miércoles, 31 de agosto de 2022

Lo de Argelia puede ser peor que lo de Rusia

Argelia es hoy la chica más bella de la fiesta con la que todos quieren
bailar (espero no ser tildado de machista por esta frase). Fracia e Italia la buscan con presteza, mientras que se ha permitido dar calabazas a España, quien también suspira por ella. Y todo porque la Unión Europea se había echado gasísticamente hablando en brazos de Rusia, y ahora, con la invasión rusa de Ucrania de por medio, el gas ruso todo apunta a que o va a escasear o directamente va a desparecer, por lo que países europeos andan buscando desesparadamente el fluido argelino para sustituirlo.

Evidentemente la Unión Europea necesita una solución energética inmediata y el gas argelino puede serla. Pero debe ser una solución temporal. Porque el desastre ruso podría pefectamente repetirse en Argelia en algún momento.

Algunos pueden estar pensando que lo anterior es exagerado. A esos quiero recordarles el olvidado Frente Islámico de Salvación, su igualmente olvidada victoria en las elecciones de 1991, el también olvidado golpe de Estado poco después y la aún más olvidada ilegalización por los golpistas en el poder de los fanáticos ganadores de las elecciones democráticas y su consecuencia de una guerra civil. Y los últimos dos olvidos de ahora ante la mirada dirigida entonces a otra parte por todos los países de la UE, dicho sea de paso. Todo lo anterior evidencia que una buena parte de los integrantes de la sociedad argelina, cercana a la mitad o incluso más, son favorables al fanatismo islámico.

Pero volvamos al tema de la dependencia europea del gas ruso, que puede ser sustituida por la dependencia del gas argelino. Las acciones muy resumidas del párrafo anterior dictan que lo que ocurrió puede volver a ocurrir. Y en ese caso el problema sería mayor que el actual, porque ahora, con los problemas con Rusia, existe la alternativa de Argelia. Pero si sucediera que el país magrebí cortara el suminitro de gas, entonces no habría a quien recurrir. Lo que produciría que, por increíble que parezca, la crisis actual sería un auténtico juego de niños comparada con lo que acontecería.

Espero que los países europeos estén aprendiendo la cara lección de haber dependido energéticamente en exceso de Rusia y que no comentan un error aún más grave con Argelia. Porque la única solución es algo tan básico como buscar y encontrar la independencia energética.

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