La Excelentísima Señora Ministra de Defensa, doña María Margarita Robles Fernández, en 1981, con 25 años, ingresó en la carrera judicial como número uno de su promoción convirtiéndose en la cuarta mujer juez de España. En dicha profesión su primer destino como juez fue la localidad de Balaguer (Lérida), posteriormente estuvo en San Feliú de Llobregat y en Bilbao, después sería la primera mujer en presidir una Sala de lo Contencioso-administrativo y también fue magistrada de la Audiencia Provincial de Barcelona, que presidió a los 34 años, siendo la primera mujer en ser presidenta de una audiencia provincial. Y finalmente fue promovida a la categoría de Magistrada del Tribunal Supremo.
Vamos, que ignorante en temás jurídicos desde luego que no es, sino todo lo contrario.
Por eso es chocante que haya dicho nada más y nada menos que los debates y elucubraciones doctrinales están muy bien, pero quizá no deberían plasmarse en las sentencias, entre otras perlas.
Lo cual es muy preocupante, porque viene a demostrar que al Gobierno de España le gustaría no estar sometido al imperio de la ley y del Estado de Derecho.
Ciertos son los argumentos de Cándido Conde-Pumpido. Pero, ojo al dato, esos argumentos son políticos, no jurídicos. Porque, independientemente de valoraciones políticas, la ley está para cumplirse.
Y eso es lo grave. Que hoy por hoy España tiene un Gobierno que considera que cuando hace lo políticamente justo, no debería tener ninguna cortapisa legal, incluso para saltarse la ley. Y eso es muy peligroso. Peligrosísimo.
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