En esta vida hay decisiones y consecuencias. Las decisiones son libres y las consecuencias son obligadas. Y somos libres. Nadie puede obligarnos en nuestras decisiones. Y tampoco nadie nos librará de sus consucuencias.
Me he equivocado muchas veces en mi vida, y lo sigo haciendo, por supuesto. Pero asumo la ley de las decisiones y las consecuencias. Por ello intento equivocarme el menor número de veces, para no pagar el precio de consecuencias indeseables.
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