A pesar del mínimo nivel de exigencia personal en el que se ha instalado la política española, en el caso actual de Pablo Iglesias creo que es urgente que rinda algún tipo de explicación. Estamos hablando del hecho de que Iglesias se quedó durante meses la información que supuestamente Villarejo 'robó' a su asistente, ya que recibió en enero de 2016 una copia de la tarjeta SIM robada a Dina Bousenhalm, su asesora en el Parlamento Europeo, pero cuando se la entregó a ella, algunos meses después, la tarjeta no funcionaba, targeta que incluía fotos íntimas de su ex asistente, a las que Pablo Iglesias tuvo acceso sin el permiso de esta mujer.
Creo que urge que, incluso en el bajísimo nivel de rendición de cuentas en España, el Vicepresidente segundo del Gobierno de España dé algún tipo de explicación de cuántas fotos íntimas vio (se puede entender que viera una, pero no más, al darse cuenta de la persona que era), por qué no entregó dicha targeta inmediatamente y la razón de que la entregara rota cuando a él se la dieron funcionando.
Un hecho como el mencionado, que atenta directamente contra los derechos a la intimidad (por ver lo que no debió ver) y a la propiedad (por quedarse durante meses con lo que era de otra persona), no puede quedarse en el olvido. Repito, antes de ir más allá en otro tipo de exigencias (dimisión o incluso penales), urge que Pablo Iglesias dé su versión de los hechos.
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