miércoles, 27 de junio de 2007

El liberalismo al servicio de la dignidad humana y no al revés

Si los liberales tenemos razón, ¿por qué somos tan poquitos y siempre perdemos? O sea, si el liberalismo es la doctrina verdadera de la Economía Política ¿por qué los estatistas son tantos y tantos, miles, millones, y siempre ganan y se imponen y mandan?

La anterior frase la pude encontrar en un artículo (muy bueno, por cierto) de Alberto Mansueti, al que llegué gracias a Batiburrillo.

Cada cual tendrá su respuesta a esa pregunta, que de una forma u otra he visto hecha en bocas de liberales en bastantes ocasiones. Yo también tengo la mía, y quiero exponerla en este artículo.

En cualquier caso, antes de entrar de lleno en el tema, quiero dejar claro que este texto no está escrito con el afán de crear una polémica estéril, sino con la intención de aportar desde este pequeño rincón una idea, la mía, por si pudiera ayudar a alguien a reflexionar sobre sus propias ideas, como igualmente otros textos de distintos escritores me han hecho pensar y cuestionarme las mías.

Pues bien, mi respuesta a la pregunta de por qué el liberalismo es una franca minoría es la siguiente: Porque en algunas ocasiones el liberalismo pone a su servicio a la dignidad humana, cuando en realidad debería ser al revés.

Aunque el tiempo me impide leer todo lo que me gustaría, he tenido la oportunidad de leer a liberales defendiendo cosas tales como la prostitución infantil (traté el tema aquí), el trabajo infantil -que es más bien explotación infantil casi siempre- (traté el tema aquí), la liberalización mercantil total del abastecimiento de agua (traté el tema aquí), la falta de condiciones de seguridad y salud en el trabajo (traté el tema aquí), los duelos a muerte y el canibalismo (traté el tema aquí) y que unos seres humanos puedan ser propietarios de otros seres humanos (traté el tema aquí y aquí).

Yo me hago las siguientes preguntas: ¿Qué dignidad humana hay en una niña o niño que se entregan sexualmente a un adulto por un poco de dinero? ¿Qué dignidad humana hay en un niño que casi no sabe hablar (o sin el casi) y es explotado en un trabajo? ¿Qué dignidad humana hay en una gente pobre que no tendría agua en su casa por no poder pagarla? ¿Qué dignidad humana hay en un trabajador obligado a trabajar en condiciones de falta de seguridad y salud? ¿Qué dignidad humana hay en que dos seres humanos se enfrenten entre ellos hasta que uno mate al otro? ¿Qué dignidad humana hay en que un ser humanos coma carne de otro? ¿Qué dignidad humana hay en que una persona tenga la propiedad de otra persona y pueda hacer con ella lo que se antoje?

Yo no la veo por ninguna parte. Se me podrá, por supuesto, argumentar desde determinados conceptos liberales que estoy equivocado. Pero el problema no soy yo con esos argumentos probablemente irrebatibles desde alguna ortodoxia liberal.

El problema es que, como yo, tampoco ven el respeto a la dignidad humana en algunos argumentos liberales el 99% de la población española. Y no solamente en España, porque si ponemos el ejemplo de Estados Unidos (el país más liberal de la tierra), todos los conceptos mencionados más arriba están asumidos como yo los defiendo por el Partido Republicano.

Pero sea como fuere la realidad es que ese 99% de la ciudadanía española está viendo en determinadas ideas liberales a un liberalismo que está poniendo a su servicio a la dignidad humana, cuando debería ser al contrario. Y esa percepción hace que ese 99% de personas le den completamente la espalda al liberalismo, alejándose de él sin la menor concesión ni cuestionamiento de sus ideas. Un alejamiento que se produce no solamente en los conceptos erróneos, como los ya mencionados, sino, por culpa de los mismos, en su totalidad, dejando de lado en la huida libertades básicas individuales y colectivas que serían de gran provecho.

Creo que va siendo hora, al menos en España, de que cierto liberalismo se replantee su posición, en el sentido de qué es lo que quiere ser. Si quiere ser una minoría que considera que tiene toda la razón en todo y que todos los demás están equivocados, lo que le llevará a encerrarse sobre sí mismo, y ser simplemente un colectivo irrelevante. O si por el contrario quiere ser una minoría influyente a los demás, con vocación de crecimiento.

En cualquier caso, por supuesto, cada cual es muy libre de defender lo que crea pertinente, por muy extremadamente liberal que sea. Ahora bien, lo que me parece completamente gratuito en ese caso es posteriormente quejarse de la incomprensión de la sociedad y del rechazo generalizado a esas ideas. Porque si el ciudadano que es, y perdón por la redundancia, extremadamente liberal, tiene evidentemente toda la libertad para serlo, la misma libertad tienen (tenemos) los demás para o no ser liberales o, como es mi caso, ser liberal (creo) entendiendo que ese liberalismo queda sujeto a la dignidad humana y no al revés. Y está claro que el sector extremadamente liberal de la sociedad es una ínfima minoría comparado con el resto.

La conclusión, la mía por supuesto, a todo lo anterior es que creo que el liberalismo se tiene que dar cuenta de que cuando determinadas ideas liberales chocan con la dignidad humana, hay que elegir claramente y sin complejos poner el liberalismo al servicio de la dignidad humana, y nunca al revés.

14 comentarios:

  1. Qué buena entrada. Llena de sentido común. Sinceramente creo que los "ancaps" tienen en algunos asuntos posturas extremadas y/o utópicas, que aparte de separarlos de la realidad, hacen que no puedan llegar a ser nunca una opción aceptable por las personas normales.

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  2. De ahí el peligro de que estos señores (ancaps) se apropien del liberalismo español. De momento son suyos "Liberalismo.org" y el famoso IJDM: ambos presuntos focos de "doctrina liberal". De momento ya han conseguido llevar a equívocos a muchos y reclutar a bastantes descerebrados (sic); pero vamos, uno empieza a pensar que se trata del una empresa-chiste pergeñada desde los despachos de alguna fuerza política. En fin: "recemos por sus almas".

    Y no, como dice el anónimo el ancapismo no es aceptable para personas normales. Y dudo mucho que todos los a-normales estén de acuerdo con el ancapismo: de hecho hay otros que han decidido ser anarquistas de izquierdas, cyberpunks o cosa parecida. En fin, marginales para siempre. Justo lo que los liberales no queremos para el liberalismo.

    Queremos que el liberalismo se convierta en un pulso cívico al poder, un movimiento ciudadano que impregne las instituciones de la nación e ilusione a todos aquéllos que llegaron a pensar que ser responsable de los propio equivale a ser irresponsable con lo ajeno.

    Salud y libre comercio

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  3. Mansueti, partidario del liberalismo bíblico, es el que dice que durante la "España de las tres culturas" el cuerno de abundancia del liberalismo se derramó sobre el pueblo, una prosperidad que sólo logró detener el "centralismo" de los reyes católicos...

    De todos modos, la respuesta a la pregunta de Mansueti está implícita en su mala formulación. No son "los estatistas", sino la política, la que evoluciona y puede decirse que se "impone" una y otra vez.

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  4. Mi respuesta al porqué. Breve y concisa:
    Al contrario que los americanos que se ponen siempre manos a la obra para aplicar sus ideas, aquí nos dedicamos a filosofar de manera estéril y con resultados que sólo interesan a catedráticos de filosofía.

    Los ancaps, como no, son la quintaesencia de este hombre antipragmático.

    Deberíamos dedicarnos más a lanzar propuestas realizables a corto plazo.

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  5. Y hay otra diferencia con los norteamericanos. Ellos tienen resuelto el problema de la soberanía. Nosotros no. Ellos, hasta mediados del siglo XIX, apenas tenían enemigos exteriores. Nosotros los teníamos desde hace siglos. Es natural que la necesidad de política, no "los estatistas", también terminara por imponerse.

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  6. pero al 90% de la población también le parece indigno, por ejemplo, que los ricos paguen los mismos impuestos que los pobres, o que el estado desregulara el suelo.

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  7. Claro, Palacios, claro, si el estatismo está tan difundido es por culpa de los ancaps, que son unos soñadores... ¡Que somos minoría, señores! ¡Que nuestro mensaje no lo conoce ni Dios! ¿Acaso ZP sabe qué es "ancap"? ¿Acaso los votantes socialistas lo saben? Lo que "saben" es que el capitalismo es malo y explotador.

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  8. Snipfer: ser ancap no es en absoluto incompatible con hacer propuestas factibles. De hecho, piensa qué son o a qué tienden los más famosos divulgadores del liberalismo hoy en día. O piensa en la propuesta de sociedad de propietarios del IJM, en cuya elaboración ha participado un ancap.

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  9. Está claro, la culpa de que el liberalismo no cuaje es de los 200 (tiro por lo alto) ancaps españoles. ¿Cómo así no lo habremos deducido antes?.

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  10. Sr. Palacios:

    Con este su nuevo post, asistimos por enésima vez a la demostración palpable de la desubicación ideológica de algunos que creen haber encontrado su sitio en el liberalismo. Igualmente asistimos, de nuevo, a una pataleta muy propia del socialconservadurismo a la europea (ah, qué diferencia con el conservadurismo "old" anglosajón) últimamente muy alarmado porque, incapaz de dar marcha atrás en sus postulados más socialistas, ve como cada vez más liberales le comen el terreno en la faceta de la defensa del capitalismo.

    Últimamente, en red liberal se vive un inevitable y evidente proceso de cisma: ancaps contra ¿estatistas? ¿socialistas? no lo sé... la elección del término más adecuado prefiero que la discutan entre ellos los aludidos o quien quiera enredarse en tal debate. Lo cierto es que no hace falta ser anarcocapitalista para escandalizarse por los escandalosos libelos socializantes a los que nos tiene acostumbrados en su blog, los cuales poco o nada tienen que ver con la profesión de una ideología liberal, esto es (que pena que sea preciso aclararlo), con la limitación al poder del estado en beneficio de la libertad individual.

    Dicho esto, no dudo que los ancaps traten de hacer valer su proyecto dentro del movimiento liberal con cierta displicencia del resto de visiones, especialmente la minarquista clásica, en la cual yo me encuentro. Ahora bien, considero también nefasta la intrusión de individuos como usted, que es evidente que sigue una ideología socialdemócrata de derechas desde la cual ataca posturas que a un liberal de verdad no se le ocurriría objetar.

    No obstante lo anterior, y ya entrando en materia, le diré que es ridículo, mezquino y sobre todo simplista, que usted achaque a los ancaps (no los menciona directamente porque encima es un cobarde, pero obviamente se refiere a ellos) el poco éxito del liberalismo entre la gente ya que "en algunas ocasiones el liberalismo pone a su servicio a la dignidad humana, cuando en realidad debería ser al revés."

    Mire, su absolutismo moral es cansino e irreal. El término "dignidad humana" es asiduo de las bocas de feminazis, prohibicionistas, puritanos, beatorras católicas... y en general de cualquier papanatas a sueldo del estado que se cree con derecho a imponer la conducta a sus semejantes. Ninguno de ellos, y tampoco usted, han logrado definir con éxito lo que es la "dignidad humana" (seguramente ni les importa) de forma que podamos considerarlo un razonable limitador de la libertad individual. Convendría que, por el bien del debate (y de su propio mensaje, porque sin este débil cimiento se viene abajo cual obra de ingeniería del comunismo) procediera a una definición previa de "dignidad humana" para, a continuación, poder valorar con arreglo a la acepción utilizada, qué tan dignos o indignos son los actos o posturas que usted denuncia aquí (y de los que me ocuparé en breve). De lo contrario, no hacemos nada útil ni sacaremos nada en claro.

    Anteriormente he mencionado de pasada mi condición de partidario de un estado limitado y mínimo, en la línea de todos los liberales clásicos, anglosajones de cada lado del charco (los revolucionarios franceses no cuentan, por supuesto, porque de liberales no tenían nada y menos ahora que se han convertido en ídolos de la progresía boba) cuyas teorías sustentaron, respectivamente, la Glorious revolution de 1688 y el nacimiento de los Estados Unidos. De esto se deduce necesariamente que, naturalmente, no soy anarquista pues considero que el estado supone la racionalización de la violencia (siendo ésta diferente e incomparable con los bienes y servicios que se intercambian en un mercado libre) y la superación de una etapa tribal y de lucha entre bandas de malhechores. Considero estas aclaraciones necesarias para que, si alguien se digna contestar este post, no trate de encasillarme entre aquellos a los que, ahora, defiendo.

    Así pues, las formas que tiene vd. de tratar el tema y sus críticas a los ancaps son inaceptables por cuanto rebosan mala fe, falsedad y por supuesto, una moralina católica de pacotilla (ah, qué diferencia con el verdadero puritanismo protestante) que no es más que ansias de gobernar la existencia de los demás.

    Empezaré por aquellos puntos que, a mi juicio, son más difíciles de tratar civilizadamente (el sentimentalismo hace estragos), cuya justificación es complicada y de los que, personalmente, tengo dudas acerca de su conveniencia: estos son la prostitución infantil, los duelos, el canibalismo y la "esclavitud" consentida. En mi opinión, a lo largo del extenso debate que se ha llevado a cabo en esta bitácora y en otras sobre estos temas, usted ha sido capaz de rebatir bastante poco, oponiendo simplemente burdas proclamas sentimentalistas o apelando a las emociones del interlocutor con imágenes crudas o frases sacadas de contextos. Obrando así, no espere que los ancaps sean respetuosos con vd. o que le tengan en gran estima como contertulio. Pero lo fundamental es que, y este es el meollo del asunto, después de tantas palabras vertidas, usted ha sido incapaz de entender nada acerca de sus postulados: el ancap habla de ética no de moral. El ancap no nos habla de lo mucho que le complace ver como una niña tailandesa de 8 años se prostituye con un occidental sin escrúpulos (en general, suelen ser franceses) sino que reflexionaba acerca de los motivos que le han podido llevar a la cría a tan desagradable situación, de las alternativas posibles y sobre todo, de si era lícito prohibir esa práctica desde arriba utilizando para ello tanto argumentos utilitaristas (la inutilidad y contraproducencia del prohibicionismo) como éticos (principio de no agresión). El asunto es ciertamente complicado pero es preferible acercarse a él con verdadero ánimo de investigación, reflexión y búsqueda de soluciones y no de la consigna barata o el griterío ideologizado. Por ello, aseveraciones como la suya (no solo suyas desgraciadamente sino de toda la progresía oligofrénica que campa por la red hablando del artículo de Valín) de que “los ancaps son partidarios de la prostitución infantil” y, por extensión, de todas las cosas malas y horribles de este mundo son inaceptables, falsas y denotan su poco ánimo de establecer un diálogo de buena fe.
    En cuanto a los duelos, el canibalismo y la “esclavitud” consentida no cabe decir sino que son tremendamente absurdos e improbables de que nadie los lleve a la práctica. Por lo tanto, no creo que merecieran un lugar en el argumentario al considerarlos asuntos meramente marginales. En este sentido, lo único que cabe reprochar aquí a los anarcocapitalistas es su excesiva racionalización, abstracción y el poco realismo que demuestran al tratar cuestiones de las que nadie se plantea su conveniencia o moralidad.

    Acto seguido, nos referimos a cuestiones sobre la que ningún liberal –quien se tenga por tal- debería tener dudas tanto de su licitud moral como de su utilidad. Son el trabajo infantil y la privatización del mercado del agua. Los señores Juan Ramón Rallo, José Carlos Rodríguez y tantos otros célebres del liberalismo español han aportado argumentos sólidos de tipo tanto económico como moral a favor de ambos fenómenos, los cuales, son a buen seguro mucho mejores que los que yo podría dilucidar y que sería superfluo repetir aquí. Tan solo me limitaré a señalar unas cuantas cuestiones que considero básicas para tratar con seguridad el asunto.

    Las sociedades pobres tienen en la mano de obra y la producción de hijos, su posibilidad más segura y sencilla de inversión en capital de suerte tal, que en un país donde no se sabe con seguridad si al levantarse por la mañana uno tendrá la suerte de tener algo que comer (en este sentido, aplicar nuestra cómoda mentalidad y visión occidental a situaciones muy diferentes no es lo más recomendable) es perfectamente lógico y natural que la escuela y la formación cultural de los hijos sea secundaria y que estos se vean obligados a colaborar en el sustento de la economía familiar con su fuerza de trabajo. Por lo tanto, trabajo infantil y capitalismo nada tienen que ver sino en una relación inversa: a mayor capitalismo, globalización y apertura de mercados menos trabajo infantil, mayor desarrollo, mayor riqueza y mayor escolarización.

    Por otro lado, afirmar apriorísticamente que la privatización del agua supondría el desabastecimiento y el desamparo de los habitantes de las zonas áridas de la península supone ignorar los mecanismos del mercado que rigen una sociedad libre y el progreso que representa la función empresarial. No me caben dudas de que si la gestión y propiedad del agua fueran privadas, hace tiempo que muchas de las cuestiones que han suscitado una guerra entre politicuchos regionales, se habrían solventado llevando el agua donde más se necesita. El agua carece de precio en España y los precios son mecanismos indispensables para racionalizar los recursos escasos.

    No hace falta ser ancap para darse cuenta de que renegar del trabajo infantil supone negar buena parte de las oportunidades de futuro a los pobres y de que la liberalización del agua no supondría ningún cataclismo humano.

    Respecto a la última cuestión por vd. reseñada, la “falta de condiciones de seguridad e higiene en el trabajo”, no puedo decir nada acerca de ella dado que el enlace al que usted remite, me lleva de nuevo a una discusión sobre el anterior tema del agua. Supongo que será un error suyo. No obstante, me barrunto que se tratará de una llamada de atención hecha por la infinidad de trabas administrativas y burocráticas que son obligatorias para ejercer determinadas actividades profesionales y que acaban desincentivando la búsqueda de empleo y la creación de empresas. Es decir, algo perfectamente liberal y cuya asimilación con “la total falta de condiciones de seguridad e higiene en el trabajo” solo puede caber en una mente retorcida.

    De todo lo anterior se extrae la conclusión de que su tesis sobre la culpabilidad de los ancaps en relación con el poco éxito del liberalismo es falsa porque hemos demostrado varias cosas:

    Que no existe un concepto unívoco de “dignidad humana”.

    Que los ancaps, en tanto ancaps, no defienden nada malo ni nada bueno.

    Que algunas de las cosas que se pretenden hacer pasar aquí por extremismo ancap son en realidad postulados básicos del liberalismo “pata negra”.

    Pero además de todo ello, parece usted querer justificar utilitariamente el liberalismo en base al número de afiliados que militan en este movimiento. ¿Cómo es eso? El liberalismo es una ideología racional y realista que pone acento en la libertad y responsabilidad individual del hombre. No es un catecismo políticamente correcto que atraiga al populacho con buenas palabras: antes al contrario, precisamente por aquellos rasgos, no es demasiado popular entre la gente (Bernard Shaw). Creo que para un liberal con convicciones, firme y seguro de sus ideas tanto da que la cifra de sus colegas sea 8 que 8 millones y desde luego no debe camelarse con dádivas ni vulgarizar el contenido de su doctrina. Si ese 99% eligen no renegar del liberalismo es responsabilidad enteramente suya, no de los liberales ni de los ancaps, los cuales, como ya han dicho por aquí, son una exigua minoría.

    Y en conclusión, caballero, no puedo estar más absolutamente de acuerdo en que “cierto liberalismo se replantee su posición, en el sentido de qué es lo que quiere ser”. Sin embargo, no estoy tan seguro de que nos refiramos los dos a un mismo colectivo.

    Cordiales saludos.

    Alpedo M(on)G(olo), futuro blogger liberal.

    PD. Que tenga usted el atrevimiento de decir que esta anotación no iba con el ánimo de provocar una polémica después de “roturas” de relaciones muy propias de la portada del Diez minutos y de presentarnos una sobrecogedora saga vikinga sobre unos tipos ultracapitalistas que abusaban de niños, tomaban drogas y se esclavizaban, que se atreva usted a eso, digo, mueve a risa.

    PD II. ¿El partido republicano, liberal? Juas....

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  11. -JOSÉ GARCÍA PALACIOS Y ALGUNOS MINARQUISTAS:
    La verdad es que no entiendo que tiene de ancap estar a favor de que los niños de los países pobres puedan trabajar en el mercado legal para así poder permitir pagar una educación a algun hermano, o a sus hijos, o mejorar el nivel de vida de su familia. ¿Acaso prefieres que que se dediquen a la prostitución o que tengan que trabajar en el mercado negro o en el campo de sol a sol por una mierda de jornal?

    Creo que el trabajo infantil es inadmisible en una economía desarrollada dado que los menores de una determinada edad no son aún responsables completamente. Sin embargo prohibir el trabajo infantil en países pobres es condenar a esos niños a algo mucho peor. Por lo general la gente quiere lo mejor para sus hijos, salvo raras excepciones esos niños trabjan no por gusto, sino porque su salario es necesario y no tienen otra opción. Aunque no sea esa tú intención, quieres imponerles trabas para salir de su pobreza.

    Esto no es algo tan raro, hace poco en España tambien pasaba y lejos de perpetuarse la situación hoy nuestra riqueza nos permite evitar que nuestros hijos trabajen durante unos años y tengan la oportunidad de formarse.

    A mi me parece más digno ver a un niño trabajar (si realmente es necesario) que verlo haciendo la calle, muriendose de hambre, robando o trabajando de jornalero. "No hay trabajos indignos, solo personas indignas que se niegan a realizarlos" Ayn Rand dixit.

    No entiendo que tiene de malo la liberalización mercantil total del abastecimiento de agua. Estar en contra de ello se fundamneta en una visión falsa de la realidad, ¿acaso acaso carecemos de alimenos o de ropa porque este el mercado más o menos liberalizado?.
    El sistema de racionamiento o el control de precios del agua generan escasez y como consecuencia de la misma empiezan las restricciónes, al no existir un sistema de precios libres que permita un uso racional del agua.

    http://liberal-venezolano.net/blog/index/2005/05/07/privatizacion_del_agua

    Tmpoco entiendo que tiene de ancap estar en contra de que el Estado tenga que decidir arbitrariamente cuales son las medidas sanitarias y de prevención de riesgos laborales que una empresa debe adoptar por narices. Creo que es una decisión que la deben de tomar aquellos que saben más del tema, las personas que dirigen una empresa y se dedican al ramo, y no supuestos políticos omniscientes desde sus sillones de cuero. En ultimo termino si existen deficiencias sanitarias o de seguridad deberan dictaminarlos los jueces bajo supuestos de negligencia en esas materias cuando se produzca un daño.

    Los duelos a muerte son consentidos por las dos partes en base a la autonomia de su voluntad y a su derecho a la vida. Nadie podría obligar a nadie a participar en un duelo de ese tipo y si hubo motivos de nulidad en el contrato interpartes lo dictaminara un juez a posteriori tras una acción de la parte interesada.

    Que un ser humano acepte un contrato de sumisión a otro me parece perfecto, siempre y cuando ese contrato pueda violarse bajo pena de restituir economicamente a la parte agraviada. Y tambien mientras ese contrato no implique sumisión de la descendencia del sumiso, dado que la sumisión solo puede darse cuando concurren dos voluntades en ese sentido, no por nacimiento. Esto no es algo tan extraño, en las practicas de sado masoquismo es necesario que exista un contrato entre las partes en el que se extipulen las clausulas de esa sumisión. En ocasiones el contrato es incluso escrito de forma formal. Creo que el código civil debería de permitir este tipo de contratos incluyendo una regulación auxiliar para aquellos supuestos subsceptibles de litigio cuando la voluntad de las partes no lo haya estipulado.

    ¿Es esto ser un anarquista de mercado? Para nada, esto es creer que el Estado esta para protegernos de las agresiones a nuestros derechos y para permitir la existencia de una cierta seguridad jurídica, mediante normas civiles claras y dispositivas que permitan planificar la vida por el individuo. Una norma dispositiva es aquella norma jurídica de cuyo contenido puede prescindirse en virtud del principio de autonomía de la voluntad. Su ámbito normativo se reduce así a los casos en los que los individuos no establecen una regulación distinta a la dispuesta legalmente. Es fundamental para poder conciliar el principio de la autonomía de la voluntad con la seguridad jurídica.

    Y no para hacer de gran padre que vela por sus niños obligándoles a hacer lo que ellos consideren mejor por su supuesto bien.

    Lo dicho todos los minarquistas no pensamos igual.


    -IRACUNDO:

    "De momento son suyos "Liberalismo.org" y el famoso IJDM"

    ¿Iracundo quien paga para mantenerlos? ¿De quien son propiedad? Me parece muy bien que no compartas su visión del liberalismo, ¿por qué no intentas mostrar tu visión en el propio IJM como te han invitado en tu blog? O mejor ¿Por qué no fundas un grupo de presión liberal en el norte en el que se permita la pluralidad que dices que niega el IJM? Yo en lo que humildemente pueda te apoyo en ese proyecto.

    -BERTI:

    "ser ancap no es en absoluto incompatible con hacer propuestas factibles"

    Claro que no, como ejemplo citas acertadamente el estudio que propone una sociedad de propietarios del propio IJM. Solo que la verdad a algunos se nos antoja que este proyecto pionero es la excepción y no la norma.

    Lo que es incompatible con la expansión del liberalismo en un entorno estatal y democrático es la abstención electoral sistemática que proponéis los ancaps. ZP se ríe de la abstención siempre y cuando tenga la mayoría para ocupar asiento. Según la interpretación del principio de democracia en la Constitución Española que hace el constitucionalista Ignacio de Otto, la abstención no niega este principio de representabilidad dado que la opción a tomar parte en la elección estaba abierta y fue el individuo quien se abstuvo de participar en la misma. Esto puede ser considerado un argumento falsario desde algunas perspectivas, pero sirve para ilustrarte como pensar que la abstención tiene algún significado para la mayoría no es cierto. La abstención electoral esta dentro de los supuestos democráticos del estado y no es contrario, jurídicamente hablando (y moralmente para mucha gente), al principio de representabilidad política. Por tanto creo que esa vía es ineficaz para la consecución del fin político de reducir (o abolir en el caso ancap) el estado.

    Al final lo que se promueve mediante la abstención sistemática es favorecer políticamente a los candidatos (partidos en el caso partitocratico español) más intervencionistas e iguala todas las formas, grados y tipos de coacción por igual, en lugar de premiar e incentivar políticamente opciones que reduzcan el estado.

    salud y libre mercado

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  12. Perdonad la errata de la cita de Ayn Rand que esta sacada de contexto.

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  13. Stewie, los supuestos del Estado democrático se apropian de todas las actitudes: como has dicho, no hay manera de reflejar de forma unívoca una propuesta antisistema mediante la votación o la abstención en período electoral. En eso estamos de acuerdo. Pero igual que el Estado le da una interpretación a esa abstención, yo le doy la mía, y por suerte la interpretación no es un monopolio sino que cada vez hay más agencias de estudios electorales y por tanto cada vez se comtemplan más supuestos y motivaciones. Es más o menos lo que proponen los estudiosos de la cultura política, que van un poco más allá de las interpretaciones que se emiten por televisión. Ellos ya contemplan las motivaciones antisistema pero, sobre todo, según ellos el motivo principal es el de la apatía y la desesperanza: mi voto no va a cambiar nada o, en todo caso, los políticos van a hacer lo que les de la gana. Esa es una motivación no antisistema, pero no me disgusta que incluyan mi abstención dentro de ese grupo.
    Por otra parte, ya he dicho en otras ocasiones que yo votaría a Ron Paul. Y si el PP propusiera una bajada de impuestos del 50% y dejara de aumentar el gasto de educación, sanidad e infraestructuras, también los votaría. Los ancaps no somos una secta: hay quien bajo determinados supuestos votaría y hay quien no. Y, por supuesto, hay muchos otros matices.

    Lo de que en el IJM no hay pluralidad es una mentira grotesca. Iracundo, en vez de juzgar en base a si uno es ancap o no (y de todas formas somos minoría), entra de vez en cuando y lee los comentarios, olvida por un momento qué personas malvadas los escriben... Fíjate por ejemplo en los de Albert Esplugas.

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  14. Dijo Stewie: "La verdad es que no entiendo que tiene de ancap estar a favor de que los niños de los países pobres puedan trabajar en el mercado legal para así poder permitir pagar una educación a algun hermano, o a sus hijos, o mejorar el nivel de vida de su familia. ¿Acaso prefieres que que se dediquen a la prostitución?"

    Stewie, creo que no se ha criticado que los ancap justifiquen el trabajo infantil, sino que justifiquen la PROSTITUCIÓN infantil, algo que (aparentemente) tampoco te termina de convencer a ti.

    No me deja de sorprender la verborrea de los ancap. Son capaces de escribir tomos enteros para poner a parir a sus críticos...sin responder ni una sola vez a las críticas.

    Porque, les guste o no a los ancaps, los enlaces de García Palacios ahí están, para todo el que quiera leerlos.

    ¿En una sociedad ancap se permitiría la prostitución infantil? Sí

    ¿En una sociedad ancap se permitirían las luchas a muerte de gladiadores? Sí

    ¿En una sociedad ancap se permitiría la compra-venta de niños? Sí

    ¿En una sociedad ancap se permitiría la esclavitud? Sí

    ¿En una sociedad ancap se permitiría la compra-venta de carne humana? Sí

    Si todas estas cuestiones le parecen razonables a un ancap, me parece estupendo. Está en su derecho de creer en todo esto.

    Pero no entiendo por qué se enfadan tanto cuando se le da publicidad a estas creencias. Si tan bueno es el ancapismo, ¿por qué les molesta tanto que el público sepa lo que verdaderamente implican las ideas ancap?

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