No porque sea algo que se pueda esperar del personaje deja de ser menos miserable:
Pedro Sánchez llama a Casado, Rivera e Iglesias para buscar complicidad tras la sentencia del 'procés'. El presidente en funciones ha señalado que espera "la colaboración leal de todas las fuerzas comprometidas con la Constitución para actuar con una sola voz".
Los sufridores que siguen este pequeño rincón saben mi opinión, no muy positiva precisamente, de Vox. Pero eso no quita para que se pueda afirmar sin temor a equivocarse que Pablo Iglesias es mil veces más amigo de terroristas (Otegi and company) y de secesionistas (ahí está el ejemplo de Colau, sin ir más lejos) y enemigo de la Constitución (¿se acuerdan de cuando, por ejemplo, quería iniciar un proceso constituyente, demoliendo todo el edificio constitucional?) que Santiago Abascal.
Pero lo anterior no importa. Hay que llamar a la extrema izquierda pero no a la extrema derecha. En una visión de Pedro Sánchez que, lejos de ser de Estado, es puramente ideológica. En lo que comprobamos, una vez más, la miseria política del personaje.
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