El comunicado de la FEB, lavándose las manos sobre el caso de los abusos a la jugadora (ya ex) de la selección nacional Marta Xargay por parte del seleccionador (también ya ex) Lucas Mondelo, es simplemente miserable.
Nos cuenta El País esto:
A 48 horas de que la selección volara a Tokio para la disputa de los Juegos, el testimonio de Xargay, marcado por las consecuencias del trato del ya exseleccionador, Lucas Mondelo, fue considerado por la FEB un impacto a desactivar para no alterar la concentración del equipo durante la competición.
Mientras que la FEB nos dice esto otro:
Tras esta aclaración, la FEB quiere ratificar que nunca tuvo conocimiento de la situación por la que la ex jugadora estaba pasando, y que tampoco cuando fue advertida de la existencia de una información crítica con la actuación del Seleccionador nacional se le concedió la posibilidad de conocer su contenido. De haber podido saber lo que ahora se denuncia, no habría mantenido a Lucas Mondelo en el cargo, aunque se estuviera a horas del comienzo de los Juegos Olímpicos. - La Federación conocía el desgaste de la relación entre el Seleccionador y las jugadoras, pero nunca fue informada de ningún comportamiento de este tipo, sino que todo se circunscribió al ámbito de las relaciones habituales entre un entrenador y su equipo. Esta circunstancia también fue valorada, junto a la no consecución de los objetivos deportivos regulados en su contrato, cuando tras la finalización de la participación de España en los Juegos Olímpicos se decidió que Lucas Mondelo no continúe al frente de la Selección Femenina.
Vamos, se nos pretende hacer creer que la FEB sabía que existía una entrevista que la jugadora había concedido a El País criticando al seleccionador, pero pidió al medio informativo que retrasara su publicación hasta después de los JJ. OO. para no afectar a la concentración del equipo, ignorando el contenido, porque de no haberlo ignorado hubiera destituido al seleccionador automáticamente.
Sí, ya.
No es que no supieran, es que no quisieron saber, de cara a la galería, que es muy diferente. Porque priorizaron la posibilidad de una medalla, que se alejaría si destituian al entrenador, como dicen en su comunicado, a horas del comienzo de los Juegos Olímpicos, antes que lo que consideraban que era correcto, destituir al entrenador nacional Lucas Mondelo de forma automática horas antes de que comenzaran esos JJ.OO.
Que la FEB diga ahora que no sabía nada me parece vomitivo. Igual de vomitivo que El País no pusiera a disposición de la FEB la entrevista de marras. Algo huele a podrido, y no precisamente en Dinamarca, sino en Madrid, entre la Avenida Burgos 8 y la Calle Miguel Yuste 40. ¿Algo huele a podrido digo? Qué va. Mucho huele a podrido. Muchísimo.
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