Algunos apuntes acerca de la que fue la notica del día de ayer, el traslado de la momia del dictador Francisco Franco desde el Valle de los Caídos hasta el cementerio de El Pardo.
Primero. En este blog me he posicionado abiertamente a favor de dicho traslado, en razón de que el Valle de los Caídos se contruyó por orden del mismo Franco de hecho como un faraónico monumento a mayor gloria del bando vencedor en la Guerra Civil. Pero cuando el dictador fue enterrado allá, se convirtió tambiénd de hecho en un monumento ala figura del dictador. Lo de la reconciliación y demás son solamente enmascaramientos del bando vencedor. Pregunten a los familiares de los enterrados que están allí del bando perdedor y tendrán la respuesta. Por lo tanto, un hecho positivo que la momia de Franco ya no esté allá, sino en un cementerio corriente.
Segundo. La ceremonia en sí ha sido fría, sin duda, pero sobria. Nadie podrá acusar al gobierno socialista de haberse cebado con el cadáver del dictador. Se le impidieron honores de fusilería y de himno, como es natural. Estamos hablando de un dictador que gobernó con mano de hierro España durante 36 años y medio, imponiendo su visión política, social y religiosa. Solo faltaría que ahora, superado ese régimen dictatorial, se le rindiesen homenajes desde la democracia. Pero ello no ha quitado para que la familia haya podido participar en todas las etapas del traslado, observando la exhumación, llevando a hombros el feretro, permitiéndosele incluso adornarlo con el pendón de la Casa de los Franco, y rindiéndole finalmente un completo entierro íntimo en la cripta familiar (que, dicho sea de paso, el Estado ha corrido con todos los gastos para adecuarla en seguridad al nuevo inquilino). Lo dicho, ceremonoia fría y sobria. Como debía de ser.
Tercero. Los franquistas se han cansado de hablar de profanación de la tumba, algo que es del todo falso dado el respecto con el que ha sido tratado el ataud, sobre el cual incluso se hicieron esfuerzos para protegerlo y no tener que cambiar el cadáver de ataud. Por cierto, añadir que España es un país donde se producen exhumaciones todos los dias, dado que los ayuntamientos tienen en propiedad las tumbas y las alquilan. No entiendo tanto escándalo por una exhumación más, la cual, respito, ha sido hecha con todo respeto.
Cuarto. Un dato muy a tener en cuenta es que el Valle de los Caídos es un espacio de titularidad pública, es decir, que el propietario es el Estado. Por lo tanto es el Estado a través de sus legítimos representantes quien toma las decisiones allí (pasades, presente y, ojo al dato, futuras). Es lo que tiene enterrar a un sujeto en una propiedad del Estado, que el Estado lo entierra y el Estado lo desentierra a su voluntad (a tener en cuenta también sobre la cripta del cementerio de El Pardo, que es propiedad del Estado, el Estado ha ofrecido venderla a la familia y la familia ha rechazado comprarla).
Quinto. Como no podía ser de otra forma en un sujeto tan políticamente despreciable como Pedro Sánchez, ha hecho un uso totalmente electoralista del acontecimiento, llegando al colmo de una declaración partidista, revestida como declaración institucional, en horario de máxima audiencia. Hasta partidos completamente favorables al traslado, como Podemos o el PNV, han marcado ese electoralismo, que ya es decir. Espero que el uso obscenamente electoralista al final se vuelva contra Pedro Sánchez y el socialismo.
Sexto. La cercanía a las elecciones se hubiera podido evitar si la familia se hubiera avenido a negociar con el Gobierno. Pero no lo hicieron. Era su derecho.
Séptimo. La familia ha gozado en todo este proceso de la tutela de los Tribunales de Justicia. Han usado su derecho a recurrir la decisión del Ejecutivo todas las veces que la Ley se lo ha permitido, a lo largo de un año, en el que han puesto todas las trabas legales posibles al Ejecutivo. Estaban en su derecho y no hay razón para criticarlo. Han sido finalmente el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional los que han dado luz verde al traslado. La Ley obligaba al Ejecutivo. Y también a los Franco.
Octavo. Al final en la aprobación del traslado han convergido los tres poderes del Estado, el Legislativo (de quien fue la iniciativa), el Ejecutivo (que ha sido quien la ha ejecutado) y el Judicial (que es quien la ha autorizado), algo que habla bastante bien del Estado de Derecho en España y de la estricta legalidad del hecho en sí.
Noveno. Ha sido muy significativo a las puertas del cementerio de El Pardo escuchar gritos de "prensa española, manipuladora" y ver a una periodista agredida físicamente con dos puñetazos por un hombre. Y es que al final los extremos nacionalistas se tocan.
Décimo. Hemos visto el posicionamiento abiertamente en contra del traslado por parte de Vox, con adjetivos calificativos de grueso calibre. Lo anterior demuestra que el partido, además de ser de extrema derecha, también es franquista.
Decimoprimero. Todo este tema ha vuelto a sacar a la luz lo peor de la prensa española. Se han podido leer (y creo que escuchar en televisión) temas relacionados incluso con la sexualidad del dictador. Por no hablar de todos los detalles morbosos de su muerte. Supongo que todo ello devorado por una sociedad a la que la basura mediática le encanta.
Decimosegundo. Este traslado no se hubiera podido llevar a cabo sin la aquiescencia de la Iglesia Católica, cuyos lugares de culto gozan de completa inviolabilidad en función de los privilegios que tiene a través de acuerdos con el Estado que tienen nivel de acuerdos internacionales. Indudablemente la Iglesia Católica siempre se arrima al Poder, en el pasado franquista y hoy socialista. Pero también habría que saber cuáles son los beneficios que el Gobierno de Pedro Sánchez le ha prometido a la Iglesia Católica a cambio de que no bloquease este traslado. Lo más probable es que tengamos ocasión de comprobarlos si es que Sánchez sigue en La Moncloa. Entre otros que veremos, la asignatura siempre pendiente de una verdadera separación entre Iglesia (Católica) y Estado en España, también con gobiernos socialistas.
Decimotercero. Con el traslado de los restos del dictador del Valle de los Caídos se cierra una etapa. Pero se abre otra, que es la cuestión de qué se va a hacer con ese sitio, que, aún sin el cadáver de Franco en su interior, sigue siendo un monumento al franquismo. Espero que nadie hable de demoliciones y demás, sino de una reasignación, tal vez despojándolo de su carácter religioso y convirtiéndolo en civil.
Decimocuarto. Franco es equiparable por su ideolgía y sus formas a Hitler y a Musolini. No en vano fue el bando que le apoyó en la Guerra Civil y con el que se alineó durante la Segunda Guerra Mundial. En Alemania apenas quedan nazis y en Italia apenas quedan fascistas. No se puede decir lo mismo de España, como podemos ver por ejemplo con Vox y en cierta medida con el PP. Queda, sin duda, mucho por hacer en el proceso de desfranquización en España. En Alemania sería impensable un monumento en honor a Hitler o al nazismo, lo mismo que en italia uno en honor a Musolini o al fascismo. En España teníamos un monumento en la práctica en honor a Franco, que a día de hoy lo sigue siendo al franquismo. Algo habrá que hacer para que, sin demolerlo, deje de serlo.
Decimoquinto. Siempre que se trata este tema los franquistas traen a colación las barbaridades cometidas antes de la Guerra Civil por los republicanos (como el asesinato de Calvo Sotelo) y las atrocidades que el bando republicano cometió durante esa Guerra Civil. A ello hay que responder que una cosa son los tiempos de preguerra y de la Guerra Civil y otra los tiempos de la dictadura como tal, entre el 1 de abril de 1939 (final de la Guerra Civil) y el 20 de noviembre de 1975 (muerte de Franco). En esos tiempos Franco pudo optar por la libertad y la democracia, pero no lo hizo, sino que optó por la imposición y la dictadura, añadiendo a ello el culto a la personalidad (la suya, claro). Eso hay que dejarlo claro, ayer, hoy y mañana.
Decimosexto (añadido el 26-Oct-19). Sobre el tema de enterrar al dictador en la Catedral de La Almudena (buen comentario, Asertus), donde la familia Franco tiene un cripta, hay que hacer algunas consideraciones. Trasladar el cadáver del Valle de los Caídos a La Almudena era salir de Guatemala para entrar en Guatepeor, como dice el dicho, porque por un lado era transformar, de hecho, dicha catedral en un monumento al dictador, a la vez que se falicitaría a los admiradores de Franco su acceso a su sepultura, que estaría en el centro de Madrid con parada de metro incluida; una barbaridad, vamos (¿nos podemos imaginar, por ejemplo, los 20 de noviembre?). En este punto hay que cuestionar la decisión de la familia de querer llevar al cadáver a tal catedral. Si querían hacerlo ahora con Franco, ¿por qué no lo hiceron previamente con Carmen Polo (esposa de Franco), que murió en 1988? Es más, si Carmen Polo está enterrada en el cementario de El Pardo, ¿por qué no enterrar allí también a Franco? Añado que yo personalmente tengo muchas dudas acerca de la total sinceridad de todo el sentimentalismo que hemos visto de los nietos y biznietos por sus abuelos y bisabuelos muertos, tomando en cuenta el detalle de que desde que Carmen Polo murió y fue enterrada en El Pardo, en 1988, nadie ha solicitado la llave de la cripta al cementerio para visitarla (que hay que hacerlo el día anterior y queda registrado). También hay que mencionar que la única hija del matrimonio (que falleció hace un par de años) cuando murió su madre mostró su frustracción porque en ese mismo lugar no estuviese enterrado también su padre. Si sumamos todo ello llegamos a la conclusión (al menos yo) de que la decisión de la familia de enterrar a Franco en La Almudena fue una decisión completamente política, para meter el dedo en el ojo del Gobierno (por decirlo así) y no sentimental. Por todo lo anterior creo que era de sentido común que el cadáver de Franco fuera al cementerio de El Pardo y no a la Catedral de La Almudena (decisión tomada por el Gobierno y, recordemos, ratificada por el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional).
Conclusión. Todo esto se pudo hacer mejor (mucho mejor) y en una fecha más adecuada (mucho más adecuada). Pero lo hecho, hecho está. Dice el dicho que no hay mal que por bien no venga. Si el mal de la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa ha servido para el traslado de la momia del dictador del Valle de los Caídos a un cementerio normal, no diré que bienvenida sea esa llegada del socialista, pero si puedo decir que al menos algo es algo.
El estado tenía todo el derecho del mundo a exhumar el cuerpo del Valle, que es Patrimonio Nacional. Pero no tenía derecho a decirle a la familia dónde lo podía enterrar.
ResponderEliminarSi tenían una capilla en La Almudena, igual que la tienen otras familias, tenía el derecho de enterrarlo allí, o en El Ferrol. En la Almundena, según la wikipedia, hay ahora sepultadas otras 9 personas.
https://es.wikipedia.org/wiki/Categor%C3%ADa:Sepultados_en_la_Catedral_de_la_Almudena
Para mí la arbitrariedad no era sacarlo del Valle, sino decirle a la familia dónde podía enterrarlo o no.
Buen punto, Asertus. Tan bueno que he actualizado el texto con un apunte personal más, el decimosexto. Muchas gracias por tu participación y un abrazo.
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