Hace años seguí a César Vidal con cierto interés, pero a la vez con mucha precaución, porque siempre encontraba ciertos tics que, no sé por qué, no me gustaban. Finalmente, después de ver en esos tics una actitud continuada a favor de Rusia y de China, la cual evidentemente no podía ser por casualidad, perdí el poco interés que ya tenía y lo dejé de lado.
Más tardé investigué un poco sobre su incondicional posición prorrusa y dejé constancia por aquí (uno y dos). Unos días después investigué algo de lo que había escrito sobre China y escribí un texto aquí sobre su prochinismo. Y adiós, muy buenas.
Hasta ahora. Porque, por casualidad, leí unos tuits suyos enlazados en un blog que me parecían raros, un poco chocantes, sobre Israel. Así que me fui en su Twitter a los días de la masacre del 7 de octubre y encontré su primer editorial después de dicha masacre. En el mismo, para mi auténtica sorpresa, tras un larguísimo prólogo sobre los orígenes y demás (cargando siempre contra Israel), lo que hace es apuntarse a la canalla teoría de que las autoridades de Israel sabían perfectamente lo que Hamás estaba tramando, pero que no hicieron nada para evitarlo, con la vista puesta en una posterior guerra que beneficiaria a Netanyahu. Vamos, que el culpable de la masacre perpetrada el 7 de octubre por los terroristas de Hamás fue Israel.
Después de eso hice un esfuerzo (y no exagero) para echarle un vistazo lo más rápido posible a su Twitter, para encontrarme, ya sin sorpresa por mi parte, con tuits abiertamente antiisraelíes.
Me parece algo tan deleznable que no comprendo como este sujeto puede tener cerca de doscientos mil seguidores en su Twitter. Y aquí lo dejo, porque de lo contrario voy a tener que ir a vomitar.
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