Sinceramente, me sorprendió totalmente
que España se sumara a
la demanda de Sudáfrica contra Israel ante el Tribunal Internacional de Justicia por supuesto genocidio en Gaza. No me lo esperaba. Pero para nada. Lo que demuestra que este Gobierno puede ser incluso peor de lo que uno imagina. Literalmente. Y que Pedro Sánchez no tiene límites a la hora de hacer electoralismo, porque para arañar un puñado de votos por la izquierda es capaz de poner a España en una situación aún peor de la que estaba, ya de por sí terrible.
Porque otra sorpresa que me he llevado en este asunto ha sido el silencio sepulcral de Israel ante una medida tan ofensiva como la que España ha tomado contra dicho país. Cuando anteriormente, por medidas mucho menos duras, el ministro de Asuntos Exteriores de Israel escribió casi al instante brutales tuits (uno, dos y tres) que dejaban las relaciones hispanoisraelíes al borde la ruptura, ahora calla. Ignoro por completo las razones. De lo que sí estoy seguro es de que la respuesta a este desafío español va a ser durísima por parte de Israel. Así que estamos en la calma que precede a la tormenta, en el silencio anterior al terremoto. Y, por cierto, gran tormenta y enorme terremoto. Al tiempo. Y no mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.