Leo que Biden va a decir
a Putin que la OTAN reforzará su flanco oriental si Rusia invade Ucrania. Y no solo eso, sino que también en ese caso habrá “severas sanciones económicas”.
¡Uy, que miedo! Seguro que el ruso ya está temblando de pánico y dando ordenes para retirar todos sus efectivos militares de la frontera con Ucrania.
¡Por favor! Lo único que este sujeto entendería es que, a petición de Ucranía, la OTAN desplegara en el lado ucraniano de la frontera una fuerza militar equivalente a la que Rusia tiene al otro lado. Pero, como eso no va a pasar, el nuevo zar ruso hará lo que le venga en gana. Y mucho me temo que, como sabe que Estados Unidos ha perdido el interés por Europa, lo que puede estar planeando es invadir Ucrania, llegar a Kiev (que está básicamente al lado de la frontera rusa) e imponer un gobierno títere.
Y será en ese momento, y nunca antes, cuando la OTAN despliegue algún tipo de fuerza militar en Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumanía. Pero con mucho cuidado de no traspasar bajo ningún concepto ni circunstancia la frontera con Ucrania (que en ese momento bien podría estar ya anexionada a Rusia), no vaya a ser que el dirigente comunista postsoviético se vaya a enfadar.
¿Soberanía territorial? ¿Derecho a pedir ayuda para defenderse? Ya veo, ya. Quiero equivocarme.
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