Cada vez lo tengo más claro. En España la política es una auténtica lucha poder. Nada menos, pero nada más, por desgracia. En el Gobierno, por supuesto; pero también en los partidos políticos, en todos. Por supuesto que hay niveles, porque unos están mal, otros peor y otros incluso muchísimo peor. Pero bien no está ninguno.
Me sigue gustando la política española. Pero cada vez más a nivel de espectador. Como el que va al teatro. O, en muchos casos, al circo.
La política española no da para más. Aunque en todas partes cuecen habas, como hemos visto en Estados Unidos y Gran Bretaña, por ejemplo. Pero ya se sabe que mal de muchos, consuelo de tontos.
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