Y llegó la liberticida jornada de reflexión (¿por qué no se puede hacer campaña, eh, por qué?), colofón de la liberticida última semana (veamos, ¿cuál es la razón de que no se puedan difundir encuestas, a la vez que los partidos políticos las hacen a troche y moche?). Tradición de este blog es romper el mentado silencio, diciendo a quién apoyo y por qué.
Bueno, ya escribí mi opinión sobre las cosas malas y buenas de Vox hace menos de un año. Y no quiero repetirlo porque me deprimo.
Añadir a lo anterior un par de cuestiones. En lo negativo, que el falangista Buxadé me parece de lo peorcito de Vox. Y en lo positivo (y mucho, sin duda), que Vox es, en las votaciones en el Parlamento Europeo, el partido español más proisraelí y el quinto del total (el siguiente español es el PP, en el puesto 58, que lo dice todo).
Así que, pues eso, que mi apoyo en estas elecciones europeas va para Vox. Pero con una buena máscara antigás bien ajustada.
Adenda. Supongo que con este breve escrito habré conseguido la rareza de ponerme en contra a voxeros y antivoxeros. Cosas de la vida.
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