Con el asunto de la masacre cometida en Noruega por Anders Breivik estamos asistiendo a una miserable ceremonia de la confusión, en la que muchos están intentando pescar en río revuelto.
Tres anotaciones.
Una. El tipo es calificado en casi todas partes como "cristiano fundamentalista". Puede que sea religioso, no lo sé, pero cristiano no es, porque lo que hizo choca frontalmente contra las enseñanzas del Jesús del Nuevo Testamento, que habló, por ejemplo, de amar a los demás como a uno mismo y de comportarse con los demás como uno desea que los demás se comporten con uno. Además de que cuando uno lee otras opiniones más objetivas sobre el sujeto en cuestión llega a la conclusión de que lo que defiende no es ni tan siquiera una unidad religiosa, sino un nacionalismo europeo, en el que caben todos los blancos, independientemente de que sean cristianos, agnósticos o ateos.
Dos. Se dice de él también por todos lados que es islamófobo. Puede ser que lo sea en teoría, pero lo que ha practicado no ha sido eso precisamente. En la matanza sus víctimas fueron blancos y, un detalle muy importante, cristianos. ¿Dónde está la islamofobia llevada a la práctica? ¿Por qué se obvia el detalle de la religión de las víctimas?
Tres. Se está ocultando, o pasando de puntillas, sobre el hecho de que el asesino pertenece a una logia masónica. No seré yo quien diga que por ello asesinó indiscriminadamente a un montón de personas inocentes. Pero parece subjetivo que los medios informativos estén culpando del asesinato en masa a su "cristianismo" (cuando incumplió mandamientos básicos y además defiende unidad nacionalista y no religiosa) y a su "islamofobia" (cuando no mató ni a un musulmán sino a cristianos) y estén ignorando que es masón.
Todo lo anterior me lleva a la conclusión de que estamos presenciando una obra teatral encaminada a dejar en muy mal lugar a los cristianos y sus ideas, a la vez que se defiende y victimiza a los musulmanes. Y ello me parece totalmente miserable, como dije al principio, porque la realidad es que las víctimas fueron cristianas y no musulmanas.
Además está por el medio el asunto de la pesca en río revuelto, asunto igualmente miserable. Y es que, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se está intentando desde algunas posiciones de izquierda criminalizar a todo el que defienda algo parecido a lo que defendía Breivik, lo cual, dicho sea de paso, no se ha hecho jamás cuando los asesinos fueron izquierdistas o islamistas.
Llegados a este punto solo se puede concluir que este sujeto es un fanático (pero ojo, no un loco, como se está diciendo constatemente), cuyo fanatismo le llevó a planificar y cometer una auténtica masacre, por lo cual debería pasar el resto de su vida en prisión. Todo lo que sea pretender extender una sombra de sospecha ideológica o religiosa sobre otras personas ajenas a los asesinatos solo tiene un nombre: Miserable.