr riesgos. Cobarde.
La idea de este hombre es simplemente esperar a que escampe, como hizo en la Oposición. Pues que siga. Dos años vuelan, y tendrá que enfrentar la segunda parte de la legislatura, en la que, si las cosas no mejoran, los sindicatos en la calle y el PSOE e IU en el Parlamento le van a declarar la guerra. Vamos a ver si consigue ganar dentro de tres años, aunque sea por mayoría simple (porque por mayoría absoluta, al paso que va la burra parece prácticamente imposible). Lo dudo mucho.
Si sigue así, ese cobarde político llamado Mariano no estará mucho tiempo viviendo en La Moncloa.
Efectivamente éste además de no tener absolutamente nada de liberal, es un simple gestor de esta social-democracia que nos dirige. Tanto PP como PSOE no son mas que dos perros con diferente collar. Si a eso añadimos que una gran parte de esta sociedad está mas idiotizada que nunca, mal lo tenemos. Yo me siento últimamente identificado con muchas propuestas del P-Lib (partido de la Libertad Individual), aunque tenga reservas en algunas de sus propuestas. Esos por lo menos son liberales con MAYUSCULA. Y sí Mariano además de cobarde es un gran mentiroso.
ResponderEliminarFaltó detallar dos medidas más en la que ha demostrado una auténtica cobardía, y dónde personalmente más decepcionado me he encontrado con él:
ResponderEliminar1º.- La subida de impuestos. Es cierto que la cosa está difícil con el déficit, pero la subida de impuestos no ayuda, sólo hay que comprobar lo que ha sucedido con el comercio del tabaco al subir tan indiscriminadamente el impuesto especial sobre el mismo. No sólo han caído las ventas, sustituyéndose este mercado por el más económico tabaco de liar, sino que los ingresos por impuestos han sido menos.
2º. la reforma educativa. Cuando llegó ZP no le tembló el pulso para tumbar la LOCE por motivos electoralistas, dándonos una LOE que nos deja en los informes PISA, pues eso, en el piso. Aunque han hecho anuncios, lo único que ha habido real es un recorte de 3000 millones, lo que significa que tenemos que lidiar con la misma mediocridad, pero con menos recursos.
Buen post.
ResponderEliminarQuizá estemos confundiendo la cobardía con la prudencia, en su acepción más medieval.
El veinte de noviembre no voté a Rajoy. Fui de los pocos mataos que tuvieron suficiente sentido del humor como para votar al P-Lib. Francamente, no me imagino votando nunca a un partido como el PP, cuya ideología y práctica política es el "centrorreformismo", es decir, nada con sifón, adornado con unas gotas de éter y átomos de antimateria. La reforma constante de no se sabe qué, ni se sabe cómo, ni hacia dónde, ni por qué, ni cuándo acabará, ni si acabará algún día, ni si empezará, ni si ha empezado ya, o si estamos esperando a las próximas elecciones autonómicas y municipales para ver si pasa algo, o no. ¿Cómo es posible que Mendizábal pudiera hacer su desamortización y nosotros no podamos desamortizarnos de tanta rémora humana y reglamentaria? A picar piedra todos los parlamentarios, banqueros y periodistas de España. Y si son viejos y les duele las espalda, mejor. Que se jodan.