Acabo de terminar de ver de una tacada los tres capítulos del trabajo documental Examen de Conciencia, sobre los abusos de niños en España dentro de la Iglesia Católica. Esta vez la serie no me secuestró, como digo que han hecho algunas películas. Más bien quería dejar de verla. No soy de lágrima fácil y supongo que por eso casi he llorado, porque de lo contrario hubiera llorado sin el casi. He tenido que parar algunas pocas veces para no vomitar, porque literalmente se me revolvía el estómago. Es una serie muy cruda. Supongo que volveré a escribir del tema en el futuro. Pero quería dejar constancia aquí en el momento exacto en que terminé de verla.
El reloj de mi ordenador marca las 3.08 am en las cercanías de Houston, Texas. Tras publicar este texto (suelo programarlos, pero con el presente no lo haré) y hacerme eco del mismo en FB me hiré a la cama, aunque no sé si podré dormir.
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