Llevo escribiendo sobre
el tema desde tiempos inmemoriales (por poner solamente dos ejemplos, porque no me apetece buscar más, en 2007 y
en 2017). Y ahora leo
este lamento:
Después de 32 años de la mítica campaña de "Póntelo, pónselo", vemos que no hemos aprendido nada. Tras tantos años (sin planes de concienciación ni eslóganes que calen tanto como los de aquel entonces), el uso del preservativo ha disminuido notablemente y con él, el diagnóstico de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) ha llegado a su pico más alto de todos los tiempos. Las ITS han aumentado 158,93% en las mujeres y 113,83% en los hombres entre los años 2016 y 2019, según los datos más actualizados del Instituto de Salud Carlos III.
Pero, claro, los que avisamos de que empujar a jóvenes, e incluso niños, a la empezar la sexalidad cada vez antes y ejercerla con total promiscuidad iba a tener graves consecuencias eramos y seguimos siendo los equivocados. Y, por supuesto, ellos los que acertaron y continúan acertando. Aunque los hechos indican todo lo contrario. ¿Pero qué narices importan los hechos ante la ideología?
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