Uno: Cada martes, mientras se desarrolla el Consejo de Ministros, él se reúne con los jefes de gabinete de los ministros y vicepresidentes, y ordena la agenda de cada uno de ellos: quién viaja adónde y quién dice qué.
Dos: A sus ordenes tenía a doscientas personas.
Tres: "Sánchez no se planteó reducir ministerios porque tenía que colocar "a mucha gente"".
Cuatro: El Gobierno tiene 1.200 asesores contratados a dedo, la mayor cifra de la democracia.
Cinco: Hay 20 asesores para cada senador y 8 empleados para cada diputado. Hay 3.631 empleados para 72 senadores y 257 diputados en el Congreso.
Seis: 8,7 millones de euros cuesta al año mantener los 165 asesores del Gobierno autonómico [de Castilla y León] de PP y Ciudadanos.
Siete: La Junta [de Andalucía] cuenta con 242 asesores que suponen un coste anual de 10 millones.
Ocho: El Gobierno regional [de la Región de Murcia] se gasta 1.750.000 euros al año en 46 asesores.
Nueve: Las administraciones catalanas gastan 26 millones de euros al año en asesores elegidos a dedo.
Diez: A la Generalitat le sigue el Ayuntamiento de Barcelona, que destina cinco millones y medio para pagar su centenar de cargos de confianza.
Once: La Junta de Castilla-La Mancha tiene 65 asesores, tras sumar cinco después del pacto PSOE-Podemos.
A lo anterior (que, mucho ojo, son meros ejemplos) hay que añador las televisiones y radios públicas, tanto estatales como autonómicas.
Todo, absolutamente todo, concebido para que los que ocupan el Poder (estatal, autonómico, municipal, etc.) lo sigan ocupando. La gigantesca maquinaria del Poder. No al servicio de los ciudadanos, no, sino al servicio del Poder mismo, para que los que lo ocupan lo sigan ocupando. Y mientras tanto los sometidos por el Poder sesteando. Pues vale.
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