Los hechos son tozudos. El Gobierno desprovechó un mes sin hacer nada porque había que llegar a las manifestaciones del 8-M como fuera. Todo lo que fue diciendo que no pasaría finalmente pasó. No quiero extenderme en ello. Simplemente el Gobierno fue manifiestamente negligente, anteponiendo la ideología a la eficacia. Una negligencia que ha llevado a la peor crisis humanitaria en España desde la Guerra Civil. Que está costando muchas vidas, y que todo apunta que seguirá costando muchas mas. El desastre es soberano. Punto.
Hace un par de día publiqué un par de datos por aquí que ilustran ese, repito, desastre, España medalla de bronce en casos de coronavirus y Curva de crecimiento del coronavirus comparando trece países, y ayer añadí España, el segundo país de los siete primeros en proporción de contagios respecto a su población,
fríos datos en los que las matemáticas, sin compasión, exponen las consecuencias de la negligencia primero y la ineficacia después del, repito, Gobierno presidido por Pedro Sánchez (se puede echar un vistazo también a mi texto publicado hace un par de horas Vídeo de 2 minutos: "Las 9 mentiras del Gobierno de Sánchez sobre el coronavirus" y al que publiqué hace cuatro horas Foto: ejemplo de como están las salas de emergencia en España).
¿Y qué va a hacer Pablo Casado ante ello? Porque esperar que Pedro Sánchez haga algo a nivel de asumir responsabilidades aparte de su bla, bla, bla es como esperar a que el Sahara se convierta en un jardín. Seamos claros. La única asunción posible sería que Pedro Sánchez dimitiera. Algo que evidentemente no sucederá.
Repito. ¿Y qué va a hacer Pablo Casado ante ello? Ahora evidentemente toca apoyar al Gobierno en la gestión de la crisis. Por desastroso que sea el Gobierno y por deficiente que sea la gestión. Pero cuando todo esto acabe (más tarde que temprano, me temo) algo tendrá que hacer Pablo Casado. Y ese algo no puede ser otra cosa que, en el mismo momento en que Pedro Sánchez levante el estado de alarma, registrar una moción de censura en el Congreso de los Diputados. Para perderla. Pero hacerla no para llegar a los diputados, sino a la ciudadanía, y decirles a esos ciudadanos todos los desastres, uno por uno, que ha cometido el Gobierno presidido por Pedro Sánchez. Y exigirle a Pedro Sánchez que convoque elecciones para que sean los votantes los que, después de esta trágica etapa, tomen la decisión que quieran.
Y no hay más. Es lo que Pablo Casado debe hacer. Si es que le queda algo de valentía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.