Uno pensaba que la UE iba
hacia adelante con el reconocimiento de la nuclear como energía verde y que el rechazo era cosa de unos cuantos fanáticos comunistas españoles.
Pues no. El Gobierno español ha salido a mostrar su desacuerdo. Viniendo del grupo gubernamentel socialcomunista no sería de extrañar mucho. Pero es que a esa negativa se han sumado países serios como Alemania y Austria.
Parece que dichos países, especialmente Alemania, prefieren seguir siendo dependientes energéticamente de un país tan poco de fiar como Rusia en lugar de ser totalmente independientes a través de la energía nuclear.
Las decisiones tienen consecuencias. Si en algún momento Rusia recurre al chantaje, será la hora de llorar. Aunque llorar no sirve para cambiar los hechos.
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