He estado repasando algunas veces que escribí sobre el (des)gobierno presididio por Pedro Sánchez. Así han sido estos diez meses vistos desde este blog.
La cosa empezó mal, con un Sánchez que sacó adelante su moción de censura a Rajoy con el apoyo de terroristas, secesionistas, separatistas y ultracomunistas. Básicamente con todos los enemigos de la democracia, de la libertad y de la propia España.
Poco después llegaría una medida muy zapaterista, muy de cara a la galería, la de acoger al barco Aquarius y a todos sus inmigrantes ilegales. Aquello produjo el lógico efecto llamada que convirtió España en el destino predilecto de las mafias que trafican con personas (uno, dos y tres)
En uno de los lados más importantes del gobierno, el de la limpieza personal de sus integrantes, el resultado es verdaderamente dramático. Al poco de llegar cayeron dos ministros, Màxim Huerta y Carmen Montón. Después llegaría el escandaloso caso del mismo Pedro Sánchez con una tesis doctoral plagiada en gran parte (uno, dos y tres). Y a renglón seguido el igualmente escandaloso asunto de la Ministra de Justicia, Dolores Delgado, en oscuros contactos con las llamadas cloacas del Estado y haciendo afirmaciones que rozan lo delictivo (uno, dos y tres). Poco después se añadió a la lista Pedro Duque con su sociedad. La lista se alargó con Isabel Celaá y Josep Borrell. Y después con Nadia Calviño. Un gobierno ejemplarizante, sin duda.
Y llegamos al apartado de la relación de Sánchez con los secesionistas. Relación presidida desde el principió por una humillante actitud hacia el secesionismo catalán; mientras Torra hablaba de independencia, Sánchez hablaba de diálogo. El gobierno desechó un informe de adoctrinamiento en Cataluña (mentira de por medio, pero, ¿qué le importa una raya más al tigre). Luego hizo una especie de cumbre entre estados, con España y Cataluña como participantes de igual a igual. El colmo fue cuando aceptó un mediador en las conversaciones entre España y Cataluña.
Hasta dónde llegaría el drama en las cesiones de Pedro Sánchez ante el secesionismo catalán que Alfonso Guerra se enfrentó públicamente a sus desatinos (uno, dos y tres). Y no solamente Guerra, sino también Felipe González.
Cabe recordar que el gobierno llegó a negociar el apoyo a los Presupuestos de los secesionistas presos a través del ultraizquierdista Iglesias
En medio de todo lo anterior el hecho de que la lider socialista en el País Vasco se vaya de celebración con un exterrorista tampoco es que sea para sorprenderse mucho.
Una unidad de acción en el Congreso de los Diputados entre Sánchez, comunistas, nacionalistas y proetarras que se mantuvo hasta el fin.
A futuro cabe señalar el más que probable indulto de Pedro Sánchez a los secesionistas cuando sean condenados, ya que vez tras vez se ha negado a responder a dicha pregunta, tanto él como sus subordinados.
Y más a futuro aún nos encontramos con el líder socialista en Cataluña afirmando que si en dicha comunidad hubiera un apoyo a la independencia del 65% dicha independencia debería ser aceptada por el conjunto de los españoles. ¿Desautorización por parte del gobierno? Pueden esperar sentados. Más bien todo lo contrario, una verdadero espaldarazo con su candidatura a presidir el Senado.
Como guinda a ese pastel no me resisto a mencionar la vergonzosa incompetencia del Ministro de Asuntos Exteriores perdiendo los papeles en una entrevista en el extranjero por no saber defender lo democrático de que Cataluña sea una comunidad autónoma en España y la ilegalidad de un referendum secesionista.
¿Y qué decir del comportamiento de Pedro Sánchez como si fuera una estrella de rock y de negarse a decirle a los contribuyentes cuando les costaba a ellos mantener ese estrellato de nuevo rico ?
Un presidente cínico como él solo, experto en apoyar en su beneficio de ley del embudo.
Lo anterior, por más que resulte auténticamente bochornoso, solamente es un resumen. Se podrían añadir muchos más despropósitos de Sánchez en estos diez meses de (des)gobierno. Pero creo que los anotados son más que suficientes para probar la completa ineptitud del personaje para el cargo.
Pues bien (es un decir), este señor ha sido el que entre los votantes españoles ha tenido mayor apoyo. Lo que no habla bien, evidentemente, de los votantes españoles. Pero tampoco de unos partidos de oposición, PP y Ciudadanos, que no supieron dejar claros estos temas durante la campaña. Triste destino el de España, con unos incompetentes en el gobierno y otros incompetentes en la oposición.
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