Asco.
Es lo que sentí al leer esto:
Entró entonces en un proceso de indemnización que define como impersonal, frío y humillante, a través de un despacho de abogados, y en el que, para empezar a negociar, se le exigía la firma de un acuerdo de confidencialidad. Los maristas, en Cataluña, también impusieron la misma condición en 2020, en la primera indemnización colectiva emprendida por una orden en España (las negritas son mías).
Estamos hablando, ojo al importantísimo dato, del año 2020. ¡El año pasado! O sea, que el año pasado la Iglesia Católica española estaba intentando comprar el silencio de las víctimas de pederastia del clero. Queriendo ocultar el asunto. Pretendiendo que nadie se enterara de nada.
Repito. Asco.
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