Nuestro planeta Tierra es todo menos estable y pacífico. Erupciones volcánicas, terremotos, y huracanes son ejemplos
de su violencia. Cambios climáticos, épocas
lluviosas y sequías son también ejemplos de sus variaciones.
Pero nuestros ecologistas de vía estrecha se esfuerzan en demostrarnos que esa violencia y esos cambios son culpa del ser humano, y que si seguimos los pasos que ellos nos recomiendan conseguiremos que nuestro globo se convierta en un planeta estable y apacible. Cómo si ello hubiera sucedido alguna vez.
Producto de una sociedad, europea en general y española en particular, infantilizada no son capaces de asumir que en el pasado reciente (repito: reciente) sucedieron, por ejemplo, enormes y terribles cambios geológicos. Cambios que sucederán también en el futuro próximo (repito también: próximo).
Y no queda otra solución que adaptarse a los cambios, por duros que sean. Porque llorar, queridos, no sirve de nada. Y echar la culpa a los demás, tampoco.
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