Inés Arrimadas ha dicho que sin centro político Sánchez gobernará diez años más. Y tiene toda la razón. La prueba es que con la que está cayendo en forma de despropositos de Pedro Sánchez el susodicho sigue liderando las encuestas. Y es que Pablo Casado no sabe lo que quiere ser de mayor, si ultraderechista o centrista; así que prefiere intentar ser las dos cosas a la vez, un centrista ultraderechista, algo que no hay por donde cogerlo. En esas condiciones no es extraño (o sí, pero sea) que el líder socialista siga por delante.
La única posibilidad de desalojar a Sánchez de La Moncloa es un partido centrista, a ser posible liberal, que le haga frente sin complejos, llamando al pan pan y al vino vino. Y que a la vez marque distancias con el PP. Porque, como bien dice Arrimadas, Sánchez ha tenido mucho éxito en dividir a los españoles entre fachas y progres, por lo que hace falta un partido que, en palabras de Albert Rivera, se desmarque tanto de rojos como de azules.
Será así como tal vez Ciudadanos podría atraer al voto moderado socialista que no quiere saber nada de cesiones a los nacionalistas y a la vez al voto moderado conservador que no desea que el PP siga el camino que le marca Vox. Un partido centrista y liberal que aunque tenga muy difícil llegar a ganar unas elecciones al menos pueda influir desde fuera en que el partido ganador no tenga que depender de extremistas de uno u otro signo.
Es eso o, como dijo Arrimadas, tener a Pedro Sánchez en La Moncloa por diez años.
Pero... (continuará mañana a la misma hora).
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