Por casualidad me entero de la existencia de la Organización Internacional de la Francofonía, con sede en París, que Macron está potenciando. Francia cuida con esmero su influencia en las que fueron sus colonias. Mientras tanto todo lo español, desde las estatuas del pasado hasta las empresas del presente, es detestado (y cada vez más) en los países latinoamericanos.
Cierto es que existe la Organización de Estados Iberoamericanos, con sede en Madrid. Pero la asociación solo le sirve a España como una forma más de tirar a la basura el dinero de los contribuyentes, porque, repito, España cada vez está más lejos en relaciones de los países de América Latina.
La influencia de España en el contexto internacional ha pasado de ser poca (durante los gobiernos de González y Aznar) a ser nula (en los gobierno de Zapatero, Rajoy y, sobre todo, Sánchez). Hoy en día, como leí no recuerdo donde, España en la esfera internacional está al nivel de países como Grecia y Chipre. Qué ya es decir.
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