Después de escribir ayer mi texto sobre el atentado terrorista islámico de Torre Pacheco, en Murcia, me encontré con un artículo de opinión publicado por Carmen Ferreras en La Opinión de Zamora.
Quiero destacar este párrafo:
Ni alcohol, ni drogas, ni perturbado mental. Se trataba de un ‘lobo solitario’, de un yihadista, de un fanático de los que odian al ‘infiel’ que somos todos nosotros. El ‘lobo solitario’ era un súbdito marroquí nacido en 1994, que entró en España como mena, estuvo en un centro de acogida de Valencia y vivía en Torre Pacheco ¿cómo un vecino más? No. Estaba esperando su momento.
Ojo al dato:
...entró en España como mena...
Ahora entiendo, aún más, la razón por la que Gobierno y prensa del régimen lo han ocultado. Un mena. No conviene que se sepa el peligro que suponen esos desvalidos niños a los que hay que proteger (que muchas veces ya han cometido auténticas barbaridades en sus países, las cuales ignoramos, para desgracia nuestra), que luego pueden perpetrar asesinatos a sangre fría como el presente.
Es el suicidio de la sociedad española. A largo plazo, a cámara lenta, pero suicidio al fin y al cabo.
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